Purple Raven || BOOK 4#

2. Reacción Apresurada

— ¿Los conocías?

— ¿A quién no conoce? Se hizo amigo de todo el mundo.

—No llores. —dice Yoongi de forma casi cruel. Jimin por inercia empezó a llorar.

Tal como el anuncio decía, hubo alumnos muertos en el repentino incidente de Hogsmeade. Debido a ello el colegio organizó un funeral. Lo peor de todo es que corría el rumor de cómo están sus cuerpos: Totalmente destrozados desde cualquier aspecto. Dos Omegas y una Beta que al ser muy bonita quedó involucrada por pura casualidad.

Los heridos están aún en la enfermería, los que pudieron zafarse sin ninguna herida tan solo observan tiesos la celebración fúnebre. Jimin limpia su rostro con una manga. La Beta es de su curso, la veía en Pociones y algunas veces hicieron equipo.

Pensar que ya no estaría es extraño, también sumamente deprimente. Es alguien sensible y eso de manejar estas emociones se escapa totalmente de su capacidad. Afortunadamente fue rápido, respetuoso y sin mayor cosa. No pudieron ver a ninguno, todo a urna cerrada. Las familias están presentes para llevárselos.

—Que deprimente...—Murmura Yoongi.

—Bueno, fuese el colmo estar rebosante de alegría ahora. —Dice Hoseok, jugando con el hilo deshilachado de su manga.

—Es extraño, pero si eso pasara, me pregunto dónde me enterarían. No tengo padres a final de cuentas.

— ¿Y yo estoy pintado en la pared o qué? —pone las manos en su cintura, acusatorio hacia Jimin que forma un pronunciado puchero.

—Nosotros te enterraríamos, obviamente.

—Sigue siendo raro.

—Vamos a otro lado, aquí nos están viendo fatal.

Yoongi gira la cabeza en direccion al grupo que, rencoroso, los ve con recelo infinito. Como si en lugar de los que murieron, fuesen ellos quienes ocuparan el ataúd— ¿Algo que ver imbéciles de mierda? Piérdanse. —Levanta el dedo medio hacia ellos, levantado del suelo con los ojos en ese fulminante color verde de muerte.

El mismo color de la maldición con la que mató a su propio padre.

Por obvias razones se fueron huyendo, espantados de que esa mirada pudiera ser un augurio de muerte. Chasquea la lengua con fastidio. No quiere que nadie muera. No conoce a esa gente, pero eso no quiere decir que les deseara algo así. Cosa que aparentemente piensan muchos. Al menos eso creyó escuchar durante el velorio. Namjoon niega con la cabeza ante su forma de hablar.

—Escucha, a estas alturas sabes perfectamente que me vale mierda que no te guste como hablo, o a él. Deja de joder con el tema. Vamos.

—Vas a crear una impresión peor, el ambiente no es idóneo para tu chulería. —Comenta Taehyung.

—Tampoco lo es para tu habladera de mierda y aquí nos ves, alrededor de tres años después aguantando cada puta palabra que te sale de la boca ¿Nos vamos o no? —Jimin asiente, andando pronto hacia él. Tal como un hilo que jala, Jungkook va tras Jimin. Los demás no hacen sino seguirlo sin mucho más que hacer.

No iban a evitar el malhumor de Yoongi, eso es imposible, sin mencionar que tampoco tienen ganas de aguantar el trato del resto. Es la extraña sensación de que se están perdiendo de algo importante, pero no lo dicen para que el chance de defenderse sea inexistente.

La semana pasó, las improvisada y tensas vacaciones vinieron acompañadas de, tal como Taehyung dijo que sería, un mensaje que bien sonaba como un lema: Alphas arriba de la pirámide, Omegas hasta abajo donde siempre debieron estarlo. Si la oscuridad no va a colaborar, se debe ejecutar.