65. Cotidianidad Sencilla

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— ¿Todos allí? Lo más seguro es que ya Jimin y Jungkook hayan estado ahí.

—Nosotros no, por eso lo elegí.

—Que gruñón.

— ¿Para qué me dejas decidir si al final vas a criticarlo?

—Porque me gusta verte enfurruñado. Es una buena elección, tranquilo.

Yoongi se deja besar la mejilla y el cuello con ese aspecto de gato enfurruñado tan propio de él cuando le llevan la contraria. Hoseok lo abraza por la cintura e intenta devolverlo a la cama. Yoongi le da suaves manoteos en las manos para que lo deje, va a arrugar todos los pergaminos y papeles que lleva a mano.

— Quieres que llame a tus padres y a Jiwoo para que nos acompañen o solo nosotros. —Yoongi hace una mueca.

—Creo que mejor solo nosotros de momento. La próxima vez vamos con ellos.

—Jiwoo se va a molestar tanto. —ríe Hoseok dando una vuelta en la cama. Yoongi observa de reojo. El Alpha con su pecho al descubierto lleno de mordidas. Lastimosamente tiene dentadura pequeña y luego como si un adolescente fuese quien las dejó.

Ni siquiera a los veintiocho es capaz de lugar más mayor. Lo molesta mucho su aspecto. Simples roces entre su actitud y su aspecto y casta. Hoseok jamás se cansa de decirle que no es importante. Que es perfecto tal como es y hacerse esa clase de quejas es prácticamente inútil.

—Tú... ¿Quieres cachorros? —Hoseok para de reír, sentándose en la cama. Yoongi es quien va vestido por ser quien debía ir a trabajar –lastimosamente-, y Hoseok tiene día libre.

—Claro que me gustaría ¿Tú quieres?

—Aun no. —admite bajando los papeles.

—Entonces esperemos un par de años más. Los treinta son la edad perfecta. Ni muy viejo ni muy joven. —suspira el Alpha relajado, dejándose caer en la cama nuevamente. Yoongi tiene la impresión de que Hoseok trata con todas sus fuerzas de complacerlo en el tema, pero...

—Si los quieres dímelos, podemos tenerlos.

—Debemos quererlo ambos, de otro modo será un ciclo sin fin de estar fastidiado y tratando mal a un hijo—suspira, dobla todo y se levanta—. Hey—toma al mano de Yoongi, huesuda y de dedos largos. Su magia entra lentamente en él, una forma de brindarle el contraste al frío interno—. No hace falta que te fuerces a anda por mí. Podemos esperar a que te sientas listo.

Carraspea y se suelta. Sale de la habitación y avanza por el extenso pasillo de la mansión que habitan. Ve algunos elfos domésticos hacer su trabajo. A medida que avanza también alcanza a oír a Hoseok atrás de él. Saluda a todos los elfos deseándoles buenos días y elogiando las ropas estrafalarias que le regala día a día. Para cuando está en la salida aguarda un par de minutos y Hoseok lo alcanza.

—Tienes día libre.

—Prefiero salir y esperarte fuera para volver juntos. —Afirma sonriente, Yoongi le sonríe.

Suben al auto deportivo que tienen en la entrada y que nadie robaría porque los magos tienen odio a los inventos muggles. A medida que se aleja mira la mansión donde vive. Antiguamente estaba la mansión Min, pero la hizo derrumbar y reconstruir a su gusto y al de Hoseok. Si bien hay mucho blanco, en el interior Hoseok la volvió bastante colorida. Colores cálidos y un ambiente mucho más hogareño a pesar del tamaño escalofriante.

Toma el celular de Hoseok, viendo que hay mensajes y respondiendo por él. Jiwoo los estaba invitando a una pasarela.

—Parece que tenemos un viaje a Estados Unidos.

Purple Raven || BOOK 4#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora