31. Plumas Quemadas

645 119 24
                                    

—Tengo el mismo problema otra vez.

—No tienes nada raro en el ojo, me extraña demasiado que sigas con esto.

Namjoon deja que Jin le examine la cara. Por algún motivo es incapaz de ver bien por el ojo derecho. Por momento se pone todo negro o ve borroso y es especialmente fastidioso, pues por el izquierdo ve perfectamente. Todos giran un instante hacia el pasillo de habitaciones.

— ¿Esos dos van a terminar en algún momento? —Pregunta Yoongi con deje divertido.

—El celo de Jungkook está próximo y asumo que con tanta masa muscular debe ser más fuerte y odioso. Me preocupa más Jimin. —Admite Jin con las manos en la cintura. Hoseok se echa aire con un plato.

—Hablando de celo, yo también lo tengo próximo y no sé si es bueno o malo aquí. No he oído de nadie en celo. —Yoongi abre y cierra la boca. Es un buen punto. Hay demasiados adultos y gente marcada aquí, pero nadie se ausenta por celo y mira que llevan meses aquí y hay a quienes no les importa llevar el mismo tiempo que el lugar.

—Tal vez por eso Taehyung quiere vernos hoy, de nuevo para variar. —asume Yoongi, sin más ideas al respecto.

Al menos cuarenta minutos después Jimin y Jungkook salieron de su habitación, el Alpha está sudado como si se encontrara en el desierto del Sahara y Jimin tan evidentemente cansado que daba un poco de risa y pena al mismo tiempo. El Omega se sienta y restriega la cara con una mano.

—No creo poder hacer nada así hoy. —balbucea, apenado por ser demasiado obvio.

—Ninguno de los dos. Mira nada más como está. —Jungkook se hace el cabello húmedo atrás y mira a los lados, ansioso.

—Vamos a decirle a Tae que deje lo que sea que quería hacer para otro día, realmente así no puedo.

—Para estar cogiendo tanto caminas muy bien. —Jimin hace mala cara a Yoongi. Es medimago últimamente, puede hacerse curas espontaneas aun si no fueran de larga duración.

Sospechan que ocurre una situación fuera de lo común por lo vacío que están los pasillos. Apenas Shay lechuzas, elfos domésticos y algún que otro Escarbato escapado que Jungkook se toma el tiempo de recolectar. Uno de los elfos, que viste ropa relativamente combinada por milagro, es quien los guía a un área que no han circulado por el mero hecho de que ninguno tiene nada que hacer allí.

Al entrar por la puerta del fondo descubren que es similar a un enorme coliseo. Las personas voltean a mirarlos y ellos no hacen sino bajar hasta donde encuentran espacio. Discretos y asustados por esta reunión colosal a la que nadie los invitó o advirtió.

—Esto es... ¿Malo? —pregunta en un susurro asustado. Namjoon niega con la cabeza; encogido de hombros. Sin idea de lo que ocurre.

Taehyung aparece en medio de esa enorme arena. Su cabello púrpura más brillante por la fuerte luz sobre él, el largo abrigo de plumas purpuras por primera vez. Desconocen si es que tiene varios o es el mismo. Se decantan por la primera, siendo que tal vez el púrpura es para momentos importante.

—Estos meses han pasado muchas cosas. Entre ellas que se han unido un montón de personas. El desempeño de todos es tan excepcional como de costumbre—dice con grandilocuencia y siendo muy vivaz—. Sin embargo, llega el momento de que se salte esa etapa de prueba. Los antiguos avanzan sin miedo, los nuevos deben demostrar que tan fieles son a lo que me han dicho. Que tan sinceras han sido sus intenciones. Quien no esté seguro es libre de irse, quien sea un traidor tiene tiempo de rendirse.

— ¿De qué demonios está hablando?

—Tranquilos, a ustedes no les va a pasar nada. —Afirma Woozi, quien va sentado al lado de Yoongi.

Purple Raven || BOOK 4#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora