29. Nido de Víboras

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—Los Jeon se habían quedado con su custodia, esto me sorprende.

—Me habían dicho que ni siquiera salió de Hogwarts, sino que desapareció.

—Es muy necio y odioso, lo saqué a fuerza durante la graduación, nadie se dio cuenta por eso—Se encoge de hombros—. De la manera en que sea, si no se hacía así acabaría con alguna estupidez. Es horrible en cumplir su papel, pero aún tengo tiempo para hacerlo entender.

—Siempre puedes necesitar ayuda.

—No hace falta, se lo aseguro. Omega es Omega, se rompen cuando aprietas lo suficiente.

Sonríe con deje cínico y bebe de la copa de vino que le entregaron específicamente a él, de las únicas que no estarán alteradas. Jala un poco más los guantes de media palma que lleva puestos. Es un poco extraño ser más alto, también más grande y notarse en uno de los reflejos de los espejos.

Así se verá cuando tenga treinta años. De algún modo, lo enorgullece.

Por el rabillo del ojo ve la enorme y muy pomposa fiesta. La mansión Min está a reventar. Todos nobles de sangre Pura. Algunos con más renombre que otro, pero cumpliendo el mismo estándar: Alphas clasistas con pensamientos denigrantes a otras castas que no sean las suya. Los que tienen esposo o esposa a su alcance, en la mayoría de casos Omegas, les tienen totalmente disminuidos.

Por apegarse al papel los permitía entrar a las habitaciones a hacer lo ya obvio. Es un poco odioso, pues tiene la sensación de que en muchos casos esos acompañantes no quieren hacerlo. No obstante, hay que continuar con la pantomima.

—Así que por eso murieron. Y yo creyendo que Lady Reed se lo iba a quedar.

—Muy ilusa, ni siquiera se dio cuenta cuando aparecí tras su espalda... Te alegras que llegara yo ¿Cierto?

—Claro, mi señor.

—Está bien adiestrado.

Namjoon fuerza la sonrisa, presionando a Jin que está sentado en su regazo. Desconoce si es por la edad diferenciada, pero Jin es muy pequeño ahora. Ya lo está dejando morado, pero como su ropa es tan abierta y traslucida queda obvio. Genera morbo en las mentes de los que buscan de hablar con Namjoon.

—Qui-quiero ponerme el abrigo, se ve-

—El punto es que se vea ¿Qué quieres esconder?

—Nada. —Mira a otro lado, con gesto rendido. Namjoon toma y tuerce la mano del que intenta acariciar la pierna derecha de Jin.

—Lo tocas y te mato—Advierte con una sonrisa bonachona—. Sin mencionar que lo tendría que matar y me daría mucha pena, me gusta coger con él.

—A quien no le gustaría.

«En algún momento hay que distraerlo para que lo suelte.»

«La habitación más cercana está desocupada, si consigo apartarlo lo llevo allí...»

«El ministro tiene predilección por los Omegas de labios gruesos, seguro que este le gusta. Si se lo llevo, tal vez me suba de puesto.»

—Tiene un collar muy bonito. Me gustan mucho esa clase de prendas.

Jin se pone de rodillas en la mesa de centro, con una de sus manos apoyada en la pierna del Alpha que retrocede levemente, sorprendido por el movimiento repentino. La espalda de Jin queda perfectamente curvada. Namjoon se levanta y lo agarra por la cintura para ponerlo de regreso en su regazo.

Purple Raven || BOOK 4#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora