53. Nuevo Rumbo

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Jimin tenía mucha más libertad gracias a ese favoritismo de sus padres por él, por lo que pudo ir a hablar en el banco junto a Taehyung y que se hiciera más pronta la transferencia de toda esa bóveda a ellos. Taehyung lo llevaría, así que, a pesar de perder su casa y objetos preciados, al menos le queda la herencia familiar.

La bóveda es gigante y por fortuna no está mezclada con la de los padres de Jimin. La familia Park tiene una aún más grande, pero igual nada hay que envidiar.

— ¿Qué se supone que haremos allá?

—No sé. Trabajar en el ministerio tal vez. Con suerte podré intentar ser Auror o algún departamento inútil donde me paguen de forma decente—Taehyung ríe por la nariz—. ¿Tú que piensas hacer? Allá es mucho más fácil que aquí para los Omegas.

—Pues... Aun así no hay mucho—comenta enderezándose—. Tal vez enseñar. Eso se me da bien.

—Ah, todo menos arte.

— ¡DIBUJO BIEN!

— ¡CLARO! —burla en carcajadas.

—De todos modos... tal vez ayudar a que los Omegas no sean como yo antes, que sepan lo que está bien o mal. Ayudarlos a entender. También a los Alphas como tú.

—Es decir, quieres ser profesor.

—Si ¿Por qué no? Me gusta eso de ayudar a la gente.

— ¿Cómo no quedaste en Hufflepuff?

—Cosas que pasan. —ríe encogido de hombros.

Tras dejar ese aspecto totalmente arreglado mantenían muy bajo perfil en cuanto a guardar cualquier dinero que les dieran. Así pasó todo el año escolar que le faltaba al Alpha para graduarse. Sin nada en particular que valga la pena rememorar o nombrar. Solo lo mismo en un bucle. Taehyung recuerda la descripción que le dieron de Hogwarts.

Un lugar donde no quieres irte.

Y quisiera que fuera así, pero hay tantas personas arruinándolo que es imposible. Le gustaría repetirlo todo con gente que valga la pena. Es imposible que de los tantos estudiantes solo un uno por ciento sea decente y peor aún, solo uno de ellos considere alguien bueno.

Lo irrita

A veces se pregunta de dónde viene esa especie de morbo de querer que esa gente odiosa que lo arruina todo simplemente se muera de una maldita vez. Que les pase un mal y se desaparezcan. No contaba nada de esa intención tan torcida, solo la mantenía para sus adentros. Una especie de pequeña semilla apenas hecha brote y que aguarda más para crecer.

— ¿New York? ¿Por qué no California?

— ¿Quieres broncearte mucho?

—Seguro nos queda mejor que ser unas hojas de papel.

—Yo creo que no será muy buena idea considerando que nunca hemos estado al sol y posiblemente nos incendiemos.

—Dramático. —replica Jimin rodeando los ojos.

—Te vas a graduar y apenas pareces emocionado.

—Estoy nervioso. Aparte de que tengo que recibir el título a mejor promedio y dar un discurso debemos salir corriendo —ríe tembloroso—. Es... Nervios. Tal vez euphoria. —Taehyung gira en la cama hasta quedar sobre Jimin. Ladea la cabeza y le acaricia los labios.

— ¿Cuándo me vas a morder?

Silencio.

— ¿Quieres que lo haga?

—Claro que sí. Vamos a iniciar así que... debo ser tu Omega ¿no?

Jimin no estuvo del todo convencido, pero acaban sentándose. Taehyung le da la espalda y Jimin levanta el cabello que recubre el área sonrosada. Exhala, da un suave beso a la piel y finalmente da un mordisco, enterrando lo más fuerte que pude los dientes. Rodea los brazos de Taehyung para que no se apartara consecuencia del dolor.

Purple Raven || BOOK 4#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora