—¿CÓMO? ¿¡LO VAS A MATAR!? ¿¡TE VOLVISTE LOCO!?
Paul abrió sus ojos como platos y seguramente se contuvo a decirme unas cuantas palabrotas por captar, o casi captar, la atención del resto de las personas que disfrutaba de las horas libres al igual que nosotros.
—¿Quieres ser un poco más discreto, John?
—E-Es que... Ahg, Paul. ¿Cuál es tu problema con hacerles daño a las personas que no te han hecho nada?
Alzó su ceja más arqueada.
—¿Disculpa? ¿Escuché bien? Te recuerdo, querido John, que únicamente ha pasado con tres personas: George, que te apuntó; Stuart, que planeaba entregarnos y por él estamos aquí; y Richard, que fue su cómplice todo el tiempo. Ahora dime, ¿esas personas no nos han afectado? ¿O sí?
—Bueno, sí... ¿Pero a él? ¿A Mark? —pregunté en voz baja—. ¿Por qué a él?
—Porque te dije que me daba mala pinta. Maldita sea contigo, John. Qué fastidio. Tantas veces que ha pasado lo mismo y todavía no me dejas matar a alguien que me cae mal y que nos va a perjudicar más adelante.
—¿Cómo estás tan seguro?
Su rostro se enrojeció debido a la ira que mi pregunta le causó. Me apuntó el pecho con el dedo índice tan fuertemente que me causó un pequeño dolor en la caja torácica.
—PORQUE LO HUELO. LO SIENTO. LO PRESIENTO.
—Ya, ya...
—Así que harás lo que yo te diga, ¿eh? Vamos a deshacernos de él y esta vez pronto, antes de que pase algo malo. Te recuerdo que quería hacerlo con Stuart y tú me lo impedías, y ahora mira dónde estamos. Si lo hubiera hecho antes estaríamos en otro lugar muy distinto a este.
—¿Por ejemplo?
—No sé, pero estuviéramos en otro lugar. Así que espero que esta vez no te me detengas y me ayudes.
Tomé una bocanada de aire y la expulsé con fuerza. Quizá tenía razón, pero a mí me costaba entender que alguien que no parecía malo podía hacernos daño.
—Bien, como quieras... Te voy a ayudar, pero... supongo que tienes algo planeado, ¿no?
Él asintió lentamente. Miré de reojo hacia la esquina donde estaba Mark, pero me di cuenta que ya no estaba. Disimuladamente lo busqué con la mirada, pero no lo hallé por ninguna parte. Mi piel se erizó. Realmente me daba miedo.
—Sí, sí tengo algo planeado. Ese hijo de mil putas se va a morir a la hora de la ducha.
Abrí mis ojos como platos.
—¿¡Qué!? ¡Pero ahí es muy visible! Hay muchas personas y podría perjudicarnos.
—Tú cálmate. Debes hacer lo que yo te diga, ¿entendido?
Pasé saliva por mi garganta. A decir verdad, confiaba en él. Sus planes salían a la maravilla y lograba burlar a más de uno. Eso era lo único que me hacía sentirme seguro de las cosas locas que su cerebro generaba.
—Okey...
—He notado que él siempre escoge el último cubículo para bañarse, y nosotros casi el primero. Lo que haremos a partir de ahora es rotarnos hacia adelante, luego hacia atrás, y luego avanzamos más y así para despistar. Si siempre escogemos el primer cubículo y el día que lo matemos escogemos uno que esté cerca de él, nos van a tildar de sospechoso. Por eso hay que despistarlos.
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A Thousand Tears and Stars ➳ McLennon
Fanfiction―¿Prometes no apuntarme otra vez si te digo algo... bonito? Él sonrió. A esas alturas no podía entender cómo un rostro tan angelical podía ser tan despiadado, perfecto y culpable de tantos crímenes. Paul se definía a sí mismo como el diablo, y yo lo...