Capítulo XLVII

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DEDICADO A:

DarkSweetLady17 gracias por leer esta historia💞

Its-Roger_Taylor muchas gracias a ti también por leer💖

DearLennon graciassss 💓aprecio mucho tu apoyo

KaremDomRa4 gracias por tomarte el tiempo de leer este fic💖

LeshugaMuyFeliz muchas gracias a ti también💞

Maylor_Taylor gracias por leer y por tu apoyo lo aprecio mucho💗

Ann_McMay muchas, pero muchas gracias por leer lo que escribo, pero en especial esta historia

AYLIN-HC12A gracias, gracias, gracias por leer💞

redkyon y a ti, muchísimas gracias por el apoyo💓

***

   Hice una mueca de asco al ver lo que llamaban desayuno. Esta vez consistía en un trozo de pan con algo viscoso que parecía potaje de lentejas licuadas. Aparte de eso, estaba frío; ni siquiera se habían tomado la atribución de calentarlo.

   —La razón número tres por la que anhelo largarme de aquí es por la comida —Paul no tardó en quejarse, logrando que yo girara mi rostro para verlo—. ¿Qué me ves maldito imbécil?

   Estaba obstinado, y todo eso se debía a que probablemente no le había conciliado muy bien en sueño y que, tal vez, había estado dando vueltas de un lado a otro para intentar hacerlo.

   —Te miro porque me pareces lo más lindo que he visto en mucho tiempo.

   Sin embargo, aquello no logró contentarlo. Me dedicó una mirada fea, y no tardó mucho en darle un mordisco a la rebanada de pan.

   —Esto será lo único que voy a comer. —Y dio un sorbo de agua—. No pienso probar esa asquerosidad.

   Con una mueca de asco estampada en mi rostro, incliné y mi cuerpo y lo olfateé. No olía a podrido, sólo a arvejas condimentadas con esencias naturales. Lo aparté enseguida. No se veía agradable a la vista y, así como Paul, me negaba a comer.

   El pelirrojo tomó asiento frente a nosotros, mirando con asco la comida. Bufó.

   —Esta es la peor de todas. De verdad.

   —Qué bueno que llegaste —Paul habló enseguida—. Necesitamos hablar, ya que estamos los tres juntos y solos, sobre lo que ya sabes.

   —Claro, dime... —Peter suspiró. Al parecer se negaba a decirle todavía sobre su participación al estilo mártir de aquel escape que, a decir verdad, no me daba buena pinta ni mucho menos me transmitía confianza—. Te escucho.

   —Vamos a salir a las once. Hacemos alboroto otra vez, nos golpeamos y vamos a cumplir el castigo en la coci...

   —¿Y qué tal si no les ponen ese castigo, eh? —lo interrumpí—. ¿Qué tal si los mandan a otro lugar menos la cocina? Tienes que pensar en ello.

A Thousand Tears and Stars ➳ McLennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora