Una declaración de amor

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Temporada I: Capítulo IV

Hoy es la esperada exposición de biología. Todos los alumnos, o bueno, la mayoría habían llegado temprano a clases.

Sonó la campana escolar y en el salón "A" todos ya estaban en sus lugares esperando al profesor de biología, pero, para la sorpresa de la mayoría, el profesor de educación física entró al salón de clases.

—Buenos días alumnos, como verán cambié de clase con su profesor de biología y así será a partir de todos los viernes. — Dijo firme mirando a todos sus alumnos — El día de hoy nos reuniremos en el gimnasio y jugaremos quemados, pero antes deberán de cambiarse. Y ya saben la regla, el alumno que llegue quince minutos tarde tendrá falta. Ahora si, ¡en marcha!

La mayoría de los alumnos se fueron apresurados del salón; Daisy, Rosalina y Peach se fueron juntas, aunque Peach estaba algo distraída desde que escuchaba sigilosamente la conversación de Mario y Pauline, quienes estaban detrás de ellas.

—Y si... ¿nos saltamos esta clase? — Pauline le susurró a Mario, sonriendo con un poco de malicia.

—No creo que sea buena idea... nos podemos meter en problemas a-además, ¡esta clase es la gloria! — Mario respondió poco convencido.

—Ándale Mario, ¡hay que saltarnos la clase! Aparte de que tengo que decirte algo muy importante... — Dijo con aquella sonrisa pícara y puso su brazo alrededor de los hombros de Mario.

Esa acción causó que ambos se detuvieran en la caminata por un momento, y, con un poco de nervios, Mario puso su brazo alrededor de la cintura de Pauline. Después de aquel acto, ambos siguieron caminando pero lentamente y eso causaba que Peach se atrasara de sus amigas, porque quería seguir escuchando la conversación.

—Hmmm, ¿realmente es importante lo que me tienes que decir? — Mario preguntó un poco sonrojado mientras la miraba fijamente — Porque, de hecho... yo también tengo que confesarte algo... y es muy importante.

—¿Entonces? ¿¡Qué esperamos!? ¡Vámonos a la sala de teatro aprovechando de que así podemos estar solos sin que ningún prefecto nos moleste!

—B-Bueno, ¡está bien! Tú ganas...

Ambos voltearon a su alrededor y se alejan del resto.

—Oh no, Mario... — Peach pensó con desánimo y preocupación mientras lo miraba irse.

Tanto Peach como ciertos compañeros de su salón, se percataron de que Mario y Pauline se fueron del lugar. Daisy y Rosalina se acercaron hacia Peach, ya que estaban algo alejadas de ella.

—¡Vente, que vas muy alejada! — Daisy dijo con su emoción y la tomó de la mano — Vamos por nuestra ropa deportiva en el casillero.

Peach solo asintió con su cabeza y se unió nuevamente con las dos princesas. En cuestión de ciertos minutos ya estaban las tres princesas cambiadas con su ropa deportiva y rápidamente se dirigieron hacia el gimnasio de la secundaria.

—Veo que ya todos están aquí, bueno ya hay que empezar a formar los equipos.

—¡Espere profesor! Todavía faltan Yoshi, Luigi y Toad. — La princesa del reino Sarasaland interrumpió al profesor.

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