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Al verlo tomar tomar su mano y tirar de él, Jeongin supo que Hyunjin no había preguntado. Era una orden, aquel "escápate conmigo" había olvidado de ser pedido. Y de todas formas, aunque le gustaría, Hyunjin nunca tendría que rogarle que escaparan juntos. Porque en esos momentos donde sus instintos actuaban contra su voluntad nada iba hacerlo negar.

Hyunjin tiraba de él olvidando que Jiwoo seguía en el baño. Y Jeongin estaba en dos mundos, un poco ido y un poco real. Es decir, estaban corriendo en medio de un parque tomados de la mano y él no estaba luchando por soltarse. Escapando de nada con el único chico al que sabía que no debía prestar atención.

—Jeongin, si no corres conmingo entonces vamos a caer —dijo Hyunjin agitado. Jeongin no debió nunca pensar en otro significado para caer.

Le hubiera dicho también agitado que estaba mal. Que pararan y regresaran. Que fuera en busca de su amigo y él volvería con la mujer que decía amar. Le hubiera dicho todo en ese momento que se perdieron cerca de donde se encontraba el lago en el centro de ese parque poco habitado. Mientras se apoyaban en sus rodillas para recuperar el aire, Jeongin se lo hubiera dicho en todo momento que estuvieron juntos.

—Casi nunca vengo por esta zona —habló el mayor recuperando la compostura y manteniendo su vista al lago que brillaba ante la puesta del sol —. ¿Tú ya viniste? Es lindo, no entiendo por qué las personas no vienen para este lado.

No respondía, prefería dejarlo hablar. Si Hyunjin hablaba podía ignorar sus pensamientos. O quizá mantenía la calma por no echarse encima mientra le gritaba que parara de aparecerse en su vida y obligarlo a hacer todo lo que él quería.

Era exasperante, porque no importaba cuantas veces dijera que estaba siendo obligado por el mayor, porque sabía perfectamente que era mentira. Estaba ahí porque seguía aceptando sobrepasar un límite que comenzaba a dudar si realmente existía. Y ojalá existiera, necesitaba urgentemente un límite en aquella extraña relación.

Mientras el pelinegro le sonreía al lago, Jeongin observaba los rayos del sol apagado reflejándose y dibujando su perfil ¿Acaso siempre fue tan perfecto? Tal vez comenzaba a volverse loco. Y la locura tocó otros horizontes cuando Hyunjin volteó a verlo con suavidad; ya no había excitación allí, sólo calma.

—¿A esto te referías con escapar? —preguntó no queriendo ser el primero en desviar la mirada.

—¿A qué llamas tú escapar?

—Huir lejos, que nadie nos encuentre jamás.

—¿Y no te sientes libre estando aquí conmigo? —. Realmente, cada vez que estaba junto a él, se sentía perseguido —De alguna forma estamos escapando, sólo se quien eres Innie.

Y era ahí el dilema del siglo. No saber a qué se refería cuando le decía que fuera quien era, porque no era nada más que él mismo toda la vida. Jeongin no ocultaba su personalidad, no era frío para que nadie lo lastimara. Él, simplemente, era de aquel modo sin necesitar razón.

—Soy lo que ves —contestó desviando la mirada. No porque la de Hyunjin tuviera control sobre la suya, sino que fue una necesidad para esquivar esos ojos que pretendía descubrir más allá de lo que mostraba —, no trates de buscar otro Jeongin. No existe.

El aire se le atascó cuando la mano del mayor sujetó la suya y la levantó hasta sus labios proporcionando un casto beso sobre el dorso de esta sin dejar de mirarlo. Y otra vez venía la paranoia de que alguien los encontrara de aquel modo.

—Aceptaste escapar conmigo. Escapar es olvidar, quiero que olvides que hay más gente allá afuera. Quiero que olvides a la chica que dices amar. A Jisung y a tus padres. Quiero que al escapar conmigo olvides lo que fuimos en nuestra infancia. Jeongin, sólo quedemonos así... Todo el tiempo que dure mantenerte cerca antes que recobres la razón y trates de matarme.

Caramelo [Hyunin] OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora