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Nochebuena. Han no ve algo especial como las demás familias a esa noche. Es un día antes de navidad, navidad en la cual su árbol se ve cada año más pobre con escasez de vida. Algo irónico siendo que es un árbol de plástico, la vida no existe en lo sintético, mas las personas son claros canales para entregar vida a un simple objeto.

Donde él vive, al menos en ese árbol de plástico, no hay vida. Tiene luces, sí, tiene cadenas con santas colgando y regalos, sí. Pero ni cuando cae la noche y su tío prende las luces, se ve mágico.

Hay un plato frente suyo, y otro totalmente distinto para su tío. Él tiene carne, Jisung tiene verduras. El vaso de su tío tiene cerveza, el suyo agua. ¿Qué puede hacer? toma el cubierto y pincha la acelga, esta cae unas cuantas veces hasta que se cansa y usa el tenedor como cuchara.

Cuando caigan las doce, no habrá nada que festejar. Su tío con una sonrisa le dará un regalo y él igual. Luego cada quien partiría a saludar a sus amigos o cosas por el estilo, porque la mesa dulce está prohibido en su hogar. Lo dulce engorda, lo dulce da caries, lo dulce es adictivo y Jisung tenía que mantenerse alejado de todas esas cosas que le hacían mal. Era lo mínimo que podía hacer siendo el desastre de Omega que siempre fue.

Tatuado y perforado, tener el cuerpo perfecto para su futuro Alfa era un sueño lejano que jamás estaría al alcance desde que la primera gota de tinta oscura manchó eternamente su piel. Su cuerpo lleno de manchas e imperfecciones, nadie quiere Omegas así. Por eso su tío tanto empeño le da en que Jisung coma saludable y no engorde, lo quiere, pero su forma de demostrarlo sólo causa un sabor agridulce en Jisung sin saberlo.

—No mires con asco tu comida, sabes que no puedes comer nada que te haga perder la poca figura que tienes —habla el hombre mordiendo el pedazo de carne. Jisung mira la saliva del hombre, pues masticar con la boca cerrada no es una opción. El hambre está allí, pero las ganas de comer desaparecen. Lo buscó por internet, hay cincuenta y siete calorías en una acelga cocida.

Los condimentos y sal están fuera de su alcance, y no sabe si su paladar ya se acostumbró o le da asco la comida. Quizá, comenzó a darle asco el tener que ingerir. Sus dientes destrozando la comida, su saliva ayudando a la desintegración, el como baja hasta su estómago hasta que esa simple acelga se vuelva grasa que sus tatuajes no podrían cubrir para siempre. El sentimiento es asqueroso, por eso Jisung deja de comer. El hombre no dice nada, que su sobrino se esté cuidando era a lo que quería llegar.

Faltan dos minutos para que toquen las doce. Ambos se acercan al árbol de plástico y esperan que los fuegos artificiales decoren el oscuro cielo poco estrellado.

Un minuto. Las familias se asoman, otras gritan por el brindis ya que tiene el reloj adelantado. Y cuando al fin las cero cero se marcan, las luces comienzan a aparecer y miles de estrellas explotan en diferentes dirección. Caen, todo lo que sube en algún momento debe caer, y luego desaparecen dejando ese sentimiento mágico en el pecho.

Es navidad y su tío lo rodea con sus brazos mientras se lo desea. Jisung corresponde. Intercambian regalos y al abrir se encuentra con una bufanda tejida a mano de color rojo. El rojo alrededor de su cuello le hará ver más hinchado, hubiera preferido negro.

Al rato sale, tiene pensado visitar primero a Jiwoo. De allí ir juntos a la casa de Jeongin y por último a la casa de Hwang, donde aprovecharía para presentárselos. Un poco emocionado se siente, sus amigos conocerán al Alfa que lo estuvo cortejando, sería un regalo perfecto para navidad si logran llevarse bien.

La nieve cae, es abundante. Sin embargo, no es impedimento para sacarse la bufanda roja de su cuello y esconderla. Las personas que pasan por su lado han de verlo y reirse de la hinchazón de su rostro, la bufanda sólo empeora las cosas. Aunque realmente no estuviera gordo, aunque su cintura era marcada por sus huesos y sus pómulos remplazaban lo que alguna vez fueron esponjosos cachetes; Jisung no iba a permitir que un gramo de grasa entrara a su cuerpo. Entendió eso hace poco.

Caramelo [Hyunin] OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora