Caramelo [Hyunin] Omegaverse

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A tan sólo un mes de la primavera, Hyunjin puede sentirse vacío. Al salir a la calle, el aire estaba infestado de olores que odiaba y que antes jamás lo hubiera hecho. El salir, cree que es lo que aborrece. El ver a las personas caminar con libertad siendo ignorantes a la poca información que se tiene del suceso en navidad.

Estuvo por unos minutos en las noticias, minutos que nadie le tomó importancia. Minutos que no cambiarían el antes y el después de aquella terrible noche. Pero ¿No es así como el mundo funciona? Es decir, de aquí a no sé cuántos años, nadie va a recordar el homicidio de navidad entre tantos otros que se comenten en el día.

Porque las noticias hablan, y lo que sucedió en la casa de los Yang también sucederá en otra casa posiblemente al siguiente día. Y así el siguiente día, creando un ciclo donde acaba en el olvido para volver a presenciar lo mismo.

Sólo que con diferentes protagonistas.

Hyunjin pronto irá a la universidad, se hará cargo de la empresa familiar y quizás viva rico con un Omega que lo quiera y con el tiempo él también llegue a amar. El amor está en el aire, es cierto, una lastima que en su cabeza sólo exista un amor. Uno del cual no debe amar, uno que debería soltar y olvidar. Ya lo intentó en un pasado, era absurdo. Quizá tendría que aprovechar la desaparición de Jeongin para comenzar su nuevo camino.

Parece tan sencillo. Desearía que al menos le pareciera difícil.

Jisung es un Omega, lo llama su Alfa. Hyunjin no quiere ser su Alfa ¿Pero qué le queda? Sus padres ya lo conocieron, y el entrometido Omega no deja de aparecerse en su vida y tratarlo como si ya fueran pareja. ¿Qué iba a esperar? Lo estuvo cortejando por un motivo insidioso, ahora le toca recibir las balas en el pecho. Esas consecuencias que vio, y que sin embargo decidió ignorar.

De camino al minimarket, donde trabaja, recuerda el encuentro. Jisung también fue el culpable. Esa noche oscura en aquel bar donde las luces rojas iluminaron sus rostros mientras se reconocían. Ese encuentro que le ablandó el corazón junto a las memorias de cuando eran niños, felices niños que pretendían conocer el amor.

Y ahora puede decir que, tenían razón. Nunca estaría más cerca del amor sincero como cuando eran niños. Donde la única inseguridad era que uno de los dos terminara presentándose como Omega. Incluso si esa era la única inseguridad, ambos podían estar satisfechos al saber que ninguno sería Omega.

Decir que lo extraña ¿Es una absurda afirmación? Porque consideraba demasiado la idea de que ya se había vuelto estúpido. Más de lo normal.

Allí estaba el minimarket, esperando ser abierto por él. Las persianas bajas y algunas promociones se encuentran despegadas. Tal vez una o dos se hayan volado con el viento. A Hyunjin realmente no le interesa en lo absoluto en dónde hubieron podido parar esas promociones. De todas formas, más que promociones parecían ser estafas del dueño del local.

Introduce la llave en la cerradura y permite que el local sea iluminado por el día invernal. Ya no cae nieve, y eso es bueno. Las personas no son de salir mucho por culpa de las nevadas. Ahoras las calles estaban medianamente limpias del polvo blanquecino.

Prende la calefacción y comienza a subir una por una las persianas del local. Más luz entra hasta que se ve como ordinariamente debería. Hyunjin suspira y coloca el cartel en la puerta: "Por favor, cerrar la puerta. Calefacción prendida", espera que sea un mensaje suficiente claro para esos niños molestos que entran a pretender que la tienda es un parque de atracciones y el pasillo 6 los autitos chocadores.

Una, dos, tres, y así sucesivamente. Cuenta los productos, idea lo que posiblemente el cliente esté pensando en preparar, y luego cobra. Es rutina, se la sabe de memoria, o sólo ya lo hace por costumbre.