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Jeongin no tenía que estar ahí. Su obligación era llegar del colegio y ponerse a estudiar para que sus padres vieran que el esfuerzo que hacían para pagar su educación no era al pedo. Jeongin después de estudiar haría un poco de ejercicio dentro de su cuarto, luego vería uno o dos capítulos de su serie favorita mientras esperaba que la comida estuviera hecha. Claro que así eran los días normales de Jeongin, y en ninguno había tiempo para pasarse por una tienda a comprar dulces que no tendría que comer porque arruinaría su dieta. Además de que, obviamente, seguía con su trauma sobre lo que comía se transformaba en olor.

Su cabello castaño danzaba con el viento helado del invierno, su bufanda bordó tejida por su madre cubría su boca. Sus manos resguardadas con guantes negros se encontraban dentro de los bolsillos de su abrigo. Luego de esperar fuera de la tienda a una considerable distancia y ver cómo las personas entraban y salían con bolsas, Jeongin tuvo el suficiente valor para entrar sin querer mirar a las personas que estaban allí por temor a que lo juzgaran por solo entrar a comprar golosinas. Además de que se sentía perseguido ¿Hace cuánto les había hecho creer a todo el mundo que odiaba las cosas dulces? Tanto tiempo en abstinencia lo había vuelto un loco, y ante el primer pecado que tocó su lengua; Jeongin no resistió el impulso por probar otra vez. Por esa razón fingía que la revista entre sus manos era muy interesante.

Su plan era tan sencillo como complicado. Por un lado quería quedarse hasta que el local tuviera que cerrar o ya no hubiera gente para evitar la vergüenza. Y por el otro lado se preguntaba a sí mismo «¿Te dejas intimidar por gente tan poca cosa? Solo ve y compra las malditas chatarritas e ignora a todos como siempre lo hiciste». Tan sencillo como para dejar de mirar la estúpida revista e ir a buscar las chucherías que quería, pero siempre estaba la duda. Por así era ¿No? Dudo, pienso y existo. Más Jeongin se quedaba entre la duda y el pensamiento antes de existir en muchas ocasiones. Ni siquiera era consciente de la penetrante mirada que su espalda recibía desde que se había animado a entrar por el chico detrás del mostrador que pasaba sin ver los productos que los clientes le dejaban sobre la barra.

¿Qué hacía allí? Hyunjin en todo el tiempo que había trabajado en el minimarket jamás vio a Yang Jeongin merodeando por ahí. No es que Hyunjin recordara los rostros de sus clientes, incluso la primera vez que había vuelto a verlo tardó un poco en reconocerlo. Pero obviamente lo vería y sabría quién era, por eso mismo se sentía seguro a confirmar que; si hubiera vista a Jeongin por esos rumbos, jamás lo habría olvidado.

Y se preguntaba el pelinegro ¿Por qué el menor leía una revista de aquella banda de kpop donde solo encontraría test de personalidad y anécdotas de los miembros de la banda que ya todo el mundo sabía porque vivían a base de ellos en las redes sociales?

No podía ser una excusa para acercarse y hablarle, Hyunjin no creía que el castaño fuera tan capaz para hacer ello si hace pocas horas había sido bloqueado. O sea ¿En qué cara cabía? Así que optó por hacerse el tonto, cobrar y saludar a las personas hasta que el chico decidiera por fin comprar la revista y luego aplicaría su magnífica actuación de sorprendido.

Ya lo tenía todo planeado. Primero, Jeongin se acercaría y se le quedaría viendo fijamente como en los dramas juveniles con Beautiful de crush de fondo, tal vez sería más épico si fuera bajo la lluvia mientras uno llevaba un paraguas y el otro solo su capucha. Luego Jeongin le diría «¿Qué haces aquí?» Y Hyunjin, obviamente, respondería «Trabajo aquí» para que después llegara el estribillo de la canción y los bordes de la imagen se volvieran rosados demostrando que la pareja principal se habían encontrado otra vez. Tan romántico que alegraba a su corazón, y la sonrisa risueña lo delataba ante sus clientes que lo veían con ternura.

—Te ves muy feliz, Jinnie ¿A qué se debe?

—No es nada, creo que voy a recuperar a alguien muy importante en mi vida y me pone feliz saberlo ahora que estaba a punto de rendirme.

Caramelo [Hyunin] OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora