Caramelo [Hyunin] Omegaverse

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Para que no se generen confusiones, Hyunjin muchas veces se va a referir a Jeongin como Omega. Pero Jeongin sigue siendo Alfa... Hasta el momento es Alfa ah. De igual modo se van a ir dando cuenta (si es que ya no lo hicieron) del porqué Hyunjin se refiere a Jeongin como 'su Omega'

Sentado con la cabeza escondida entre sus piernas Hyunjin ahogaba sus lágrima. De qué servía todo lo que planeaba y hacía si Jeongin no colaboraba en lo absoluto. Tal vez estaba confundido y sus destinos en ningún momento se cruzaron. Que sólo fueran circunstancias del momento y no el destino que lo atormentaba a su manera. Lo quería, en serio lo quería mucho. Mas ahora comenzaba a darse cuenta que quizá él para Jeongin no era más que un pasatiempo.

No iba a enamorarlo en su cabeza, no iba a poder controlar a su lobo a su manera. Jeongin no estaba hecho para él ni él para Jeongin. Dolía entenderlo, y más dolía saber que sí existía alguien para el menor. ¿Qué quedaba para él? ¿Siquiera algún gramo de amor?

Siempre era un sube y baja, sus emociones no siempre podían controlarse. A veces Hyunjin pensaba en Jeongin como si fuera la criatura más bella que jamás haya visto, y luego sufría por caer en la cruda realidad de que no era ni la sombra de lo que quería ser en la vida del menor. Dolía, pero no lo suficiente.

Recuerda que hace un tiempo había dicho que sería Jeongin quien lo buscaría, sin embargo todo daba indicios a que siempre sería él quien terminaba atrás de Jeongin.

—Hyunjin —llamaron su nombre frente suyo. Y cómo no reconocerlo a la primera, cómo siquiera existía la posibilidad de olvidar su voz. Su corazón que nunca dejó de palpitar enamorado y dolido una vez más dio un vuelco que lo descolocó por completo.

Temía levantar la cabeza y que todo fuera un engaño, que el chico no estaba ahí llamando por su nombre ni lo sentía agacharse para estar a su altura. Temía darse cuenta que no siempre podía vivir dentro de su cabeza donde todo sí lograba plantearse con colores rosas y brillantes.

Mas fue el suave tacto que acarició su mejillas y lentamente fue obligado a levantar su mirada. Era real, Yang estaba ahí mirándolo con sus habituales muecas crudas y ojos demasiado oscuros para poder reflejarse en ellos. El chico frente suyo era frío, pero sus manos se mantenían cálidas en todo momento que acariciaban su rostro y limpiaba sus lágrimas.

—Tenemos que hablar.

No quería hablar, quería quedarse por toda la vida sintiendo el tacto de Jeongin en él. Quería ser abrazado y besado, amado tanto como él amaba. De igual modo asintió y con ayuda del más bajo se levantó de aquel callejón oscuro.

La noche oscurecía la ciudad y las luces de esta encendían mostrando el peligro de las calles. Hyunjin y Jeongin caminaban cabizbajos por esas calles sin tomar mucha distancia uno del otro. Cada tanto sus manos lograban rozarse con intención y algunas veces sus hombros se percibía demasiado cerca. Hyunjin no debía ilusionarse con esos toques, porque no dejaban de ser simples toques que no significaban nada, o al menos eso se estaba convenciendo desde que fue plantado por el castaño.

—Supongo que quieres cortar todo esto —habló con la voz ronca el mayor sin tener el valor de verlo. Al menos podía dejar de intentar algo con Jisung a la fuerza si Jeongin pedía abandonar todo.

—Le pedí tiempo a Jiwoo.

Jeongin no llegaba a entender todo lo que pasaba consigo mismo. Claro que quería a Jiwoo, pero en todo el tiempo que estuvo ignorando a Hyunjin en ningún momento dejó de pensarlo. Al recordarlo se sentía distinto, inexplicablemente más eufórico. Pensar en el mayor era una tortura y ambos entendía que se estaban torturando con todo esto.