Caramelo [Hyunin] Omegaverse

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No te vuelvas sumiso ante él, era una de las cosas que Jeongin pensaba cuando estaba cerca de aquel Alfa. No ser sumiso, no demostrar que de verdad le atraía de esa manera incorrecta. Mas Hyunjin sólo tenía que acercarse y recitarle unas cuantas palabras bellas para que él cayera de rodillas. Y extrañamente en su interior una mezcla de emociones en su estómago no lo dejaban en paz, entre su lobo que rogaba por saciar la curiosidad de dejarse llevar y su racionamiento que le pedía huir antes que no pudiera controlar nada. En ese momento se sentía inquieto, Hyunjin era impensablemente grande y sus rasgos faciales lo hacían ver más bestia. Le gustaba y al mismo tiempo le aterraba, y no creía que aquello fuera una muy buena combinación de hecho.

Al echarlos de la tienda, el mayor no perdió el tiempo en llevarse al menor detrás del basurero de la tienda. El olor de la comida echada a perder, los envases llenos de gusanos y las bolsas de residuos que a simple olfato se notaba la degradación. Era un asco, eso y los charcos oscuros que reflejaban la noche. Vaya a saber uno de qué clase de sustancia estaban hechos aquellos charquitos marrones donde ni siquiera ellos podían reflejarse.

—Cre-creo que esto no está bien —susurró entre los brazos de aquel Alfa que no dejaba de besar su cuello y apoyar su pecho contra el suyo. Jeongin intentó ejercer fuerza para liberarse, y no es que no tuviera la suficiente sólo que se sentía demasiado abrumado para reaccionar tal y como su lado humano lo pedía. Ah... Maldito animal, se estaba saliendo de control.

Y Hyunjin no hablaba, no respondía ni accedía a los pedidos del Alfa menor. Estaba hecho todo un manojo de gruñidos y balbuceos que poco podía entenderse. Mío, Omega, y caramelo eran de las pocas palabras que Jeongin lograba entender en medio de la lucha de besos.

Parecía eso, ser una lucha de besos de la cual no se encontraba participando del todo. Hyunjin besaba con furor sus labios y él únicamente quedaba estático con la boca abierta dejándose hacer. Dejando que el mayor se adentrara con su sin hueso e hiciera un tour dentro de la cavidad. Y sus manos eran otra clase de historia cuando se paseaban por el cuerpecito del castaño, amasaba su cintura hasta calentarla, presionaba su pierna en la entrepierna del menor y cada tanto pellizcaba con burla su culo. Estaba agonizando, perdido en su instinto y sus ojos zafiros lo demostraban perfectamente. Hyunjin era dócil, mas su lobo era dominante y feroz. Lo que quedaba de aquel simpático Alfa se volvía un completo animal sediento ante la presencia de una persona en particular. Persona que se dejaba hacer en sus brazos entre jadeos y gemidos reprimidos en ese instante.

—Omega —volvió a gruñir y el otro sintió sus piernas flaquear. Jeongin era por parte consciente de que Hyunjin no había parado de referirse a él como Omega, se sentía como una burla y la completa pérdida de su dignidad. Pero imposible querer alejarse y ponerlo en su lugar, prefería quedarse allí y seguir besándolo y tocándolo como venían haciendo hace minutos luego de ser echados del mismo local donde ahora jugaban sus travesuras detrás de este. Así que ignoró el llamado y dejó que las frías manos del pelinegro se adentraran por debajo de su ropa dejando que una corriente helada congelara su vientre y al mismo tiempo la mano del contrario tomaba temperatura para contrarrestar la helada repentina.

Aunque no lo fuera, ni ahora ni nunca, Jeongin observó el brillante colorido lucero del alto y cerró sus ojos para besarlo él mismo con la fuerza que usó anteriormente del mayor. Por hoy, por ese instante y en esa lucha, a Jeongin no le molestaría hacer del papel de Omega. Una vez, y prometía que ahora sí no se convertiría en una vez más.

—Soy tu Omega —susurró complaciendo al dominante y escuchando a su lobo aullar en protesta pidiendo tomar el control. Mas aquello no sería posible teniendo a Jeongin concentrado en el Alfa mayor, de alguna forma conseguía complacer tanto al lado racional y al instinto tocando a Hyunjin. —Alfa, puedes convertirme en tu Omega por esta vez y nunca más.