capitulo 8

4.3K 334 8
                                    

Mientras vamos en el auto de Dean él me mira por el rabillo del ojo.

—Vendiste tu auto ¿Cierto? —preguntó mirándome fijamente cuando se detuvo en el semáforo.

—Así conseguí el dinero para la casa ¿Por qué?

—Tenemos que conseguirte un nuevo auto —soltó el freno de mano para agarrar mi mano—. Y un nuevo anillo de bodas.

—¿A que te refieres? ¿Anillo?

—Contraté a un experto para que revisara tu firma y efectivamente es falsa, mañana habrá reunión y pienso demostrar que tú y yo seguimos casados.

—Papá —habló Elizabeth—, mamá prometió que iríamos a Disneyland —dijo emocionada.

—Definitivamente iremos a Disneyland —le respondió Dean con una sonrisa—. Cuando Ethan este un poco mas grande.

—¿Qué tanto tiempo?

Dean hace un gesto como si estuviera pensando.

—¿Cuando comienzan las vacaciones de tus clases privadas? —preguntó él con una sonrisa.

—¡En julio!

—Bien, iremos en julio.

—¡Si! —gritó emocionada.

Cuando llegamos a casa yo bajo con Ethan cargado y Dean sale con Elizabeth, entramos a la casa e inmediatamente cruzamos la puerta los padres de Dean me miran con una sonrisa y me abrazan, James e Irina están también en la casa y apenas veo a Irina la abrazo, hace mucho que no la veía, solo por vídeo llamada.

—¿Qué sucede? —preguntó Dean recibiéndome a Ethan.

—No lo sé —dijo el señor Adrian—. Albert dijo que nos veríamos acá que necesitaba decirnos algo.

—¿Qué será? —preguntó James.

Pero en mi interior algo me dice que algo tiene que ver Mariana en todo esto.

—¿Cómo te sientes? —me preguntó Irina con una sonrisa.

—Feliz —una sonrisa tonta se pintó en mi cara—. Muy feliz.

Esperamos al señor Albert por un buen rato y cuando llega todos nos pusimos de pie para recibirlo pero casi nos vamos para atrás cuando lo vemos llegar con Mariana colgada de su brazo y con una sonrisa.

—¿Qué hace esa mujer en mi casa? —preguntó la madre de Dean con rabia.

—Relájate Aura —le pidió el señor Albert—. Ella viene conmigo.

Y en ese momento todos nos miramos las caras.

—Será mejor que pasemos al estudio —dijo haciendo una seña con las manos.

—Es mi casa Albert, recuérdalo —le aclaró el señor Adrian.

—Hola Dean —dijo Mariana con una sonrisa tonta, pero Dean agarra mi mano y la ignora por completo.

Entramos al estudio principal de los Harris, es un lugar enorme lleno de libros y cuadernos contables, varios escritorios y un enorme retrato familiar en la pared, el señor Albert se queda de pie mientras todos nos sentamos en las diferentes sillas que están en el lugar.

—Como le comuniqué a Adrian pensé en la solicitud de volver a incluir a Emily al cartel y he decidido permitir esta inclusión —me miró—. Pero tengo una condición.

—¿Qué? —preguntó Dean de mal humor.

—Que ninguno de ustedes se atreva a hacerle daño a Mariana —dijo señalando a la mujer, la cual tiene aún su sonrisa.

Enlazados hasta el finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora