capitulo 33

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—¿Cómo que escaparon? —pregunté mirándolo con los ojos abiertos.

—No... no lo sé, yo me tengo que ir —dijo rápidamente caminando hacia la puerta.

—Déjame ir contigo —le pedí mientras lo seguía.

—No —me detuvo rápidamente—, necesito que te quedes a cuidar a los niños, ella probablemente venga acá y necesito que hagas algo por mí—agarró con suavidad mi rostro—. Necesito que la mates apenas la veas, no le des la oportunidad de hablar ni de molestarte, solo dispara y ya.

—¿Por qué me pides eso?

—Porque lo mas probable es que ella este molesta y se que no esta feliz, ¿Me lo prometes?

—Esta bien —dije después de que me diera un rápido beso.

Camina hacia la puerta y se va, yo rápidamente corro hacia nuestra habitación y busco un arma, me coloco ropa mas calurosa y junto con Yane cierro todas las puertas y ventanas, por la única parte por donde ella podrá entrar será por el balcón de mi habitación, tomó asiento frente a la puerta corrediza con mi arma y completamente alerta.

La madrugada llega pero ella no aparece, estoy cansada y mi bebé comienza a llorar, camino hacia la puerta y la cierro con seguro, el vidrio de la puerta corrediza es grueso y pesado, además de que es antibalas, yo apenas si puedo abrirla del todo, cierro la cortina y llego a la habitación de mi bebé, le cambio su pañal, lo baño, lo cambio, lo cargo y bajo, Yane tiene su comida preparada y Elizabeth aún no se ha levantado, le doy de comer a mi hijo y después lo coloco en su caminador, voy a despertar a Elizabeth y después de una lucha logro que lo haga.

—¿Dónde esta papá? —preguntó cuando bajó a la cocina.

—Se fue a trabajar bien temprano —le respondí entregándole su plato de desayuno—. Vendrá luego.

—¿No han peleado más?

—Hey... nosotros no peleamos.

—¿Entonces?

—Solo hay momentos en que no compartimos la misma opinión —dije sentándome a su lado.

—Pues compartan opiniones mas bajo, no me dejan dormir —dijo dándole un sorbo a su jugo de naranja.

—Está bien —dije riendo, es sorprendente lo inteligente que se ha vuelto.

Ya es medio día y aún no sucede nada, Elizabeth se encuentra con su tutor y con Yane mientras que Ethan se encuentra tomando su siesta, yo estoy esperando en la puerta a que llegue mi esposo cuando escucho un auto, me asomo a la ventana y veo a Dean bajándose del auto, su brazo está lleno de sangre y se ve molesto, rápidamente le abro la puerta y apenas entra la cierro.

—¿Qué sucedió? —pregunté mientras lo ayudo a caminar hasta las escaleras.

—Marta tenia razón —dijo caminando con cuidado y con gesto de dolor—. Varios de nuestros trabajadores los ayudaron a escapar.

—¿Y Marta? —pregunté abriendo la puerta de la habitación.

—No la lograron sacar —respondió entrando al baño.

—¿Por qué a Mariana y no a Marta? —pregunté buscando el botiquín de primeros auxilios.

—No lo entiendo... —dijo mientras se quita la chaqueta.

—¿Y que te sucedió? —pregunté cortando su camisa.

—Los perseguimos hasta el pueblo mas cercano pero todo fue una emboscada —dijo haciendo gesto de dolor cuando desinfecte la herida.

Enlazados hasta el finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora