Capitulo 41

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—Me niego a creer que la haya matado su propia madre —dijo Dean apoyado a un árbol viendo como hacían el levantamiento del cuerpo.

—¿Entonces que crees que fue lo qué sucedió? —pregunté acercándome a él.

—No lo sé pero todo esto es muy extraño, Marta está loca pero no tanto como para matar a su hija —abre sus brazos para estrecharme contra su cuerpo.

—¿Y no podría ser algún aviso o algo así? —pregunté apoyando mi cabeza sobre su pecho.

—Puede ser, puede que no, pero será mejor que nos vayamos a casa.

Caminamos hacia el auto y después de una larga charla con los policías podemos irnos, cuando llegamos a nuestra casa me siento tan agotada, Ethan decidió que hoy quiere estar con su padre y yo aprovecho eso para dormir un rato más, el embarazo me está quitando energías y apenas si estoy comiendo por el estrés, necesito descansar más, debo calmarme un poco y tomar este asunto con calma, aún no le he contado a Dean lo que me había dicho Jack de Albert, acerca de que también esta interesado en mí, pero pensándolo mejor lo siento más como un invento de Jack para intimidarme, Albert apenas si me miraba y solo lo hacía para hacerme enojar o hacerme quedar mal, al final decido no decírselo, no darle importancia, cierro los ojos con fuerza y lucho por quedarme dormida.

Un suave rayo de luz da fijamente a mi ojo, los abro con pereza y veo que la ventana está abierta y la cortina se ondea con fuerza, me levanto despacio y camino hacia el balcón mientras me restriego mis ojos, salgo y veo a Dean sentado en el sofá mirando hacia las montañas, cuando nota mi presencia me mira y sonríe.

—¿Como te sientes, cariño? —preguntó mientras me acercaba a él.

—Ya más tranquila —dije sentándome a su lado.

Dean toma mi mano y de un suave tirón me arrastra hacia él, mi cabeza queda sobre su pecho e inmediatamente me acomodó él me rodea con sus fuertes y musculosos brazos.

—¿Sucede algo? —pregunté levantando la cabeza para mirarlo.

—Solo quiero estar así contigo —dijo con suavidad—. Hace mucho no estamos solos y tan tranquilos, extraño esto.

—Ya casi se acabará todo, y ahora si será el fin de todo esto.

—Me cuesta ser positivo aveces, me cuesta creer que ahora si será el fin de todos nuestros problemas.

—Cariño, tú y yo siempre tendremos problemas —dije dándole un suave beso en el cuello—. En nuestra relación, problemas familiares, somos humanos, no súper héroes, y estoy segura de que hasta los super héroes tienen problemas cotidianos.

—Solo quiero que nos alejemos de todo esto y que seamos una familia común y corriente, ya estoy harto de toda esta mierda.

—¿De dónde nace eso? —pregunté agarrando su mano.

—James... él puede ver a su esposa y a su hijo todos los días, él puede dormir al lado de la mujer que ama en su enorme cama todas las noches, Mark, apenas si tiene que salir de su casa y cuando lo hace por mucho tiempo es porque se fue de viaje con su esposa.

—¿Y tu? ¿Qué quieres en verdad? —pregunté mirándolo.

—¿Yo? Yo quiero ver a mi nuevo bebé nacer, quiero ver a Ethan decir su primera palabra y dar sus primeros pasos, quiero estar en todos los cumpleaños de Elizabeth y... y quiero poder ir a la tumba de Anastasia con la conciencia tranquila porque vengué su muerte.

—¿Quieres ir a verla cuando esto acabe? —pregunté enderezándome para sentarme sobre él, cada pierna mía esta a cada lado de su cuerpo y coloco mis manos sobre su pecho—. ¿Crees que eso te hará sentir en paz?

Enlazados hasta el finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora