capitulo 40

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Al día siguiente después del almuerzo Dean y yo nos dirigimos a la discoteca, en la entrada está Michelle fumando un cigarrillo, en el momento en que me ve corre hacia mí y me abraza con fuerza.

—¡Te nos perdiste maldita! —dijo a mi oído.

—Lo siento —dije acercándola a Dean—. Pero seguí tu consejo y ahora este hombre volvió a ser mi esposo, su nombre es Dean Harris.

Dean aprieta su mano cordialmente mientras ella lo mira.

—Espera ¿Harris? ¿El duro de duros? ¿El jefe? —preguntó sorprendida.

—Si, ese mismo —respondió él.

—¡No me jodas Emily! ¿Que diablos hacías aquí? —exclamó más sorprendida aún.

En ese momento la puerta se abre y un enorme hombre aparece.

—Bunt, el jefe te está esperando —dijo de mal humor.

En momento siento como Dean se tensa, odia que me llamen por ese apellido, él se queda afuera mientras que yo entro con Michelle.

—Oye, a tu esposo como que no le gusta mucho que te llamen por tu apellido —me susurró ella.

—Odia que me llamen así —dije mientras me abro paso por las mesas del lugar—. ¿Y cómo ha estado todo en casa?

—Pues ya esta todo mejor, mi mamá se separo de mi papá y ahora vivimos en un pequeño apartamento cerca de acá, el dinero rinde más ya que no tenemos que darle para las cervezas.

—No sabes cuanto me alegra que te vaya bien —me detuve con ella en la puerta.

—Pero a ti te ha ido mejor que a mí, mil veces —dijo con una sonrisa—. Ahora entra ahí, ese hombre está de mal humor.

Toco la puerta inmediatamente ella se va y apenas escucho el "siga" la abro, entro y la cierro.

—Siéntate —me ordenó—. ¿Por qué carajo no has venido a trabajar?

—No podía volver a trabajar —le expliqué con su mismo tono de voz—. Fue algo que acordé con mi esposo.

—¿Su esposo? —preguntó con gesto extraño—. ¿en verdad usted era esposa de ese animal de Dean Harris? ¡No me venga con chistes!

—No es ningún chiste, Dean Harris es mi esposo y le manda a decir que si vuelve a escucharlo llamarme por mi apellido de soltera él mismo vendrá y se lo hará entender a las malas.

—¿Él vendrá? ¡Pues que venga y pague la deuda que tiene usted conmigo! ¿O es que acaso es mentira?

—No, no lo es, él esta afuera, si quiere llamelo —me crucé de brazos.

Mi jefe duda por un momento pero después acepta, lo llama y apenas contesta le pide que entre, dos minutos después Dean aparece molesto.

—El gorila que tienes por guardia no sabia quien era yo —dijo colocando sus manos sobre mis hombros—. Ahora dime ¿Que problema tienes con mi esposa? —preguntó Dean inclinándose hacia adelante.

En ese momento el hombre se coloca completamente nervioso.

—Su esposa —aclaró su garganta—. Tenía un contrato con nosotros que no respeto, dejo su trabajo tirado sin previo aviso.

—¿Usted utiliza contratos? —preguntó Dean con el ceño fruncido—. Eso si que es nuevo.

—Como sea —habló él—, ella me debe dinero de un préstamo que le hice y aparte me debe los días que no vino a laborar —en ese momento entraron dos gorilas mas parecidos al de la entrada—. Quiero mi dinero hoy.

Enlazados hasta el finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora