Capítulo 28: La charla con el León

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Luego de encerrar a Jadis, la poca niebla se disipó y el frío en el ambiente se apagó. Los fragmentos de hielo en las hojas de los árboles se derritieron y un clima cálido se hizo presente al fin.
Suspiré y miré a Aslan para luego acercarme a él.

-Es un placer poder conocerlo al fin- dije haciendo una reverencia.

-El placer es todo mío- respondió serenamente- Has demostrado ser valiente, gentil, amable, justa y perseverante.-

-Gracias, Majestad.-

-Gracias a tí. Salvaste a Lucy a toda Narnia. Definitivamente, eres la Monarca que tanto esperaba ésta tierra.-

Cuando terminó de pronunciar esas palabras, el cielo se iluminó. Todos dirigimos nuestra vista arriba y vimos asombrados a la estrella más hermosa de todas, su brillo era inalcanzable y cada vez que irradiaba, mi corazón latía más fuerte.
Mis accesorios se iluminaron de nuevo y del dije de mi collar, tres puntos de luz salieron para ascender al cielo y colocarse justo al lado de la luna.

-Las estrellas anuncian tu momento, querida- habló Aslan.

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Regresamos al castillo, yo aún estaba en shock,me dispuse a ir mi habitación para asearme y cambiarme. Bajé al comedor y tomé asiento. No me di cuenta de la hora en que sirvieron la cena. Mi mente aún trabajaba intentando resolver algunas preguntas: ¿Todo esto pasaba de verdad?, ¿Cuánto durará?.

Una voz me sacó de mis pensamientos.

-¿En qué piensas, Arely?- preguntó Peter al ver que no toqué la cena.- ¿No tienes hambre?-

Era la primera vez que veía la mesa de aquel largo comedor totalmente lleno, todos estaban contentos, los soldados brindaban y contaban algunos chistes, Reepicheep contaba sus aventuras a Lord Kilp y los Monarcas escuchaban con gran algarabía las historias del valiente roedor acerca de cómo El Gran León advirtió de mi llegada.
Moví la cabeza levemente y me concentré en las palabras de Peter.

-¿Perdón?-

-¿Estás bien?, Pareces... Ida-argumentó.

-No es nada, sólo que, resulta todo tan increíble que tengo miedo de despertar.-

Tomó mi mano.

-Oye, mírame, míralos, mírate. Estás aquí, en el lugar que siempre quisiste conocer, con personas que nunca antes creíste convivir, acabas de salvar todo un mundo y ¿Tienes miedo?-preguntó

-No lo malinterpretes.- dije- pero no quiero que acabe.-

-Escucha, linda. Los finales felices no existen, por lo general son muy tristes, por eso, haz del inicio inolvidable y del desarrollo toda una algarabía. No te preocupes por lo que pase luego, disfruta de tu tiempo aquí o allá.-

Tenía tantas ganas de llorar, que lo único que hice fue abrazarlo.

-Gracias, Pet.-

-...Y sabes que siempre nos tendrás de éste lado, esperándote.-

Sequé mis lágrimas. Y sin darme cuenta, un silencio se hizo presente casi al instante.
Aslan entró al comedor y poco a poco las voces se apagaron. Me observó y luego dijo:

-¿Puedo hablar contigo, hija?-

-Claro- dije poniéndome de pie y evitando todas las miradas que me seguían.

-Pueden continuar- comentó Aslan antes de salir de la habitación.

Lo seguí hasta afuera, se detuvo en medio de los jardínes y luego volteó a verme para entablar la que sería una de las lecciones de vida más significativas para mí.

NARNIA. La Última Reina De Antaño (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora