Capítulo 36: Sentimiento extraño

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Uno de nuestros soldados Narnianos tocó una trompeta para anunciar nuestra llegada.
Parecían ya estar esperándonos porque al fondo, podíamos ver a un par de siluetas caminando hacia nosotros. Eran del Tisroc y del Príncipe. Murmullos acompañaban sus pasos, pues detrás de ellos venían su fiel Corte. Algunas risas burlonas se hicieron presente entre los murmullos seguidos de varios "shhh" cortos. El Tisroc y el príncipe no mostraban gesto alguno, se mantenían fríos, pero al estar ya más cerca, la cara del Príncipe se suavizó.

-Hola- saludó Henry amablemente- sean bienvenidos a Calormen, Majestades- hizo una revenrencia.-Es para mí, todo un honor recibirlos aquí en nuestro Palacio y un enorme placer poder conocerlos al fin- se acercó a estrechar la mano de Peter-Me regocija saber que estarán presentes en mi aniversario.- procedió a saludar a Edmund- y poder al fin tener un lazo más estrecho y sincero con ustedes- terminó por saludarme a mi y me miró fijamente a los ojos.- Usted es Arely, ¿Cierto?. He oído mucho sobre usted y debo decir que es un gran ejemplo de valentía y coraje.-

-Gracias-respondí sin apartar la mirada.

Era extraño porque el príncipe Henry era físicamente muy distinto a su pueblo y al mismo Tisroc. Su tono de piel era más clara, era alto y no parecía tan amargado como el resto.
*Si son ciertas sus intenciones, será fácil convencerle de firmar el Tratado*-pensé.

Su mirada luego de un rato comenzó a incomodarme, pero traté de controlarme, para mi suerte, Peter rompió el hielo.

-Nosotros también estamos honrados de asistir. Creemos en el cambio, como ustedes-habló el Sumo Monarca.

-Ya lo creo- dijo Henry apartándose de mi y dirigiéndose a Peter- disculpen, Majestades, pero creo que hacen falta dos Reinas y un Rey.-

-No pudieron venir- comentó Edmund- tenemos pendientes en Narnia y ellos se quedaron a suplirnos. Tenían ganas de asistir pero las cosas no se dieron-

-Lamentable, ¿No?. Bueno, no importa. Al menos tres de ustedes pudieron llegar.-comentó Henry-Oh, ¿pero en dónde están mis modales?- dijo tocándose la frente-Aún no he presentado a mi padre, el Tisroc.- lo señaló con su mano.

El Tisroc no se movió de su lugar, únicamente asintió y nos miró frío.

-Un gusto- habló el Tisroc, quién era una persona ya adulta, de estatura parecida a la mía y de huesos anchos.

-Y ellos- siguió Henry- son los integrantes de nuestra Corte- señaló al grupo de adultos y ancianos detrás del Tisroc.

Imitamos la acción del saludo del Tisroc y Peter habló por los tres:

-Un placer-

-Ahora, si no les molesta, podrían seguirme hasta sus habitaciones.- continuó Henry- Puedes seguirnos también, joven- se dirigió a Jace- un comandante debe también descansar muy bien.-

Jace asintió.

-En cuanto a sus tropas,- habló el Tisroc.- se les asignará un espacio en los jardines equipado como especie de campamento. Tendrán agua y comida las 24 HRS. Nuestros guardias los llevarán- señaló a los guardias que abrieron las puertas.

-Disculpe, Usted- habló Jace al Tisroc- pero me sentiría más a gusto estando con mis tropas-

-No hay problema- comentó Henry- puedes estar con ellos-

Los guardias Calormenos se dirigieron afuera junto a Jace y nuestras tropas.

-Síganme entonces- dijo Henry- no se preocupen por sus pertenencias. Las subirán de inmediato.-

Dudé en dejar mis pertenencias a cargo de ellos, pero Edmund con la mirada indicó que hiciéramos caso. Tres hombres Calormenes ayudaron a bajar y llevar nuestro equipaje a cada habitación. El palacio era enorme, tanto que te podrías perder en un segundo y extremadamente lujoso, tanto que hasta parecían ridículas algunas decoraciones de oro sólido.
Me fueron a dejar primero a mí, mi cuarto era mucho más grande que en Cair Paravel y con tonos tan brillantes que sería difícil conciliar el sueño.

NARNIA. La Última Reina De Antaño (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora