NARNIA. La Última Reina De Antaño (TERMINADA)

Capítulo 74: El verdadero Jace

-Hola- susurró una voz detrás mío.

-Jace, vete. Este no es un buen momento, tengo cosas que hacer- ordené seria, aunque dentro de mí estuviera temblando.

-¿Y cuándo se supone que es un buen momento?-preguntó irónico.

Giré y me topé con sus ojos verdes destellantes.

-No pienso volver a decirlo: vete.- le dije- y si te rehúsas a hacerlo estarás en graves problemas.- mis manos empezaban a sudar.

-¿Con quién?- preguntó acercándose luego de poner seguro a la puerta- ¿Con ellos? ¿O contigo?.-

Desvíe un poco la mirada, pensaba empujarlo y salir huyendo cuando estaba por comenzar a correr, Jace se anticipó y ágilmente me derribó sacando una daga de su cinturón y poniéndola en mi garganta mientras recargaba su rodilla sobre mi abdomen para evitar que me moviera.

-Creo que al fin podremos hablar a gusto- rió.- no intentes nada estúpido si prefieres vivir aún- me advirtió.- ¿Cómo ha estado mi preciosa amiga?- preguntó.

-¿Qué estás haciendo aquí, Jace?- pregunté enojada.

-¿Ya se te olvidó que soy caballero y tu primer oficial?- cuestionó.

-Pues como lo veo- dije- te quedaron muy grandes los títulos- dije riendo.

Apretó más fuerte la daga y tapó mi boca con su mano restante. Solté un gritó ahogado y sentí algo espeso y caliente correr por mi cuello.

-Déjate de estupideces, Arely- dijo frío.- vengo a reclamar mi verdadero título.-

Yo estaba tirada en el piso, con Jace encima mío, me costaba respirar y además me dolía la herida que me había hecho.

-¿De qué hablas?- pregunté.

-Se lo pedí a Peter pero no me hizo caso, intentó matarme pero no le dió tiempo, entonces mandó a su hermano... Por cierto, me enteré que ya te cambió por otra jajaja, no me sorprende, quise advertirtelo pero me tomaste a loco, bueno al fin obtienes lo que te mereces...-dijo.

-No te entiendo- dije con voz cansada- si venías a burlarte ya no importa pero ¿por qué llegar a tanto?-

-No sólo vine a reírme de ti- comentó.

-Jace, tienes dos títulos altísimos- le respondí- ¿Qué otra cosa quieres?-

-¿Piensas que eso es suficiente?- cuestionó- no seas imbécil, ¡YO MERECÍA UN REINO! ¡TÚ NO!, ¿CÓMO MIERDA UNA NIÑA HUECA PUEDE LLEGAR A SER REINA SOLO POR VENIR DE OTRO MUNDO? TODA MI VIDA LUCHÉ POR ELLO, HICE COSAS HORRIBLES Y QUÉ CARAJOS OBTENGO... ¿SER CABALLERO DE UNOS INÚTILES?- Comenzó a alzar su voz y se notaba enfadadísimo.- ¡EN MIS VENAS CORRE AUTÉNTICA SANGRE REAL NARNIANA Y LE DAN EL REINO AL HIJO DE UN USURPADOR! ¡VAYA QUÉ JUSTO ES TU SALVADOR!-

Yo estaba temblando.

-Escúchame Arely,- bajó su voz y acercó a susurrarme al oído- voy a contarte una historia, quizá luego puedes escribirla y regalársela al inadaptado de Edmund...-rió y comenzó a contarla sin apartar su rostro del mío.-Érase una vez dos primos, uno de ellos era un príncipe e hijo de la última Reina Narniana antes del Gran Invierno y el otro era un simple caballero. Por azares del destino, o mejor dicho, por culpa de una malvada Bruja, ambos tuvieron que huir para evitar ser asesinados por Jadis. Los primos lograron escapar y descubrieron un sitio tan grande como Narnia, no estaba deshabitado, pero les hacía falta una figura regente. Los recibieron felices y otros refugiados llegaron para hospedarse ahí... La cosa es que en un principio, la persona que requerían para gobernar se negó a ser el próximo Rey en esas tierras, así que estúpidamente cedió su puesto a su primo... A partir de ese día, el legítimo heredero se marchó hacia aguas desconocidas mientras su inútil pariente se quedó con el Reino... Ahora bien, te preguntarás en dónde mierda entro yo, pues verás Arely- siguió relatando- mi difunta madre era nativa de las Islas Solitarias, incluso yo nací ahí. Un día, mientras escuchaba a mi abuela hablar con mi madre y mi tía sobre una ceremonia a la que cordialmente los "Reyes"- remarcó esta última palabra- de Archenland nos habían invitado, pregunté la razón del por qué especialmente nosotros fuimos considerandos. Mi abuela respondió que "teníamos un vínculo lejano" y luego relató la historia que te conté. Cómo era de esperarse, mi madre se molestó con ella por el secreto oculto tanto como yo, pero la desubicada de mi tía parecía no importarle.-