Tocaron la puerta inmediatamente después de que lavé mis heridas.
-¡Voy!-grité secándome el rostro con cuidado.
Giré rápido y el dolor de abdomen regresó.
*Mierda*-pensé.
Intenté ignorarlo y fuí a abrir la puerta.-Hola, amor- saludó Edmund sosteniendo el libro de los Encantamientos y un frasco de cristal.
-Hola- dije sonriendo y soportando el dolor.
-Te traje esto- extendió el frasco. -Un remedio para esos golpes.- dijo mientras buscaba con su mirada alguna marca en mi cuello.
-Gracias. Puedes pasar a dejarlo- le indiqué aún con una mano sosteniendo mi cuello.
Pasó y puso el frasco sobre mi mesita de noche.
-Debes aplicártela una vez al día. Ayudará con tus moretones y heridas leves.-comentó viéndome raro.- Arely...¿Puedes mostrarme tu cuello?-
*Rayos*
-Emm...Mira, Ed. Es que con la caída, me lo lastimé un poco. Así que trato de no moverlo mucho- mentí.-Ya veo, entonces te ayudaré a ponerte la pomada- se ofreció acercándose.
-No- lo interrumpí- así está bien, eres muy amable, pero prefiero hacerlo yo misma-
Rodó sus ojos y suspiró.
-No creas que podrás engañarme. Te conozco- dijo- Por favor, déjame ver cómo te dejó-pidió.
Era verdad, me conocía muy bien. Suspiré y lentamente quité mi mano de mi cuello revelando las heridas y los moretones que lucían horrorosos. Me miró incrédulo pero se mantuvo sereno.
-Está bien- suspiró- te ayudaré, acércate y siéntate.-
Me senté a un costado de la cama. Miró mis heridas con tristeza y lentamente empezó a untarme la pomada contenida en el pequeño frasco.
-¿Por qué intentas ocultarme esto?-preguntó detrás mío mientras sobaba mi cuello.
-No quiero causarte preocupaciones- le respondí.
-Cuando me ocultas las cosas, me preocupas más- comentó
-Lo siento, tampoco quiero ocultarte las cosas- me disculpé.
-Está bien, sólo hay que prometer que no habrá secretos entre nosotros, ¿Sí?-
-Te lo prometo- dije.
Se puso frente a mí y me dió un beso en la frente.
-Está listo- dijo- recuéstate un rato- acomodó la almohada- te terminaré de poner en tu rostro-
Me recosté con cuidado.
-¿Qué hicieron con la señora?- pregunté.
-La encerramos en un calabozo alejado de los demás prisioneros, con vigilancia las 24 hrs. Le hicimos unas preguntas antes de encerrarla, pero no quiso cooperar.- contestó.
Reí.
-Entonces, aún no tenemos información. Creo que tendré que utilizar un Encantamiento.- comenté.
-Así parece- rió.
Pasamos varios minutos hablando sobre temas personales, reíamos y hacíamos chistes frecuentemente.
-Levántate y mírate en el espejo- indicó luego de contar un chiste.
-¿Es una broma?- pregunté incrédula.
-No- respondió- anda, te ayudo.-
Me levanté con cuidado y fui hacia el alargado espejo, casi me voy de espaldas al notar que los moretones y las heridas habían desaparecido.
ESTÁS LEYENDO
NARNIA. La Última Reina De Antaño (TERMINADA)
FantasíaLas estrellas anuncian la llegada de una nueva heroína y amiga de nuestros Reyes y Reinas. ¿Podrá aceptar su misión y hacer frente a batallas mientras su corazón y mente se encuentran aturdidos?.♥️ Esta historia, no es inventada. Fue sacada del sue...