Capítulo 45: Boda Real

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-Entonces, Reepicheep. ¿Ya hablaste con el Rey?- pregunté mientras caminaba con él hacia la entrada del Palacio.

-Así es- respondió el roedor sobre mi hombro.

Esa misma tarde, habíamos dejado a las niñas en el hogar de la amable ama de llaves, prometiéndoles que nos volveríamos a ver cuando todo estuviera resuelto. Luego de asearme, Luna me prestó uno de sus vestidos de cuando era más joven. Me deshice de la armadura y salí con Reepicheep hacia el Palacio del Rey Grind, que no estaba muy lejos de la bella casa de la nueva familia.
Al llegar, nos dejaron pasar sin problemas. Caminamos por un pasillo lleno de hermosos arbustos.

-¿Reina Arely?- preguntó alguien detrás mío.

Giré para encontrarme con un apuesto joven que aparentaba mi edad, tenía ojos verdes y era pelirrojo con algunas pecas en el rostro. Traía una reluciente corona en su cabeza.

-Majestad, es el príncipe Naville- señaló mi compañero.

Naville hizo una reverencia elegante, y le respondí de la misma forma.

-Un gusto- saludé.

-La estábamos esperando- dijo poniéndose a mi lado e invitándome a seguirlo- ¿Cómo ha estado?- preguntó.

-Bien. Acabé de despertar- dije caminando a su lado.

-¿En serio? Bueno, al menos está a salvo.- dijo aliviado.- Reepicheep nos contó su travesía y los malvados planes de Rabadash. Estamos en toda nuestra disposición de ofrecerle ayuda.-

-Muchas gracias- sonreí- la necesitaremos para salvaguardar nuestras naciones-

Cuando terminé de decir esas palabras, habíamos entrado a un salón grande, con un trono al fondo y un Rey mayor, esbelto y de creciente barba pelirroja sentado ahí. Tenía gesto solemne y benévolo. Al vernos entrar, se puso de pie y caminó hacia nosotros.

-Rey Grind- saludé haciendo una cortés reverencia al igual que Reepicheep- es todo un honor.-

-El honor es nuestro- saludó el Rey- tu compañero nos comentó la sucia trampa que los Calormenos les tendieron.-

-Si no les derrotamos, invadirán Narnia y Archenland- comenté preocupada- saben cómo cruzar el Gran Desierto sin problemas.-

-Guarde calma,- habló el Rey- le ayudaremos.-

Sin perder más tiempo, me informó lo que había pasado durante la invitación a Narnia hace unos días.

-Su malvada persona se mostró de lo más descortés y antipática que hubiera imaginado. Nada que ver con la verdadera Reina. Además, se nota que muestra una afinidad especial con Rabadash, como si conspirara en contra de todos.- comentó

-Ese es su plan. Trata de poner a todos en contra, pero al ser sólo un disfraz, la utilizará para llegar al trono de Narnia lo antes posible.- respondí.

-Desafortunadamente, no fui invitado para la siguiente reunión, las lenguas hablan que fue un "consejo" de la Última Reina de Antaño.- comentó.

-Lo consideró sospechoso, un espía tal vez- comenté.

-Es lo más probable- dijo sereno.

De pronto, nos dejó para salir hacia el pasillo por el que su hijo y yo habíamos pasado. Observé a Naville y decidimos seguirlo. El sabio Rey alzó su mano y un pájaro le dejó una carta entre sus manos para alejarse volando al instante. Cuando estuvimos a su lado, la abrió y la leyó para él mismo. Su expresión fue de sorpresa. Y luego me miró.

-¿Te casarás tan pronto?- me preguntó para extenderme la carta.

Al tomarla, me percaté que no era una carta, sino una invitación para una boda entre Rabadash y "yo". Tenía tantas ganas de romper en mil pedazos ese elegante pase, pero me contuve por educación. Luego, mis lágrimas de impotencia brotaron al observar que la fecha era la misma de ese día y la hora de comienzo era en exactamente 2 horas. El solemne hombre se giró para tocar una campanita de plata, enseguida un soldado llegó.

NARNIA. La Última Reina De Antaño (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora