Secundaria... No los mejores años de mi vida
Hay un momento en la vida de cada persona, un punto en el tiempo que alterará el curso en que se encuentran, el camino en que están viajando, siempre. La noche de la fiesta de cumpleaños de Ashley Maxwell en mi último añode secundaria fue el mío.No era el tipo de adolescente que asistía a fiestas salvajes. No bebía y no perdía el tiempo alrededor con las drogas y los chicos, así que realmente no tenía sentido para mí ir. También era muy tímida, con sobrepeso, y torpe en mi propia piel, piel que tendía hacia los feos granos y enrojecía cuando alguien trataba de entablar una conversación conmigo. Los pasillos de la secundaria eran una tortura para una chica como yo, pero sufría a través de ellos en su mayoría ilesa porque sabía cuándo mantener la cabeza hacia abajo y no fijar mi mirada en los amigos o chicos que estaban fuera de mi alcance. Al menos lo hice hasta mi último año, cuando mi casillero terminó justo al lado de Peeta Ryan Mellark. Durante las primeras semanas de escuela, me mantuve para mí misma y lo ignoré, al igual que hacía con todos los chicos populares y gente hermosa. Si no conversaba, entonces, no podría burlarse de mí o, peor aún, mirarme con lástima brillando fuera de sus espectaculares ojos púrpura que deslumbraban en su hermoso rostro. Funcionó hasta el día que se me cayó un libro de cálculo en su pie y lo recogió para dármelo. Nunca olvidaré la manera en que en realidad sentí como mi corazón se detenía y luego comenzaba a latir en el próximo segundo cuando esos espectaculares ojos brillaron hacia mí. Nunca había experimentado nada parecido. Peeta me sonrió, bromeó con algo sarcástico y brusco, haciendo que mi pobre corazón solitario se volcara. Él se alejó con un guiño... y tuve un flechazo. Uno consumidor, aplastante y envolvente que crecía día a día, ya que después de ese incidente embarazoso Peeta salía de su camino para decir hola cuando estábamos por nuestros casilleros, y siempre se alejaba con una sonrisa o un guiño. Cada día me sentía más en trance, me enamoraba mucho más, y construí la fantasía de que estábamos destinados a ser algo más de conocidos de pasillo, algo grandioso y romántico.
Era una chica inteligente, así que sabía que mi afecto era unilateral, pero parecía bonito, encantador, y me calentaba en el interior que nunca se burlaba de mí, o me hacía sentir mal por mi peso o me miraba como tantos de mis compañeros lo hacían sobre una base regular. Nuestra sencilla interacción fue buena para mi autoestima, buena para hacerme sentir más como el resto de las chicas adolescentes que merodean por los pasillos desmayándose sobre él y su grupo de amigos alborotadores. Incluso había trabajado en el suficiente valor después de un mes o así para devolver sus "hola" sin que mi piel blanca estallara en llamas. No tartamudeaba o me callaba cuando él me hablaba más, y de vez en cuando incluso me las arreglaba para regresarle una sonrisa. Estaba muy orgullosa de mí misma, así que cuando me preguntó un viernes si estaba pensando ir a la fiesta de Ashley Maxwell, había estado en partes iguales atónita y encantada. Un estremecimiento de anticipación me sacudió hasta la médula y no pude evitar caer de cabeza en un sueño en donde este era el comienzo de algo más que un intercambio de cortesías en el pasillo. Era todo lo que podía hacer para no dar vueltas en un círculo de deleite y aplaudir mis manos como una fanática ansiosa. Era más de lo que normalmente me decía, y él era tan atractivo y simpático que contesté que trataría de estar allí. No quería parecer demasiado ansiosa. Cuando él me sonrió y me dijo que era increíble y que podríamos pasar el rato, no pude detener la sensación de que asistir a una descuidada fiesta de secundaria, sin supervisión, parecía la cosa más importante que había hecho en mi corta vida.
Mi hermana mayor, Faith, bonita y popular, encajaba a la perfección en las aguas infestadas de tiburones que formaban un círculo social adolescente. Ella me preguntó sin fin sobre mi repentino deseo de mezclarme con mi grupo de compañeros, me advirtió que los chicos que eran groseros y poco amigables en una base normal podrían ser crueles y odiosos cuando la condición social y el alcohol estaban involucrados, pero decidí no escuchar. Me imaginé que lo peor que podía pasar era que iba a aparecer, no iba a vera Peeta, o que él no me vería y yo solo podría darme la vuelta y volver a casa y leer un libro como lo que hacía la mayoría de los fines de semana. Me estaba haciendo de la vista gorda a lo que yo sabía era la verdad, pero mi deseo de que este chico en particular me viera como algo más que lo que lo hacía, era todo lo que me consumía. Estaba haciendo caso omiso del sentido común y mi propio sentido, afilado con piedra, de auto protección. Dejé que Faith trabajara sobre mí durante horas. Jugó con mi aparatoso cabello castaño rojo hasta que estuvo rizado y peinado bonito y femenino. Dejé que escogiera un traje que nunca me haría lucir como una porrista talla cuatro, pero estaba de moda y era lindo, e incluso le permití poner un montón de basura en mi cara que yo sabía que en última instancia, haría que mi piel se pusiera aún peor. Los resultados finales fueron realmente muy agradables. Lucía mucho más arreglada de lo que normalmente lo hacía.
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Peeta Mellark (EVERLARK)
Romance¿Su pasado determinará su futuro? Katniss Everdeen ha trabajado duro para lograr su sueño de la infancia de convertirse en enfermera. Enfocada en su trabajo y dedicada a sus pacientes, no hay lugar para el amor. No necesita a un chico haciendo olas...