Era el último que quedaba en la tienda BaJa en una tranquila noche de sábado. Mi cita se retrasó porque el fornido jugador de rugby que me había asegurado que tenía una "alta tolerancia al dolor" en realidad había sido un bebé gigante y el diseño que debería haber tomado no más de dos horas de alguna manera se las había arreglado para alargarse a cuatro horas y media.
Estaba agradecido de haber terminado y haber liberado a Katniss para que se fuera luego de haberle asegurado que cerraría y pondría el pago final donde se suponía que debía estar cuando terminara.
Probablemente se hubiera quedado para hacerme compañía mientras luchaba con la cita, pero creo que tener a una chica bonita que no dejaba de mirar con compasión estaba haciendo que el chico actuara aún más.
Estaba cansado del drama, así que le dije que iría a su casa cuando terminara. Se estaba haciendo más y más común, ir a su casa luego del trabajo, especialmente cuando estaba en Marked, ya que vivía en la misma calle, y me esperaba hasta que hubiera terminado cuando hacia mi tanda en el centro de la ciudad para poder ir a buscar algo de comer o tomar una copa juntos. De alguna manera, sin darme cuenta, había caído en una relación con una chica que estaba aterrado me dejara de nuevo.
Las palabras de Asa, de que había un millón de chicas diferentes para las millones de primeras veces, mantenían un constante ritmo en mi cabeza cuando se trataba de Katniss.
Era la primera chica con la cual me mantuve cerca por más de una noche. Era la primera chica con la que realmente salí y no solo dormí con ella. Era la primera chica que podía recordar que me hizo sentir acalorado y molesto y frío y helado en el mismo aliento. Cada vez que la llevaba a la cama,o ponía mi boca en ella, o la abrazaba, la persistente idea de que mejor disfrutaba todo eso mientras aún estaba cerca me golpeaba en la parte posterior de la cabeza y me recordaba que mejor tenía cuidado porque si me había destruido cuando se fue antes, sentía como si me fuera a hacer un hueco y dejarme vacío cuando me dejara ahora.
Había ido de todos los "recuerdo cuando" a apreciar todas las cosas que trajo con ella al aquí y ahora. Ya no estábamos poniéndonos al día y recordando el pasado sino conociéndonos el uno al otro como las versiones adultas de nosotros mismos, y tuve que decir que me gustaban mucho todas las cosas que venían con la Katniss Everdeen adulta.
Mi cosa favorita era cómo parecía encajar perfectamente en mi vida y con mis amigos. Era como si siempre hubiera sido parte de la familia Marked y como si siempre hubiera estado en Denver. Era divertida. Aún era brutalmente honesta pero de una manera más sutil que Cora. Me gritaba cuando me ponía incómodo y usaba el encanto y el coqueteo para distraerla de cualquier tema que estuviera tratando de evitar, generalmente algo que tenía que ver con el pasado y su hermana. Había vivido una vida interesante en el tiempo desde que había dejado atrás Loveless, y sus viajes y experiencias formaban parte importante de su valiosa experiencia de vida y la mujer verdaderamente independiente que era.
Me encantaba que si estaba cansado y quería pasar el rato con Jet cuando estaba en la ciudad, no le importaba. Estaba perfectamente bien por su cuenta y encontraba eso remarcablemente atractivo. Y mientras ella estaba bien con dejarme hacer mis cosas mientras ella hacía las suyas, cuando estábamos juntos en la cama realmente se sentía como si no hubiera forma física de acercarse lo suficiente.
El sexo no era nada nuevo para mí. Pensaba que lo había visto y hecho todo. Quiero decir que había tantas maneras en que dos personas podían acercarse. Pero cada vez que estaba con ella sentía como si estuviera experimentando algo completamente nuevo. Cada toque, cada beso, cada suspiro sin aliento o gemido gutural, cada reluciente orgasmo, el tipo que hacía que mi columna vertebral se sintiera como si se fuera a romper a la mitad por el placer... todo se sentía nuevo y abrumador.
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Peeta Mellark (EVERLARK)
Romance¿Su pasado determinará su futuro? Katniss Everdeen ha trabajado duro para lograr su sueño de la infancia de convertirse en enfermera. Enfocada en su trabajo y dedicada a sus pacientes, no hay lugar para el amor. No necesita a un chico haciendo olas...