—¿Últimamente has hablado con mamá? —Ayden hizo la pregunta desde el otro lado del Nova en donde jugueteaba con el viejo cinturón de seguridad y miraba fijamente por la ventana.
Estaba a punto de regresar a Austin con Jet el sábado, y había pedido pasar el día conmigo antes de irse. La extrañaba, pero todo el día sentados en mi apartamento charlando sonaba a cero diversión, así que la recogí y le pedí que viniera conmigo a hacer un recado que por más de un mes, había estado impaciente por hacer. Hasta ahora, la conversación había sido bastante superficial y relajada, pero ahora que sacaba a colación a la familia, sabía que no iba a seguir así por mucho tiempo.
—Hace un par de meses. Llamó desde algún lugar en Nevada. El tipo con el que se había enganchado, la abandonó en una parada de camiones y quería el dinero para ir a casa.
—Solo que no era estúpido y sabía que el dinero para ir a casa en verdad significaba dinero para quedarse en una máquina tragamonedas hasta que llegue el siguiente camionero.—¿Se lo enviaste? —Ayden sonaba histérica. Siempre lo hacía cuando nuestra madre surgía en nuestra conversación. La manera en que fuimos criados, quería decir que nunca tuvimos mucho. Estaba tan orgulloso de la manera en que Ayden forjó su camino fuera de la alcantarilla.
—No. Le dije que iría y la traería, y podría quedarse conmigo hasta que se recuperara. Me colgó y desde entonces, no he sabido nada de ella. Ayden resopló y se dio la vuelta para mirar por la ventana.
—Lo supuse.
No podría estar en desacuerdo con ella y no tenía nada que agregar, así que la conversación decayó un poco hasta que el barrio alrededor de nosotros realmente comenzó a cambiar a obviamente desagradable y hostil. Su cabeza oscura giró hacia mí de nuevo y sus ojos se estrecharon solo un poco.»¿Por qué quieres hablar con esta chica? Le robó dinero a Rome, suena ingrata y sin arrepentimientos. ¿Por qué estás perdiendo el tiempo localizándola? Por semanas había estado pensando en Avett. Sobre la manera en que sólo desapareció, la forma en que nadie había escuchado hablar de ella, incluyendo a sus padres. No podía quitarme la sensación de que había algo más en su mala actitud, que ser una mocosa consentida y desagradecida. Conocía demasiado bien ese nivel de desafío y fría indiferencia; por la manera en que sus acciones afectaban a otros, tenía que provenir de algún lugar profundo y oscuro que estaba tan interiorizado que muy pocas personas podían realmente comprender o reconocer.
Me encontraba íntimamente familiarizado con el auto desprecio y podía sentirlo emanando en oleadas de esa jovencita. Incliné mi cabeza hacia mi hermana y arqueé una ceja de manera interrogante.
—Creo que existen personas que se preguntan por qué perdiste no solo tu tiempo, sino la mayor parte de nuestra infancia conmigo, Ayden. Finalmente todos necesitamos a alguien para que trate de salvarnos; incluso si fracasan, el hecho de que alguien lo intentó, al final podría ser lo que más importa. Parpadeó y su mirada se encontró con la mía lentamente, cruzó sus brazos sobre su pecho.
—Te salvaste a ti mismo. Luchaste por salir de ese coma. Cambiaste tu vida cuando viniste a Denver. Has dicho un millón de veces cuánto lamentas las cosas que ocurrieron en el pasado. Fuiste tu propio salvador, Peeta. Nadie hizo ningún trabajo por ti.
Detuve el Nova frente a un dúplex que claramente había visto días mejores. No era un remolque oxidado en Kentucky, pero bien podría haberlo sido. Apagué el motor y me recosté en el asiento así podría darme la vuelta para mirar a Ayden. Me observaba atentamente y podía ver lo frustrada que estaba con toda la conversación por la manera en que sus hombros se hallaban tensos y la forma en que curvó sus manos en puños apretados en su regazo. Era como solía verse cada vez que me metía en problemas y tenía que hacer algo desesperado y drástico para sacarme de ello. Extendí una mano y la coloqué sobre sus puños.
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Peeta Mellark (EVERLARK)
Romance¿Su pasado determinará su futuro? Katniss Everdeen ha trabajado duro para lograr su sueño de la infancia de convertirse en enfermera. Enfocada en su trabajo y dedicada a sus pacientes, no hay lugar para el amor. No necesita a un chico haciendo olas...