Nunca fui de la clase de chico que le daba la espalda a un buen momento.
Era raro ya que todo el grupo de amigos en el que me había sumergido y que ahora llamaba mi familia eran capaces de juntarse todos al mismo tiempo, en el mismo día. Así que cuando Jet me llamó, en su última noche en la ciudad antes de que volara para escuchar tocar a una banda de Portland y exigió que me presentara en el Bar porque todo el mundo iba a estar allí, no podía pensar en una razonable o no cobarde excusa para no ir.
Se estaba haciendo más y más difícil evitar a Katniss sin hacerlo absolutamente notable y ahora que Cora había sido testigo de mi épica reacción exagerada cuando Katniss había estado a punto de mencionar a su hermana... bueno, simplemente no había escape a las interminables preguntas y miradas especulativas procedentes de esos ojos de dos tonos. Amaba a Cora de manera feroz, pero no tenía ningún deseo de que empezara a meter los dedos en las viejas heridas. Hacía tiempo que esos retoños habían formado costras e incluso si el tejido cicatrizado que dejaron atrás era feo y retorcido, era mucho mejor que la herida supurante y chorreante de los recuerdos reales que estaban atados a ella.
En un esfuerzo por probarle, no solo a las chicas, sino también a mímismo que podía jugar bien y que haber visto a Katniss en toda su bonita belleza bronceado no me iba a arrastrar de nuevo a lugares a los que nunca quería ir, me puse mi mejor actitud jodanse todos y me dirigí al Bar.
Resolví que podría hacer esto por una noche. Podría fingir mi camino a través de pretender que la mera visión de ella, no me deshacía desde el interior. Solo tenía que recordarme a mí mismo que era simplemente una extraña que ya no conocía. Era solo una casual y encantadora diosa latina cubierta en una de las tintas más bonitas y detalladas que jamás había visto. Yo era un profesional con las damas y Katniss era con toda seguridad toda una dama.
Podía ser encantador y escurridizo. Podía ser atractivo y agradable y con suerte eso la pondría a gusto y me sentiría un poco menos como si ella hubiera venido a Denver para traer a mi puerta cada terrible recuerdo que me perseguía. Pensé que era un plan sólido como una roca. Pensé que iba a llevarlo a cabo sin ningún problema, pero entonces llegué a la entrada. Lo primero en que se posaron mis ojos no fue en Ayden tratando de llevar a Jet a dos pasos con ella para la "Tradición Familiar", o a Finnyck y Anne susurrando con las cabezas dobladas muy juntas o a Rome tirando de su pequeño duendecillo por el lado de la barra donde sabía que estaba su oficina detrás de la bodega de licor o a Nash y su bonita Saint pretendiendo jugar una partida de billar, mientras que en realidad solo se besaban junto a la mesa cubierta de fieltro.
No, la primera cosa a la que mi mirada traidora se aferró fue a las inconfundibles curvas de Katniss que se apuntalaban tan seductoramente cuando se inclinó sobre la barra mientras Asa le hacía señas para que se acercara. Por supuesto, la primera cosa que se estrelló contra mi cerebro fue la forma en que la falda blanca y negra se abrazaba a su trasero y caderas mientras se inclinaba sobre esos locos tacones altos que le gustaba llevar.
Justo en el extremo de la cola de ese pensamiento estaba la noción de que Asa estaba probablemente teniendo un infierno de espectáculo si ella traía un top escotado y por alguna razón eso hizo que mi cabeza se sintiera como que jodidamente iba a explotar. Mis muelas se apretaron y literalmente, vi una caliente neblina roja cuando echó la cabeza hacia atrás y se rio de algo que dijo el rubio sureño. Su cabello oscuro se agitaba a través de la curva de su culo y su risa ronca hizo algo en mi interior y que se apretara debajo de mi cinturón. Antes de que pudiera pensar en lo que estaba haciendo, me encontré caminando hacia la barra con pasos apresurados.
Vi que Asa notó mi acercamiento y me sonrió a propósito mientras deliberadamente se alejaba para ayudar a otro cliente. Tuve que dárselo al chico, tenía un gusto asesino en mujeres. Muy a menudo, ahora que él y yo éramos los únicos miembros solteros de nuestra pequeña unidad, nos encontrábamos naturalmente, bien, peleando por la misma chica al final de la noche. Nunca fue nada serio y más de una vez se había convertido en una especie de juego para ver quién de nosotros podría conseguir a la chica primero. Teniendo en cuenta que ambos éramos rubios y teníamos nuestra parte justa de carisma, siempre era un juego de azar ver quién ganaría. Tenía el acento sureño que trabajaba en su favor, pero yo tenía el hecho de que lucía un montón de tinta y una vibra retro que un montón de damas no era capaces de resistir.
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Peeta Mellark (EVERLARK)
Romance¿Su pasado determinará su futuro? Katniss Everdeen ha trabajado duro para lograr su sueño de la infancia de convertirse en enfermera. Enfocada en su trabajo y dedicada a sus pacientes, no hay lugar para el amor. No necesita a un chico haciendo olas...