Pensé que una vez que Peeta se asegurara, de que estaba de acuerdo en pasar el fin de semana con él, iba a terminar con nuestro tiempo en el parque, y me apuraría, para pasar a la superficie horizontal más cercana que pudiera encontrar.
Como siempre estaba confundiéndome, y después de un muy tórrido, y no en todo apropiado para cachorros o parques, besuqueo, me tenía toda sonrojada y excitada. Se puso de pie y me sonrió.
—No es, ni el momento, ni el lugar adecuado, Katniss. Solo lo miré, un poco borracha por la lujuria, mientras agarraba una pelota de tenis de Jimbo y decidía que el perro era, mejor compañía que yo.
Solo los vi a los dos en silencio por un tiempo, sobre todo porque en algún momento, Peeta se acaloró y se sacó su camiseta, lo que significaba que no podía apartar la mirada aunque quisiera. Subí mis rodillas hasta mi pecho, y apoyé la barbilla en la parte superior de una, disfrutando de la vista.
No había nada del chico pequeño en él. Era todo líneas duras, en un cuerpo delgado, cubierto de músculos fuertes y tinta brillante. Lo había acosado por Internet lo suficiente como para saber que cuando jugaba fútbol, había sido mucho más grande, más ancho y más abultado con músculos, pero ahora era más ágil, se parecía más a un modelo de ropa interior que un atleta profesional. Todos esos músculos que pasaban a través de su pecho y abdominales, estaban cubiertos con una capa de tatuajes, que ponían a la mayor parte de cualquier otra cosa que jamás hubiera visto y usado en mí misma, en vergüenza.
Para ir junto con la inolvidable ancla que brillaba atractivamente por el sudor, en el lado de su cuello, también tenía un enorme barco pirata tatuado en el centro de su pecho. Sumergido en una furiosa tormenta y luchando contra las olas azules, que eran del mismo color que sus brillantes ojos. En la parte superior del barco, en los mástiles, había una bandera hecha jirones que se agitaba con las palabras "Guíame a Casa". Se me rompió el corazón por él.
Por debajo de la nave había un impresionante monstruo marino con tentáculos y ojos, con una mirada malvada, como para tirar llevar al barco al mar profundo. Era una historia masiva dicha a través de su carne, de una manera verdaderamente hermosa.
Él también tenía el nombre "Gloria" en letras enormes a lo largo de sus costillas en un lado, y me tendría realmente flotando en el camino equivocado, si no hubiera sabido que Gloria era el nombre de su madre. Cada letra gigante tenía lindos angelitos sosteniéndolas. En su espalda, en el lado opuesto del tatuaje conmemorativo, estaba una chica, que iba desde el hombro hasta el final de la parte superior de sus jeans. Estaba vestida como un pirata y juro que estaba sonriéndome mientras se me caía la baba sobre él, cada vez que los músculos se tensaban y flexionaban al lanzar la pelota.
Tenía mangas tatuadas en los dos brazos. Una en realidad muy similar a la mía cubierta con un trabajo muy tradicional, de la vieja escuela, de estilo marinero. La otra, sin embargo... era probablemente, la cosa más hermosa que he visto poner con tinta, en la piel de alguien. Alrededor de su bíceps y hasta el codo había una muestra de los Lirios en el Agua de Monet.
El tatuaje lucía como si alguien hubiera arrancado la pintura al óleo de una pared y la hubiera envuelto alrededor de su brazo. Desde el codo hasta la muñeca había una recreación de la Noche Estrellada de Van Gogh. Eran simplemente hermosos y parecía que deberían estar fuera de lugar en un chico rockanrolero que solía ser un atleta. Pero no, en Peeta las obras de arte clásicas no solo encajaban, servían para hacerle aún más impresionante einteresante.
Cuando hizo su camino de regreso a mí, traía a mi desgastado, pero obviamente muy feliz cachorro. Tampoco estaba solo. Tres chicos adolescentes estaban detrás de él, mirándolo con obvia admiración. Me entregó a Jimbo y empujó sus Ray-Ban a la parte superior de su cabeza.
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Peeta Mellark (EVERLARK)
Romance¿Su pasado determinará su futuro? Katniss Everdeen ha trabajado duro para lograr su sueño de la infancia de convertirse en enfermera. Enfocada en su trabajo y dedicada a sus pacientes, no hay lugar para el amor. No necesita a un chico haciendo olas...