Despertar a Rome hacia el amanecer para explicarle la locura que había caído en mi primera noche de vuelta en el trabajo resultó ser la parte fácil. Hablar con Brite y Darcy sobre la participación de Avett fue mucho más difícil. Darcy estaba enfocada en rescatar a la chica de la cárcel tan pronto como fuera posible, mientras Brite estaba tan furioso con ella y su falta de juicio que quería dejarla ahí por el resto de su vida. De alguna manera finalmente se calmaron y les di el nombre del abogado que me había ayudado cuando terminé ahí el año pasado, y les deseé suerte.
El tipo costaba una pequeña fortuna, pero tenía la reputación de ser un opositor implacable en el sistema judicial de Denver, y sabía que finalmente Brite iba a querer meterse a salvar a su pequeña. Si alguien podía reparar el desorden que Avett había hecho de su vida, era Quaid Jackson.
Rome decidió cerrar el Bar durante unos días para que pudiera reacomodarse todo y para que yo pudiera tener un par de días para conseguir que mi cabeza funcionara como debería.
Necesitaba el tiempo más para manejar el alejarme para siempre de Katniss que para procesar el tener un arma apuntando a mi cara por segunda vez mientras trabajaba en el Bar. Sin embargo, no le dije eso a Rome; en lugar de eso le pregunté si podía pasarme por ahí una de estas noches. Mientras Cora hacía la cena y RJ corría alrededor golpeando ollas y sartenes en la cocina, le escribí un cheque por cien mil dólares y le dije que quería ser su socio de negocios.
Hubo un momento de silencio y pude verlo debatir si quería el cheque o no cuando Cora se asomó a la cocina y gritó:—Toma el dinero, Rome.
Eso sacudió a Rome fuera de lo que le estaba dando vueltas en su cabeza y tomó el cheque y me dio la mano. Por primera vez en toda mi vida adulta había interminables oportunidades legítimas establecidas frente a mí y casi no sabía qué hacer con toda esa buena fortuna. La sensación de estar satisfecho y bien establecido solo duró el tiempo que me llevó a ir a casa a un apartamento vacío y un teléfono en silencio.
Pasaron las semanas sin noticias o ninguna visión de Katniss. Volví a trabajar. Le pedí a Wheeler que trabajara en el Nova, e incluso empecé a buscar un nuevo lugar para vivir. Miré unos condominios y casas de la ciudad, pero con nada de eso me sentía bien. Me tomó un minuto darme cuenta de que no quería mudarme a algo temporal. Quería una casa, pero no quería vivir allí solo. Cuanto más tiempo pasaba, más se solidificaba el hecho de que a veces el amor realmente no era suficiente.
Ayden me llamaba una vez a la semana para comprobar cómo estaba.
Era agradable que nuestras llamadas ya no consistían en ella asustada y preocupada acerca de en qué tipo de problemas me iba a meter. Ahora solo quería asegurarse de que todavía estaba avanzando, aún con el corazón roto. Ella me dijo que simplemente fuera y le dijera la verdad a lo que respondí en repetidas ocasiones que la única persona que se beneficiaría de ser honesto era yo. Sí, podría conseguir que mi chica regresara si le contaba de todas las formas en que su mamá estaba jodida, pero separaría a madre e hija y me negaba a poner a Katniss a través de ese tipo de confusión.
Ella no necesitaba ser personalmente cercana al tipo de dolor que se produciría si se daba cuenta de cuán lejos había ido la parte más profunda de su madre. Además estaba íntimamente familiarizado con el hecho de que una persona verdaderamente jodida podía hacer cosas muy buenas con una segunda oportunidad, si se le daba. Tal vez Roslyn sería una de ellas. Por amor a Katniss realmente esperaba que su madre aprovechara la oportunidad que le había dado e hiciera algo con ella. Esa era otra cosa que mi hermana diría, que solo necesitaba dejarse ser amada y dejarde sabotear deliberadamente su propia felicidad.
Finalmente Ayden lo dejó estar y decidió centrarse en todas las cosas buenas que tenía en su lugar. Cuando le dije que quería buscar una casa para comprar en el barrio Baker, donde se encontraba el Bar, eso casi la hace llorar.
ESTÁS LEYENDO
Peeta Mellark (EVERLARK)
Romance¿Su pasado determinará su futuro? Katniss Everdeen ha trabajado duro para lograr su sueño de la infancia de convertirse en enfermera. Enfocada en su trabajo y dedicada a sus pacientes, no hay lugar para el amor. No necesita a un chico haciendo olas...