-¿Qué diablos llevas en la cabeza? -preguntó Camila Gallardo tras apretar el botón para llamar al ascensor de servicio.
-Es para que no me caiga polvo en el pelo -contestó Martina llevándose una mano al pañuelo de flores.
-¿Y desde cuándo eres tan puntillosa? - Tini suspiró y decidió ser sincera con la buena mujer:
-Hay un tipo que suele quedarse a trabajar hasta tarde en mi planta y... bueno... es...
-¿Se hace notar demasiado? -volvió a preguntar Cami sin sorprenderse, con un gesto de desaprobación.
Martina podía atraer la atención de los hombres en cualquier circunstancia. Era menudita y esbelta, joven, con un cabello de un castaño natural que brillaba y ojos cafés enmarcados por inesperadas cejas y pestañas negras
-Apuesto a que está convencido de que con una humilde mujer del servicio de limpieza como tú es cosa hecha. ¿Es joven o viejo?
-Joven-contestó Tini dejando que Cami pasara delante en el ascensor
-.Y te aseguro que está acabando con mi paciencia. He estado pensando en contárselo al supervisor.
-No, hagas lo que hagas no lo hagas oficial, Tini- se apresuró a recomendar Cami con una mueca
-.Si ese cerdo trabaja hasta tarde es que es una persona importante. Y seamos sinceros, Tini de ti pueden prescindir mucho más que de cualquier ejecutivo.
-¿Acaso crees que no lo sé? Seguimos viviendo en un mundo de hombres.
-Pues ese tipo debe de ser bastante insistente cuando está acabando con tu paciencia...Escucha, haz tú mi planta esta noche y yo haré la tuya. Así por lo menos te tomas un respiro. Quizá más adelante alguien quiera cambiar definitivamente de planta contigo.
-Pero no tengo permiso para subir a limpiar la última planta -le recordó Martina.
-¡Va, no te apures por eso! -exclamó Cami sin darle importancia-. ¿Para qué va a necesitar nadie un permiso especial para abrillantar un suelo y vaciar una papelera? Ahora, eso sí, si el agente de seguridad se da una vuelta justo cuando estás tú apártate de su vista. Si puedes, claro. Algunos de esos sujetos serían capaces de incluirnos en su informe. Y no te atrevas a traspasar la puerta doble que hay de frente. Es la oficina del señor Yatra, y está prohibido entrar allí, ¿de acuerdo? – Tini sonrió agradecida mientras Cami empujaba el carrito con los utensilios de limpieza para salir a la planta que normalmente limpiaba ella.