Capítulo 52.

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Por fin veía en los ojos de Sebas aquello que más temía ver: el horror ante el descubrimiento de la verdadera naturaleza de Helena. - Yo no la tenía en un... pedestal -Lo siento, Sebas, pero cualquier mujer la habría calado a un kilómetro de distancia. Pero claro... - Tini cambió de tema enseguida, incapaz de hablar de algo tan doloroso-. ¿No es reconfortante saber que estaba completamente decidida a conquistarte? -Sólo por... sólo por quién soy y lo que tengo. -Sí, bueno -sonrió Martina-. Sé sincero. Tú valoras las mismas cosas que ella. Toda esa educación similar, el estatus, las convicciones, el dinero. -No espero que me perdones por haberme negado a creerte -aseguró Sebas cerrando los ojos con la cabeza bien alta. -Bien, porque no iba a hacerlo -continuó Tini buscando por el enorme vestidor-. Así que pensabas que ella estaba muy por encima de todo eso, y ahora que conoces la verdad te sientes bastante mal. Y, por cierto, ¿cómo has sabido la verdad? -preguntó de pronto curiosa. -Un periodista cantó. Helena había estado investigándote. -Eso podría habértelo dicho yo. -Concertó una cita con un periodista y le entregó el informe completo. Se lo dio bajo la condición de que el artículo debía humillarte. Incluso fue tan arrogante que ni siquiera se molestó en tratar de borrar su rastro. -Quizá pensara que era demasiado arriesgado confiarle el trabajo a otro -sugirió Martina con las mejillas llenas de lágrimas, sin dejar de descolgar ropa del perchero. -¿Viste la entrevista que hice sobre ti? -No... -respondió Tini sorprendida. -Esperaba que eso te hiciera volver a casa. Sabía que le habías prometido a Sally encontrarte con ella, pero me advirtió de que le costó bastante que accedieras -confesó Sebas tenso-. Y eso de que sólo quisieras fijar tu cita con ella con una semana de antelación sinceramente, tenía pocas esperanzas de que aparecieras hoy por el parque. -Yo no le haría nunca eso a Sally, es una buena persona. -Al principio, cuando hablé con Helena la primera vez, ella no dejó de mentir. Luego mencioné el comentario que Sally le había oído hacer el día de nuestra boda y... -¿No es maravilloso comprobar que crees a todo el mundo menos a mí? Crees al periodista, a Sally... -lo condenó Martina con amargura. -Honestamente, no podía creer que Helena fuera capaz de ese comportamiento -respondió Sebas apretando los dientes-. Es decir... hasta hace dos semanas, cuando fui a verla y finalmente ella perdió los nervios al comprender que había perdido. -Ella nunca perdió, Sebas , ha salido victoriosa todo el tiempo -lo contradijo Tini con sencillez mientras las lágrimas corrían por sus mejillas-. Tú y yo no teníamos mucho en común para empezar... pero cuando ella terminó su trabajo ya no teníamos nada. Sin embargo no debes engañarte a ti mismo creyendo que la culpa es de ella. -Sé de quién es la culpa. Sé que te defraudé y que te hice infeliz. Me odias, ¿verdad? -A veces... como por ejemplo ahora mismo, ¡sí! - soltó Martina de pronto dando la vuelta por donde estaba él, con ojos chocolate y brillantes-. Aquel día me asustó de verdad. ¡Hizo todo cuanto estuvo en su mano para persuadirme de que abortara! Insultó a mi madre, me insultó a mí de todos los modos en que se le ocurrió, ¡Y tú ni siquiera me escuchaste! - Tini yo… -comenzó a decir Sebaa dando un paso adelante. -¡Cállate! -lo interrumpió Martina furiosa -. ¡Fui una estúpida casándome contigo! Ese día estaba tan enfadada que... -Tenías todo el derecho del mundo a estarlo. Lo único que sé es que nunca he estado tan cerca de la violencia como el día en que me enfrenté a Helena -declaró Sebas con crudeza-. ¡La forma en que habló de ti era casi como para pegarle! -¿En serio? -preguntó Tini, contenta por fin de poder gobernar sus emociones para escuchar gozosa aquel detalle-. Entonces, ¿significa eso que no va a haber una reconciliación? -Sebas la miró perplejo-. Quiero decir, ¿Ya no vas a casarte con ella después del divorcio? -¿Tú estás loca? ¿Casarme con ella? -exclamó Sebas incrédulo-. ¡Pero si es una lagarta! -Bueno, te ha costado toda una vida darte cuenta, pero al fin lo has comprendido. Enhorabuena. ¿Podrías darme una maleta?

Romance Griego -Sebastini- TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora