Capítulo 23.

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Aquí está mi dilema, la mitad de mí te quiere y la otra mitad quiere olvidar — Selena Gómez.


Kieran tenía razón, él no me la iba a poner fácil.

No importa cuánto yo se lo pidiera, mientras él tuviera la certeza de que tenía una esperanza conmigo, no desistiría en su lucha de ganarse mi corazón.

Pero por otro lado estaba Ricardo.

Él tampoco se daría por vencido tan fácilmente, sobre todo, porque él sabía que, aunque yo aún no había superado del todo a Kieran, podría hacerlo si yo lo quisiera.

Solo tenía que hacer que yo lo quisiera.

Y yo, mientras, estaba atrapada en esta guerra de corazones.

Así fue como empezó el dilema. Solo podía pensar en esa canción de Selena Gomez, Dilema, y es que parecía que la letra entendía a la perfección la encrucijada que estaba viviendo por el momento.

Aquí está mi dilema, la mitad de mí te quiere y la otra mitad quiere olvidar... repetía sin parar la chica por los altavoces de la computadora de mi escritorio, estaba comenzando a exasperarme cuando un día, por la tarde llegó la gota que rebalso al vaso.

Un día solo comenzaron a llegar las flores a mi casa y cuando regresé al trabajo, también llegaban ahí.

Dos arreglos por día.

Uno de Kieran y otro de Ricardo.

Uno siempre más grande que el otro.

Uno siempre más costoso que el otro.

Chocolates, libros, música...

Orquídeas, alcatraces, aves del paraíso, rosas, girasoles, flores de todo tipo.

En macetas, en ramo, en cajas, en cúpulas, en todo tipo de empaques.

Cajas con cosas deliciosas, postres, más libros, más flores, más y más detalles.

No me malinterpreten, me gustan los detalles, incluso algunas de las flores que me trajeron son de mis favoritas, pero después de la tercera semana consecutiva en la que tuve que buscar que hacer con tantos arreglos instalados en la sala de mi casa dándome alergias debido al polen que estas soltaban, no pude evitar preguntarme porque los hombres creen que esa es la única manera de conquistar a una mujer.

Porque no pueden ser más originales, más espontáneos, con más imaginación, si quieres, porque tienen que recurrir a lo mismo de siempre.

Cómo si yo fuera una más del montón, una más que cae con esas cosas.

Si algo me han enseñado las películas románticas y los libros era que nunca debías de ceder ante los detalles de ese tipo.

¿Porque?

Porque eran comunes, eran lo normal, lo ordinario, lo que siempre le daban a la protagonista estúpida para arreglar las cosas. Y no hace falta decir que ella siempre caía de nuevo.

Aunque ellos dos fueran dos actores de lo más carismáticos, guapos y sexys del mundo, aun así, yo no caería.

Por la simple y sencilla razón de que yo no soy como esas chicas y esta no es una estúpida comedia romántica.

Yo no era de flores y corazones, y pesé a que pensé que estos dos entenderían con el tiempo, no lo hacían.

Incluso probé darles pequeñas señales y nada. Así que decidí tomar al toro por los cuernos, como decía mi madre y decirles lo que quería.

De Regreso a Mí. Trilogía: "Viva la Vida".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora