De Regreso a Mí. Trilogía: "Viva la Vida".

Capítulo 26.

No quiero enamorarme si tú no lo vas a intentar también — Jessie Ware.

Cuando Kieran se fue, a los pocos segundos llego Ricardo.

No dijo nada, solo sumo dos más, vio a un detective salir de mi casa muy temprano por la mañana, molesto como el infierno y colocándose la chaqueta de cuero falso que siempre llevaba a donde sea que fuera.

Cuando le vi, caído, miserable en las escaleras de mi casa, me quise morir.

—Yo...

—No necesito que digas nada, de verdad, ambos sabíamos que esto podía pasar y aun así nos arriesgamos —dijo él sin mostrar nada ante mí.

Pero sabía, sabía que le había hecho daño con mis actos.

Pero en mi defensa, yo creí que estaba en lo correcto.

Creí.

Y perdí.

De nuevo.

Y si él me llamaba zorra o loca, o inestable incluso.

Si se iba y me gritaba de cosas desde la entrada de mi casa, estaba bien, estaba en lo correcto, porque eso es menos que me merecía.

Ahora.

Además, yo estaba consciente de lo que era, y de lo que había hecho.

—Lo amas aún, ¿no? —Dijo después de mucho tiempo en silencio.

—Quisiera no hacerlo, quisiera decirte que te amo a ti, que eres el único, pero ambos sabemos que estaría mintiéndote y ya no quiero mentir más.

—Lo sé, y no sabes cuánto siento eso.

—Está bien si te vas, en serio, dime lo que sea, lo que quieras, desahoga tu ira en contra mía. Lo merezco.

—Debería, pero no puedo. —Dijo él.

Esas palabras no me las esperaba. Estaba en las escaleras de mi casa, llorando, rota, destrozada.

Por todo lo que me había pasado con Kieran.

Me sentí sucia, rota, vacía y ahí estaba él, una vez más yendo hacia mí.

Yendo a cuidarme, a vendar mis heridas internas y a salvarme, una vez mas de mi misma.

Él me ayudo a levantarme, una vez más.

—No te merezco.

—No lo sé, quizás soy yo, quien no te merezco. —Dijo él, antes de tomarme entre sus brazos y llevarme adentro de mi casa.

—Solo tengo que saber una cosa más, es todo lo que preguntaré, es todo lo que necesito para continuar sin ningún problema.

—¿Qué?

—Iris yo quiero no quiero enamorarme si tú no lo vas a intentar también, necesito estar seguro de que tú serás mía como yo lo seré tuyo, necesito esa certeza sino...

Lo callé con un beso, esperaba que con eso él creyera lo que tenía que decir.

Esperaba también que yo pudiera creer lo que estaba tratando de decir con ese beso.

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No puedo alcanzar a describir lo mal que me siento, pero si puedo empezar a describir lo bien que me estado sintiendo por el cariño, apoyo y por el tiempo para sanar que el mismo Ricardo me ha dado.