Las manos de Alex recorren mi cintura y dibujan círculos por mi espalda mientras besa mi cuello suavemente, yo suspiro tirando la cabeza hacia atrás para dejarle mayor acceso. Su mano viaja hasta el interior de mi muslo y...
— Elena. — susurra Alex en mi oído provocándome un escalofrío. — Te has quedado dormida. — dice jugando con mi lóbulo y sonriendo.
— ¿Por qué me has tenido que despertar? — me quejo arrastrando las palabras y estirándome para poder abrazarle mejor. Sonrío cuando él me mira y se inclina para besarme.
— Estabas preciosa durmiendo, pero tengo una sorpresa para ti. — dice mordiendo ligeramente mi labio inferior.
— A ver qué sorpresa. — digo sonriendo, él se levanta y rebusca algo en el interior de su bolsillo y yo me siento en la cama esperándole.
Pone en mi regazo un pequeño paquete con un envoltorio azul mate. Le miro sorprendida.
— Alex...
— No salgas corriendo, por favor. — dice con una sonrisa nerviosa. — Es solo una tontería, por navidad. — se encoge de hombros.
— Todavía quedan dos días para navidad. — sonrío empezando a abrirlo.
— Regalo de navidad adelantado. — dice mirando lo que hago.
Descubro una pequeña caja mientras mi corazón martillea fuertemente, él debe notar mis dudas al abrirlo.
— Eh, que no es un anillo de compromiso. — bromea haciendo que le mire, yo río nerviosamente.
— Ya... ya lo sé. — digo ahora más aliviada. No es que un futuro a su lado no fuese prometedor, y le veía capaz de hacerlo, pero maldita sea, solo tenía 19 años.
Abro la caja, una cadena de plata muy fina sostiene un colgante más pequeño que la uña de un dedo meñique. Lo miro más de cerca y abro los ojos, es un zafiro rodeado por pequeños diamantes, o eso es lo que me parece. Miro a Alex que me sonríe.
— Alex, ¿esto es un...?
— Zafiro. — afirma él. — Antes de que digas nada, no me ha costado tanto como te estás imaginando.
— Alex... yo no, yo... — no termino la frase, me arde la cara. ¿Cómo puede haberse gastado tal cantidad de dinero? — No puedes gastarte tanto dinero en mí. — digo ahora mirándole a los ojos.
— ¿Te gusta? — me pide, yo miro el colgante, es precioso y adoro el azul de ese zafiro. — Solo di sí o no, no pienses en lo demás.
— Por supuesto que me gusta, es precioso, pero...
— Pero ¿qué?
— Eso no quita que puedas haberte gastado tanto dinero en mí. — le reprimo.
— Esta bien, te daré a ti la tostadora que le compré a mi otra novia y a ella le regalaré esto... — dice fingiendo un suspiro. Le pego suavemente en el brazo y sonrío cuando él lo hace. — ¿Me dejas que te lo ponga? — dice él con un brillo en la mirada que no me deja decirle que no.
— Está bien. — digo girándome un poco para que pueda ponérmelo.
Alex retira mi pelo hacia un lado suavemente. Cuando la fría piedra toca mi piel contengo la respiración. Él lo pone con gracia y rápidamente, luego besa mi piel desnuda. Me había quitado el jersey quedándome en camiseta de tirantes para dormir. Suspiro cuando sus dedos bajan desde mi hombro hasta mi mano en una caricia. Me giro lo suficiente como para poder besarle y él me devuelve el beso pasionalmente.
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Déjame amarte.
RomanceUna chica difícil. Un secreto. Una desgracia. Un chico arrogante. Un secreto. Una casualidad. Obra registrada en Safe Creative con el código 1503293709500. Todos los derechos reservados.