Eres valiente

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𝐕𝐈𝐄𝐑𝐍𝐄𝐒
𝟒:𝟓𝟓 𝐚.𝐦

𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚 𝐁𝐞𝐭𝐭𝐲:
Muevo mis pies nerviosa y con ojeras en los ojos. A Verónica, Archie y Cheryl no parecen molestarse por mi constante acción, al contrario, están durmiendo plácidamente y entre algún que otro ronquido.

Así paso los siguientes veinte minutos. Moviendo mis pies mientras escucho ronquidos y mensajes provenientes de mi móvil, más concretamente de Jughead pero ahora no estoy lista para contestarle y no lo pienso hacer.

A la hora y media empiezo a sufrir breves cabezadas y mis amigos molestos se colocan frente a mi.

-Ya basta, me da igual si quieres o no pero ahora mismo vamos a ir a Stonwell y sumergir en un profundo sueño.-Dice mi amiga pelirroja señalándome de forma acusadora con el dedo.

-De eso ni hablar.

-No, estas equivocada. Me niego, es decir, nos negamos a quedarnos aquí observándote mientras te mueres de sueño.-Concluye ahora Verónica.

-Enserio, de verdad, no es nada, solo necesito un café.-Asiento intentando hacer a la idea de que llevo razón pero ¿a quien quiero engañar? Ni si quiera yo me creo.-Solo un café.

-Si no te levantas, te levanto.-Yo me mantengo sentada y el pelirrojo me coge en brazos cual saco de patatas.

-Bájame.-Aporreo su espalda y observo a mis dos amigas reírse.-Traidoras.

-Nosotras te avisamos si le ocurre algo.-Grita Cheryl mientras choca la mano con Verónica.

Archie me lleva al coche mientras yo sigo aporreando con toda mi fuerza su espalda. Llegamos a Stonwell y abro la puerta de mi habitación para encontrarme con Jughead sentado en el borde de la cama y con las manos tapándole la cara.

-Betts ¿por qué no has contestado a mis mensajes?-Me adentro en el cuarto y empiezo a buscar el pijama en el armario.

-Tu tampoco contestaste a mis llamadas, además, no tenía ganas.-En ningún momento cruzo mi mirada con la de él y eso parece ser que le molesta.

-Pero es que contestar a un tipo de mensaje como ese no es cuando tengas ganas.-Se levanta de la cama y antes de que el pelinegro pueda articular alguna palabra más Archie se adelanta.

-Betty yo me voy ya.

-Gracias por todo Arch.-Él asiente para salir por la puerta no sin antes pronunciar unas últimas palabras.

-De nada, descansa ¿si?-Lo abrazo y él sale por la puerta del cuarto.

-¿Archie te trajo de la fiesta?-Tras su insistencia decido contestar a sus preguntas.

-No, me fui yo sola ya que tu no contestabas a mis llamadas y no podía quedarme esperando a que aparecieras por arte de magia.-Suelto mientras me giro para observarlo cara a cara.

-¿Por qué no me buscaste?

-No tenía tiempo ¿sabes?-Él frunce una seña y coloca una mano en mi hombro.

-¿Tan desesperada estabas por irte de allí que ni pudiste esperar un poco hasta que contestara?

-¡Para qué?-Digo ya gritando.-¿para estar esperando un hora y lo único que reciba sea un mensaje?-Me rio un poco ante la situación. Mi madre muriéndose, yo en una fiesta y él la única persona en quien confiaba de esa fiesta me había dejado sola para después contestar a mis veinte llamadas con un mensaje.

-Vale Betty,-Dice sentándose a mi lado.-está claro que esto va más allá de querer irte de la fiesta porque estabas cansado o aburrida ¿qué ha pasado?-Lo miro y vuelvo a girar mi cabeza hacia el suelo, apoyando mis codos en mis muslos y tapándome la cara ante el arrepentimiento.

-Me llamaron, mi madre había tenido un accidente.-Empiezo a decir mientras una leve lágrima cae de mis ojos verdes.-Y ahora esta grave, con quemaduras y una pierna rota.-Siento como unos brazos me rodean, fundiéndome en un cálido abrazo que no tardo en corresponder.-Dicen que está muy grave y yo no se que hacer.-Me separo lentamente y lo miro a los ojos.-¿Qué se supone que debo hacer? No puedo quedarme parada esperando y viendo como se muere.

-Betts, no puedes hacer nada, por más que te duela no puedes hacer nada.-Su mirada es sincera y sus manos siguen apoyadas en mis hombros pero no es incómodo.-Es imposible saber durante cuánto tiempo tendrás a tus seres queridos cerca.-Asiento mientras intento auto convencerme de que lo que dice es cierto, de que yo no puedo hacer nada más que darle mi apoyo.

-¿Sabes?-Rio un poco recordando mi pasado junto a ella y el tema que siempre solía sacarme.-Mi madre siempre hablaba de la muerte, siempre me intentaba hacer ver que podía ser algo positivo, algo como una segunda oportunidad en este mundo lleno de hipocresía y prejuicios.

-¿Por qué crees que lo hacia?-Me encojo de hombros.

-Supongo que las personas siempre hablan de lo que tienen más cerca.-Digo recordando aquellas palabras qué mi madre me había dicho mientras tenía catorce años.

Siempre me repetía lo mismo *las personas siempre hablan de lo que tiene más cerca.* Quizás llevaba razón y la muerte podía ser algo positivo pero yo no era como ella. Yo tenía millones de inseguridades y miedos. Soñaba con ser como ella, parecía tan valiente, como si nada le espantara o le hiciera llorar. Deseaba con todas mis fuerzas que un día pudiera armarme del valor necesario para mirarme al espejo y repetir aquello que tanto temía, tal y como ella me incitaba que lo hiciera.

-Ojalá ser como ella pero no puedo,-Mi amigo me mira confundido y yo niego.-tengo miedo.

-El miedo es como un monstruo, no puedes dejar crecer.

-Pero resulta tan fácil decirlo.-Bajo mi mirada al suelo y la vuelvo a subir hasta encontrarme otra vez con sus hermosos ojos, los cuales me observan expectante.-Tengo miedo a perderla, a que se vaya. Tengo miedo a decirle adiós y no volver a verla más.-Acompaño mis últimas palabras con lágrimas notables.

-No debes temer al adiós, porque el adiós no tiene que ser para siempre.-Un sollozo acompañado de un largo y grande suspiro abundan en mi obligándome a soltarlos y no aguanto las ganas de abrazarlo, algo que parece ser que al principio le toma desprevenido pero después recibe con mucho cariño.

-Me recuerdas a ella. Siempre animándome e intentando convencerme de que soy valiente cuando en realidad no lo soy.-Se separa bruscamente y niega.

-Eres valiente. Eres más valiente que todo ese humo de personas a tu alrededor que día a día llenan sus bocas de insultos. Eres más valiente que yo y que ninguna de las personas que te rodean. Eres igual o más valiente que tu madre.-Lo miro y sin darme cuenta una sonrisa tímida se apodera de mi, acompañada de un color rojo intenso en mis mejillas.

-Juggie.-Digo mientras apoyo mis manos en la cama para acercarme lo suficiente a él, tanto que nuestras respiraciones se juntan. Mira mis labios y yo los suyos, acercándose un poco más a mi.

¿Quien de los dos creéis que le gusta más el otro?🙃
Les quiero familia.💖

Perfectamente ImperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora