Betty, una chica de 17 años se translada a Stonwell Prep debido a su gran inteligencia. Por culpa de varios sucesos del pasado, Betty deberá superar su trauma mientras intenta hacer amigos o ¿quien sabe si algo más?
Jughead, un chico de 17 años estu...
I could get lost in the feelings we're feeling. (Podría perderme en los sentimientos que sentimos). "You belong to me"-Cat Pierce.
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𝐃𝐎𝐌𝐈𝐍𝐆𝐎 𝟏:𝟑𝟑 𝐩.𝐦
La rubia se encogía más en la cama tapando su rostro un poco manchado por culpa de su rímel de ojos.
Sintió como alguien se sentaba a la altura de sus caderas y acomodaba su mano en su regazo.
—Betty.—Destapa a su amiga lentamente, pero esta vuelve a taparse con su propia mano.—Tienes que despertarte.
—No quiero, todo es una mierda, una autentica mierda.—En eso llevaba razón. Pero no del todo. Las cosas parecen una mierda, algunas veces lo son y otras veces no.
—Ahí no te quito razón, pero, si te sigues lamentando no vas a conseguir nada.—Punto para Verónica.
—Tal vez consiga que la tierra me trague.—Suelta produciendo una sonrisa en el rostro de su amiga, pero ¿de qué se reía? Ella hablaba muy enserio.
—Betty, ahí afuera hay un magnífico mundo que espera por conocer a la hermosa, asombrosa, preciosa y grandiosa Betty, así que ¿por qué no te levantas y les enseñas a todos esa linda sonrisa que tienes?—La rubia se encogió de hombros.
—Porque realmente ni estoy linda, ni tengo ganas de estarlo.—Y dicho eso se tapó otra vez con la manta.
—Oye, al menos cuéntame lo que pasó.—Insistió Verónica.
Betty bufa y comienza a explicarle todo lo que ocurrió, dejando escapar algún que otro suspiro mientras lo hace.
—Esto me esta llevando a la conclusión de que ambos son idiotas.
—¡V!—Replica la rubia molesta.
—¿Ah?
—No somos idiotas ¿vale?—Pero la pelinegra niega y se levanta de la cama, arrodillándose frente a la rubia.
—Claro que no, sois mucho más que idiotas.—«Eso no me anima»replica Betty en su cabeza.—Ambos la habéis cagado y en vez de disculparos decidís huir de vuestros problemas para encerraros con vuestros amigos y convertiros en una especie de vampiros más aburridos que mi abuela.
—Tu abuela me cae bien.—El susurro de su amiga hace que una carcajada se escape de la boca de Verónica.
—Me parece correcto.—Dice poniéndose otra vez de pie.—Y ahora vas a levantarte, darte una ducha y vamos a salir de compras.
