Fade into the flood

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We watch as our young hearts fade into the flood. (Observamos mientras nuestros jóvenes corazones se disipan en la inundación).
"Waves"-Dean Lewis.

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𝐌𝐀𝐑𝐓𝐄𝐒
𝟎𝟐:𝟒𝟔 𝐩.𝐦

Toni miró unos minutos a su amiga. Tenía sus razones para estar enfadada y era normal que no entendiera que hacía ella ahí. Sin darse cuenta le había partido el corazón y ahora tenía que compensarla, intentando que todo volviera a la normalidad, a como todo era antes de esa confesión.

La pelirrosa entendía que tardarían mucho y sería más difícil de lo que creía, pues tenían que volver a los días en los que ambas sentían una simple amistad, pero, ¿cómo sabía ella eso? No podía estar segura. Ni si quiera sabía que su amiga tenía ese tipo de gustos.

La pelirrosa se golpeó la cabeza mentalmente. Tal vez todos lo habían notado. Tal vez ella estaba tan metida en sus propios asuntos que no se dió cuenta de lo que estaba claro.

—Cheryl, yo...de verdad que lo siento...nunca quise hacerte daño.—¿A qué coño venía eso? Se le pasó más de una vez a Cheryl por la cabeza.—Necesito que me perdones, yo nunca le he hecho esto a nadie.—Eso fue la gota que colmó el vaso.

Cheryl no necesitaba que nadie le tuviera pena. Si su amor no era correspondido, lo entendía, le costaba asimilarlo...pero lo entendía. Pero ella no quería las penas de nadie por ella.

—Ahí te voy a parar Toni.—La pelirrosa frunció en ceño al ser interrumpida.—Yo no necesito tu consuelo ni el de nadie. Si mi amor no es correspondido me toca aceptarlo, pero no dejaré que lamentes por mi o que me pidas perdón cuando ni si quiera lo sientes.

—Pero Cheryl.

La pelirroja levantó un dedo haciendo que se calle y mostrándole su cara más seria.—Ningún pero. No tienes razones para pedir perdón. Jughead no tiene razones para pedir perdón y, eso es lo que te molesta de él.—Dijo Cheryl.—Te gustaría pasar página, pero por alguna razón no has podido, y no es porque estes enamorada de él, no,—Las últimas dos sílabas fueron acompañadas por una risa ingenua.—es porque necesitas, quieres—rectificó.—su perdón. Pero él no te debe nada, porque él bo ha hecho nada malo.

Toni miró perpleja a la que creía su amiga.—¿Cómo te atreves a opinar de mis sentimientos? ¿Como te atreves a juzgarlos y llamarme farsante y mentirosa?

—Yo no te he llamado así y, si, me atrevo a opinar. Todos, absolutamente todos, opináis de mi vida, pero yo quiero opinar de la vuestra y voy a opinar de la vuestra. Os guste o no.

Perfectamente ImperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora