Taste me

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Taste me, the salty tears on my cheek, that's what a year-long headache does to you. (Pruébame, las lágrimas saladas de mi mejilla,
eso es lo que un dolor de cabeza de un año te hace).
"Listen before I go"-Billie Eilish.
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La pelirroja de sentó en la cama de golpe. Esperezándose lentamente y estampando su puño en la cara de la chica que yacía a su lado.

—¡Ostia lo siento!—la pelinegra se quejó llevándose la mano al lugar afectado.

—Joder amor—Cheryl no pudo ocultar la sonrisa que le salió al escuchar a Verónica.

«¿Acaso acaba de llamarme amor?»

—Fue sin querer—se limitó a contestar.

Verónica asintió dándole un beso y tumbándose de nuevo en la cama.

—Vero—la chica asintió sin abrir los ojos, dándole a entender que continuara—, me gustaría que fuéramos a ver como está Betty, ya sabes, por lo que ocurrió ayer.

—¿Qué ocurrió ayer?

Cheryl llevó una mano a su cabeza y negó.

—Que yo recuerde no estaba borracha—Verónica se encogió de hombros.

—Soy de mala memoria.

—Mia dijo que abusaron de Betty—Verónica pareció volver a su órbita, recordando todo lo ocurrido la noche anterior.—Me gustaría que fuéramos a ver como está. No ahora, pero si después.

—Es mejor ir cuanto antes—la chica trató de levantarse pero Cheryl la detuvo—¿Qué haces? Quiero, necesito—rectificó—saber como está—se volvió a levantar, pero como la vez anterior, la pelirroja la paró.

—Estoy segura de que Jughead cuidará muy bien de ella mientras nosotras no estamos.—la morocha terminó dándole la razón, pues Jughead amaba a Betty, al igual que ella a él. Estaba claro que ninguno era mala conpañía del otro.

—BUGHEAD—

Mientras, una rubia era despertada por una cantidad excesiva de besos.

—Mmmm, que linda forma de despertar—bromeó.

Jughead se acercó a ella para besar su boca, pero Betty fue más rápida y echó su cabeza lo más atrás posible.

—¿Qué haces?—la rubia se llevó una mano a la boca negando.

—No pienso dejar que huelas mi horrible olor de boca mañanero.—se quejó.

—Venga ya.

—Que no.

—Betts, yo ya he olido tu aliento recién levantada muchas veces.—Mintió.

—¿Pero qué dices? En tu vida me has olido el aliento recién levantada.

—Venga va.—Otro intento de beso y otro rechazo por parte de la chica.

—Solo si prometes algo.

—¿El qué?

—Que no me dejarás—Jughead saltó en carcajadas y la rubia solo pudo mirarlo desafiante y mostrando confusión.—¿Se puede saber qué te parece tan gracioso?—el pelinegro se relajó y, respiró unas cuantas veces para cerciorarse de que su risa había desaparecido, al menos un poco, y colocó sus manos en los hombros de la chica.

Perfectamente ImperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora