Consentido.

10.1K 1.2K 108
                                    

Una vez que han recuperado la cordura se observan a los ojos, aún jadeantes, e incrédulos al momento tan desenfrenado que han tenido, y es que no recuerdan haberse sentido así en mucho tiempo, quizá nunca, dando como única explicación que es porque jamás habían tenido un mutuo acuerdo, o porque jamás se habían acostado con alguien con quién apenas cruzaban palabras.

Porque si, Jimin podía ser muy nuevo en esto, pero Yoongi igual pese a no demostrarlo. Se lo diría pronto~el pelimenta pensó, dándole un beso en los labios.

Jimin siente sus mejillas arder, al igual que varias partes de su cuerpo dado al bochorno de haberse entregado de tal manera, sobre todo porque la intensidad sentida fue electrizante, valiendo la pena haber esperado toda su vida para sentirla pese a tener que recibirla de un extraño a quién apenas conoce, sin embargo no se arrepiente ni un poco, ni con los múltiples pensamientos que se le vienen a la mente, que aunque preocupantes no requieren mayor importancia. No ahora.

—¿Todo bién?—Yoongi le pregunta con suavidad, como si le hablase a un niño consentido, lo cual inevitablemente le hace asentir, sintiéndose especial.

—Todo bien—confirma en palabras que han salido más a susurros suaves que logran que el mayor le regale otra sonrisa halagadora, cansada.

—Ahora voy a limpiarte—y sacando fuerzas de donde no las hay por el reciente encuentro; se levanta, cargandolo hacia la puerta a la izquierda, lugar que descubre es el baño.

Jimin puede darce cuenta apenas de las paredes color azul pues está más concentrado en olfatear el olor a vainilla en su cuello, mismo que parece estar convinando por el de losion de afeitar, y el sudor corporal, además de tener una pisca del propio olor a frutas de Jimin. Delicioso. No quiere que desaparezca. Sin embargo se ve alejado de él y ser puesto en la bañera, misma que contiene agua caliente para recién haber sido preparada mientras él lo olfateaba. Dicho líquido también desprende un agradable olor a lavanda, que lo hace suspirar complacido pues su pequeño cuerpo se siente consentido al recibir tal trato agradable.

—Refrescate un poco. Yo entraré a la ducha—Yoongi le dice, logrando que emita un puchero pues desea sentirse a gusto con él a su lado.

—¿No te metes conmigo?—se atreve a pedir pese a estar totalmente fuera de lugar al ser un desconocido con quien apenas hace unos minutos se ha acostado, no obstante los bonitos ojos oscuros que le observan desde arriba no reflejan desdén ante su pedido, sino todo lo contrario.

—¿Quieres?—parece no creerlo, y Jimin se encoge, intentando no demostrar lo agradecido que está con tales detalles, y además lo mucho que desea seguir recibiendolos.

—Pues si.

Se ve recompensado con que el pálido también se adentre a la bañera, ubicándose tras él, y rodeandole inconscientemente el cuerpo pues no podría hacerlo de otra manera y sería estúpido no querer tocarlo después de lo sucedido. Es más, no tiene problema en enlazar sus piernas, y pasarle a acariciar el cabello, el cual ahora está húmedo por el agua que cae desde una pequeña regadera. Jimin quiere preguntar como es que tal herramienta está también en la tina pero mejor se concentra en cerrar los ojos y disfrutar los masajes en su cuero cabelludo.

—Eres muy bonito, minino—escucha tras su oído, y no puede evitar reír bajito pues luego siente besos cálidos en la piel de su hombro derecho, sin embargo no responde nada pues no lo cree necesario, y disfruta minutos enteros en tal posición.

Es testigo también de como el mayor toma una esponja de una pequeña repisa a la altura de la tina, y la pasa por su terso cuerpo, al menos las partes que puede, entre ellas sus muslos y piernas, haciéndole encogerse porque vamos, que lo esté tocando es intimidante, no obstante nada va más allá de lo casual, y ninguno pone interés sexual ya que realmente están agotados, y disfrutar la tranquilidad del baño no está nada mal.

No es hasta cuando lo cree limpio que le incita a salir, y tira del cordón en el fondo de la bañera para que el agua se vaya, que Jimin piensa que está haciendo algo demasiado arriesgado, ya que recibe una bonita sonrisa por su parte, y se deja envolver por la toalla que este ha sacado de la parte superior de la repisa. Muy mal, piensa, pues se está dejando mimar demasiado, sin embargo no se queja cuándo Yoongi lo guía de nuevo hacia la habitación tras que se ha secado y cubierto de la cintura para abajo con la toalla que escogió.

—No somos tan diferentes en estatura así que te debe quedar algo de mi clóset—le dice, y Jimin lo ve caminar hacia dicho lugar para volver a él con un conjunto deportivo que apenas tomó tras escarbar unos segundos en él.—Arriba los brazos—obedece, y en cuanto menos espera es vestido con una camiseta color negro que aunque es unas tallas más grande de las que suele usar, le queda muy bien, y además también se deja poner unos bóxers, y un pantalón del mismo color.

Oh.

—Gracias..—murmura avergonzado por tal trato.

Yoongi le sonríe, para luego darle un corto beso en los labios, y pasar a vestirse con un conjunto parecido al que usaba cuándo le recogió hace unas horas, y el menor no puede evitar morderse el labio al ver su trasero duro, y bien torneado al igual que su espalda pálida, ligeramente tonificada. Además se pone una camisa parecida a la que él mismo rompió haciendo pedazos sus botones. Es una tortura.

—Tienes clases ¿no?—Jimin está demasiado concentrado en verlo ponerse losion de afeitar que tras escucharle no puede evitar olvidarle momentáneamente, y levartarse de un salto para pronto correr a ponerse los zapatos, agradeciendo apenas que sean convers y no zapatillas pues lo harían desentonar y definitivamente ahora no tiene tiempo para un cambio de atuendo.

—Dios, llegaré tarde—exclama, llendo a buscar su mochila, sin siquiera pedir permiso, si es que debe hacerlo, pues allí tiene algunos de sus artefactos básicos para darce un retoque, tales como maquillaje, enjuage bucal, y perfume.—Aquí estás..—la encuentra tirada cerca de la puerta, así que se apresura a sacar de ella lo que necesita, y comenzarse a arreglar, quedando con las rodillas al piso, y el trasero sobre los talones mientras lo hace. Ajeno a que el mayor le ve sonriendo apenas por su adrenalina.

—Relájate, tienes tiempo—le escucha decir, así que alza la mirada, encontrandolo abrochandose los gemelos de su camisa, y Dios, Jimin jamás vió a alguién tan atractivo haciendo ese simple gesto.

—¿Que hora es?—pregunta, atontado por tal presencia.

—Las nueve y media. Tenemos tiempo para ir a desayunar, y luego llevarte a la Universidad—sin querer negarse, asiente tímido, y vuelve a su tarea, no perdiendo detalle a como es observado desde arriba por esos posos imposiblemente oscuros y dulces.

Maldita sea, Jimin apenas puede creer que es real.

***

¡NO OLVIDES VOTAR!.

Irreversible. © [Yoonmin.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora