Juntos.

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Yoongi se siente atontado, como un adolescente dando su primer beso, como ese hombre tierno que siempre disfrutó amar a su pareja, y con la suficiente libertad para hacerlo de nuevo y ahora sin miedos.

—¿Vamos a casa? —pide entre toques suaves y dulces pues no soporta no amarlo entre sábanas.

Pero para su desgracia Jimin niega bajito, también atontado.

—Tengo tutorías a las seis, y no puedo cancelar. ¿Por que no vienes a la mía?.

—¿Y tu madre?—alza las cejas, deseando largarse donde sea pero tenerlo para él solito, y afortunadamente Jimin es la cura para toda enfermedad.

—No estará hasta la tarde así que ven conmigo—su soltura lo hace sonreír y no evita darle un último beso antes de invitarlo a subir al auto.

—Vamos entonces.

Una hora después están cayendo en un abismo de pasión que esta tarde se cubre de sentimientos encontrados, de susurros y promesas de amor, de.. todo eso que ambos han buscado y ahora que lo tienen no pueden hacer más que gozarlo, hasta terminar saciados, sonríendose como imbéciles y jurando jamás querer otros labios, ni otros cuerpos que no sean los suyos.

—Quiero que todo cambie. No más dinero, no más reglas. Solo tú y yo junto a lo que sea que la vida nos ponga en frente—Jimin le pide al estar aferrado a su cuerpo, ambos enterrados en las sabanas de su cama, habiendo hecho el amor de la manera más dulce que existe.

—El dinero no tiene que ser problema. Si estás a mi lado es nuestro. Punto.

—¿Por que?.

—Porque puedo—Yoongi está serio y de verdad no cree poder discutir un tema tan ordinario. —Tengo mucho dinero, trabajo duro por ello, y no veo porque no pueda compartirlo contigo.

Jimin se ríe evidentemente halagado pero no evitando también sentirse ofendido.
 
—¿Sabes por que? —alza la mirada a él intentando dejar sus puntos claros y avanza cuándo lo tiene viéndole fijo. —Porque también trabajo duro y puedo con mis caprichos, porque soy un hombre independiente que te acepta que invites la cena y me lleves de paseo pero no que pagues mi renta o me compres un auto—le pone un dedo en los labios cuándo ve quiere refutar algo. —Y en todo caso, si lo que tenemos es de ambos también puedo compartir lo mío contigo porque no se trata de mantener al otro sino darnos caprichos juntos.

El señor Min no puede estar más derretido. Tira de él y lo besa de manera efusiva, casi ahogandose de tanto gozo.

—Acepto—susurra contra su boca, dejando pasar el tema y dispuesto a ceder el brazo para formar un equipo juntos. —Pero te salgo caro ¿eh?.

—Créeme, estoy consiente de ello —Jimin ríe y una vez más se entregan hasta que tienen que bajar pues su alumno no tarda en llegar.

Yoongi sale desarreglado, con ropa de Jimin puesta, y el cabello alborotado, por lo cual es evidente lo que han hecho cuándo se encuentran a su suegra, quién gracias al cielo es tan suelta que no se ofende y le saluda con amabilidad.—¿Te quedas a cenar, querido? . —El pálido mira a su novio en señal de aprobación antes de contestar y cuándo este asiente, sigue a la mujer hacia la cocina dejando a Jimin trabajar.

Unas horas más tarde está aún en esa bonita casa, compartiendo cena con sus suegros, y Jimin al lado antes de por fin aclarar que están juntos de manera definitiva y que el menor pida si se puede quedar a dormir.

—Solo a dormir—el señor Park se burla, exigiendo nada de sexo y no tiene que pedirlo.

Esa noche los chicos duermen simplemente abrazados pues sus problemas al menos por ahora están resueltos.

🍷🍷🍷

Despertar y saber que ya todo está claro y sin neblina es para Yoongi algo que jamás había sentido, y es que está totalmente seguro de que el chico en sus brazos es el correcto, que arriesgarse a dejarse llevar ha sido la mejor decisión que ha podido tomar. La habitación que lo recibe al abrir los ojos es tan cálida como el niño en a su lado. La frescura de su carácter también se puede notar en los posters y decoración en las paredes, en la claridad que entra por la ventana, y el delicado olor a fresas en el aire.

Yoongi sonríe, y refriega su nariz en el hombro del chiquillo que se encuentra removiendose suavemente en sus brazos a causa de las cosquillas que siente en su piel.

—Dime que no estoy soñando y que de verdad estás en mi habitación—lo escucha decir con su bonita voz chiquita y delicada por recién despertar.

No puede evitar reírse.

—Aquí estoy, mi amor. —se acerca a besarle tímidamente, dejándose exponer sin ya limitarse a las consecuencias. —¿Quieres que te lleve a la Universidad?.

—Claro, Yoon, pero antes vamos a desayunar—Jimin se incorpora viendo la hora en el reloj en la pared. —Vamos a ducharnos.

—Pensé que nunca lo dirías—el pálido lo levanta, haciéndolo chillar, y lo lleva al cuarto de baño para una vez más hacerlo suyo, sin importar que el día ya empieza y los suegros están abajo.

Jimin sin duda alguna es feliz. Se siente famelico de tango gozo al ver a su ahora si novio oficial en su casa, y no evita darle miradas coquetas, poniéndole nervioso pues además son observados por sus padres durante el desayuno. No obstante el señor Min mantiene la compostura, con las mejillas sonrosadas, y un tanto tímido debe admitir. Hasta que por fin se quedan solos una vez más pues los mayores ya se han marchado a trabajar.

—¿Tú a que hora te vas? —Yoongi niega como si la respuesta fuera obvia.

—A la hora en la que quieras marcharte a la Universidad. Estoy bien aquí.. —están tirados en el sofá y Jimin tiene una brillante idea.

—Tomemonos el día libre ¿si?. Esta es como nuestra Luna de miel. ¿Por que no vamos al apartamento y planeamos un día de campo?.

Y Yoongi de verdad no puede negarse. Están ya casi de fin de semana y cree que puede escaparse y volver el lunes si la compañia a su lado es este chiquillo precioso.

—A tus órdenes, vamos entonces.

Dos horas más tarde se pierden quien sabe dónde, dejando una nota en la mesita como única respuesta.

***

¡NO OLVIDES VOTAR!.

Irreversible. © [Yoonmin.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora