Irreversible. © [Yoonmin.]

¿Me has mentido?.

VER AL POSIBLE ESPOSO U NOVIO de su amante lo ha dejado inquieto, tanto que no ha parado de caminar de un lado a otro por toda la habitación, ahora si buscando en los cajones algún indicio de que le confirme que Yoongi es un hombre casado; su mirada busca una fotografía, un anillo, un documento o algo que lo demuestre, pero no encuentra nada, no hay siquiera un retrato de Hoseok en todo el lugar y maldita sea, se ha regañado por ponerse histérico pero no tiene opción, el suceso le ha sugestiónado de una manera bárbara.

Y da un respiro aún más ansioso cuándo al fin el ascensor suena, avisando que Yoongi por fin está en casa, así que no tiene más opción que caminar hacia él buscando una respuesta.

Lo encuentra aflojándose la corbata, dándole la espalda, y por un momento se pierde en la presencia que impone, porque Dios, no va mentir. El hombre le sigue removiendo cada hormona dentro pues es demasiado irresistible y más cuándo lo ve en esos trajes que se acomplan de manera perfecta a su cuerpo, sin embargo no se deja hechizar y llama su atención con un ligero carraspeo de garganta.

El mayor gira, sonriendole discreto a modo de saludo, antes de caminar hacia él y acunar sus mejillas; dándole luego un beso en los labios, aún sin soltarle. Por ende; le nota tenso así que su expresión decae.

—¿Sucede algo? —pregunta de inmediato, clavándole la mirada de manera fija, notando que Jimin es preso de una preocupación fuerte, que podría jurar le está ahogando. —Minino, ¿que tienes?—es testigo de como palidece, como su mirada se empaña de rabia, y como quiere matarlo por lo que sea que le haya hecho, sin embargo también espera el momento de hacerlo, como si buscara en su mirada algo que le calme, que le de esperanza.

Y no se equivoca pues aunque Jimin tiene el testimonio de ese intruso como prueba desea saber que le dirá él, que puede explicar, y que hará para que este asunto ya no duela.

No sabe por que está tan decepcionado. Se quiere excusar con la idea de que le da rabia que aún después de todo lo hablado en su acuerdo él le haya posiblemente mentido, o con lo horrible que es que todo se vaya a la mierda en un intento más en su vida cuándo ha puesto mucho esfuerzo para que funcione, pero sabe, muy en el fondo que lo que más le molesta es que su amante haya sido un todo lo contrario a lo que esperaba y conocía de este mes juntos.

Apenas encuentra voz para hablar y esta sale en un susurro quedo que por poco le ahoga.—¿Me has mentido?.

Lo ve fruncir la expresión, claramente no entendiendo a que se refiere, así que Jimin se permite tomar un fuerte respiro que por desgracia-o no tanto tiene que admitir- contiene el olor a vainilla que Yoongi desprende, y esto le tranquiliza mientras espera a una respuesta que afortunadamente llega de inmediato.

—No entiendo, Minnie ¿a que te refieres?. ¿Que ha pasado? —el corazón se le encoge ante su apodo cariñoso, pero joder, no sabe que creer.

No quiere pensar en que este mes a su lado no han avanzado nada, que aún su actitud sea monótona, o que no tengan siquiera empatía para con el otro. No quiere.. simplemente descubrir que esto ha sido una mentira que más bién termina como una aventura para él ya que aparentemente está prometido, así que para librarse de ello procede a hablar, esperando realmente que la duda sea desmentida.

—Alguién llamado Hoseok estuvo aquí—susurra, notando con horror que el mayor se queda visiblemente congelado, incluso sus brazos que aún le sostienen se tensan, y maldita sea no quiere creer que algo sucede pero al parecer algo si sucede.—No sé que pasó Yoongi hyung, pero él me ha dicho que eres suyo, que están juntos y que me has mentido—explica apresurado, dejando notar su ansiedad. —Por favor explicate, porque te lo advierto, no soy un juguete al que puedes manejar a tu antojo. Si bién puede que me consideres una aventura, de eso no me puedo desentender, pero no voy a ser un tercero en discordia o un amante para un tipo casado.

—Eres mi amante—Yoongi le interrumpe, y el alma se le cae al piso. Apenas puede contener las ganas de salir corriendo.—Eres la persona con quien estoy saliendo, quizá mi aventura porque eso también soy para tí pero no eres un cuerno, Jimin—le asegura, notando como ya no puede contener las sensaciones y sus ojitos se llenan de lágrimas que sin remedio deja caer pues el momento es demasiado para él.—Por Dios, mira lo que te ha hecho. Minnie nada es cierto, lo prometo.

Jimin se deja abrazar cuándo el pelimenta lo aferra en sus brazos porque Dios, un alivio inmenso le recorre al pecho al escucharle desmentir esa atrocidad.

—Lo siento.. —se disculpa avergonzado aunque no va mentir lo bonito que se siente ser consolado después de un momento como el que pasó.—No debí ponerme así pero no sabía que pensar. Él me dijo muchas cosas y no sabía que creer, a quién. Solo... me alteré.

—No pasa nada. Tranquilo—siente como le frota la espalda, aún arrullandolo, como si cuidar de su bienestar fuera su mayor prioridad, y agradece cuándo se pasa a explicar. —Él no es nadie, fue mi ex novio hace unos años pero ya no estamos juntos, así que no te preocupes. No estás siendo un cuerno, ni mucho menos estás haciendo nada malo, y te prometo que esto no vuelve a pasar. Voy a hablar con él y..

—No—le pide, de repente molesto por saberlo hablando con tan desagradable sujeto.—No quiero que le des la importancia que seguramente desea. Si dices que nada pasa entre ambos voy a creerte, pero si vuelven a hablar lo tomaré como que deseas seguirle la corriente.

Ambos entienden que Jimin a sonado más que celoso, quizá hasta posesivo, pero Yoongi es codesendiente y le permite tal berrinche para que esté tranquilo.

—¿Estás seguro? —sin embargo antes decide dejar todo claro para no tener más mal entendidos de nuevo.

—Seguro—Jimin asiente, apartándose un poco para secarse las mejillas un tanto húmedas. —Vamos a olvidar esto, ¿si?.

Afortunadamente Yoongi asiente, agradecido por la falta de drama y lo abraza de nuevo, buscando compensar el haberlo hecho pasar por esa situación.

—Disculpa las molestias. En verdad lamento que hayas tenido que enfrentar un problema que me pertenece —Jimin niega, ofreciéndole una sonrisa pequeña que promete hacerle olvidar que otro puede estar en su vida.

—Llévame a ver las estrellas otra vez y te perdono, ¿va?—le provoca, y pronto es levantado del suelo porque su semental a aceptado el reto.

—Lo que que ordenes cordero...—y le hace olvidar que hay problemas, que hay un intruso entre ambos, haciéndole suyo en el sofá que encuentran a tan solo un pasos del lugar.

***

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