Debería, pero no puedo esperar.

10K 1.3K 115
                                    

NERVIOSO SUBIÓ CORRIENDO A SU habitación, aprovechando que sus padres como es usual no estaban en casa a tal hora, por tal no se contuvo al mirarse al espejo una vez estando dentro de dicho espacio privado, notando enseguida que sus mejillas estaban sonrosadas, su piel caliente, y sus ojos exitados. Maldita sea, se veía atontado, resultado de lo que el desconocido había provocado en él con tan solo un beso. Las piernas le temblaron pues incluso el cosquilleo en su piel seguía. Jimin se preguntó si podía lograr lo mismo con algo más.

Apenas pudo normalizar su respiración, y se dispuso a hacer sus deberes, fataseando con el momento de hacer realidad dicho deseo.

Unas horas después le cayó un mensaje de texto con la dirección de un consultorio médico al cual debía asistir mañana a primera hora, siendo recogido por un chofer que el propio Min YoonGi había destinado, dejándole asombrado por lo serio que se estaba tomando el asunto, sin embargo respondió estando de acuerdo y se ocupó en otras cosas hasta finalizar el día pues no era una persona normal para simplemente irse a acostar y caer rendido.

Por supuesto tuvo una crisis existencial antes de por fin dormirse, en la que pensó en miles de posibilidades de lo que pasara con su "daddy". Todas muy favorables, esperaba.

🍷🍷🍷


Fue puntual al salir de casa a las siete con cinco minutos de la mañana al día siguiente, aunque no estuviese acostumbrado a levantarse tan temprano pues su primera clase era a las once, sin embargo sonrió educado ante el muchacho que le esperaba, y el cual se acercó a presentarse en nombre del señor Min, dándole a Jimin su apellido sin saber que el otro se lo había omitido. Por lo mismo quiso sacarle más información pero el jóven delgado y educado no parecía dispuesto, no obstante media hora después cuándo llegaron al consultorio conoció a alguién que si.

El lugar era por demás lujoso, dando a entender que además era privado y pocas personas tenían acceso a él, notó cuándo una de las recepciónitas lo llevó hacia la habitación donde lo atenderían, que aparte de ello parecía discreto.

—¿Park Jimin?—un hombre pelinegro le llamó al notar que ya se había ubicado en los asientos fuera de su consultorio, y el menor se obligó a ponerse en pie para acompañarlo.

Nunca había asistido a una consulta en donde le chequearan estrictamente su salud sexual, sin embargo desde anoche de había mentalizado con la idea de que sería algo incómodo. Por supuesto no se equivocó. El médico pelinegro que le atendía, y el cual sabía se llamaba Kim SeokJin por su placa en la gabardina, lo primero que hizo fue extenderle un vasito de plástico estéril, y cristalino en el que debía hacer lo suyo.

—Buenos días—por supuesto antes se presentó.—Soy el Dr, Kim SeokJin, y te atenderé en esta ocasión—sus ojos eran cálidos pese a la oscuridad en ellos.—Antes de comenzar necesitaré que dejes una muestra de orina en él, para enviarlo a laboratorio. ¿Puedes?. El baño está a la izquierda—las mejillas se le calentaron de manera excesiva.

—De acuerdo—sin embargo se puso en pie, y fue al lugar indicado, agradeciendo que su cuerpo respondió para realizar el pedido. —Aqui está...—regresó al consultorio cinco minutos después, notando que el Dr tenía un expediente en manos, y parecía leerlo con atención hasta ser interrumpido.

—Muy bien, Jimin. Ahora solo responde unas cuantas preguntas—indicó para pasar los próximos minutos efectivamente hablando sobre ello, todo referente a su estado anímico, sus últimas ocasiones sexuales, lo cual fue hace un mes, y además los rastros de enfermedades en su familia.—Todo parece estar en órden—¿pues que esperaba?. Jimin no tenía ni siquiera una verruga en sus partes intimas. Esa pregunta también se la hizo y lo dejó en claro.

Irreversible. © [Yoonmin.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora