Me quedo.

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Tras que Jimin se encuentra totalmente listo, se pone en pie, sabiendo que él está apoyado contra la pared, esperándolo, así que le observa, notando como tiene los brazos cruzados, los músculos en ellos flexionandose, tanto que sobresalen sobre la fina tela que los cubre. Entonces siente las mejillas arder con tan solo recordar que los vió desnudos, y que además fue estrechado por ellos. De hecho tiene que sacudir lentamente su cabeza para tratar de guardar la maravillosa  imagen para otro momento pues ahora debe enfrentarlo.

—Estoy listo.. —murmura, llevandose las manos al cabello, tratando de peinarlo.

—Te ves adorable—lo ve caminar hacia él, inclinándose a besarlo cuándo lo tiene enfrente, así que no puede evitar tomarlo de la cintura, agradeciendo tenerle cerca, y además porque dicha cercanía implica que pueden repetir. Yoongi además se lo confirma tras que lame su labio inferior con deleite.—Cuándo te llame, y te pida verte lo haremos aquí, ¿ok?. Ya sea que vengas solo o te traiga el chofer nuestro punto de encuentro es este.

—Okay—responde fascinado a que una órden se le sea demandada con suavidad, aunque no obviando la frialdad en su voz.

—Muy bien—siente su palma en la espalda y se deja guiar hacia la puerta, que más bién es la entrada del ascensor ya que esa parece ser la salida del apartamento exageradamente lujoso en el que se han reunido.—Voy a enviarte un texto con el código de entrada, además de la dirección exacta. Quiero que si vienes solo lo hagas en taxi, o uber, y si te a traído el chófer él se marche rápido.

—Okay—repite, para nada intimidado por dicho régimen, y encontrando divertido el asunto.

—¿Sabes conducir?.

—Un poco—está tan distraído con el olor a vainilla que el mayor desprende, por el lujoso interior del ascensor que deciende piso por piso hacia la recepción, y por su mano entralazada con la suya que, apenas puede adivinar su intención.

—En cuanto puedas iremos a ver un auto.

—¿Eh?—se shockea de inmediato, ya que definitivamente no le comprende, sin embargo no recibe una respuesta clara ya que las puertas del aparato metálico se abren y Yoongi le anima a salir, sin darle importancia a las miradas de los empleados que recaen en ellos.

—¿Eh?—y le imita sin darce cuenta de lo juguetón que ha sonado, saludando luego con una inclinación de cabeza al portero que les abre la fina puerta.

🍷🍷🍷

El trayecto en el auto dura más o menos cinco minutos, y ha resultado agradable pese a las continuas indicaciones que el pelimenta le da de hacia el lugar donde irán a desayunar, además hace preguntas comunes como que le aptece pedir, que no, y lo cual definitivamente ni siquiera puede probar. Por ello se entera que Jimin es alérgico al maní, y guarda ese dato para jamás darle algo de comer que lo contenga, haciéndole reír bajito. Y es que.. se siente como algo normal. Solo dos chicos con una casi notable diferencia de edad que han decidido quedar para verse un rato. Nada más.

Piden un desayuno normal al estar en una cafetería que es una de las favoritas del mayor, y la cual le ha parecido ideal para visitar ya que además de estar cerca del apartamento, sirve platillos deliciosos. Jimin termina su pedido en menos de diez minutos y se toma la libertad de pedir una rebanada de flan como postre, bastante complacido por la atención recibida, lo cual le hace pensar que ha merecido la pena pese a ser muy arriesgado. Además no se queja. De hecho el mocoso durante todo ese tiempo le ha hecho varias preguntas, quizá sintiéndose más a gusto en su compañia. Nada serio, venga, sino temas vanales como la profesión que ejerce, por tal fue complacido con respuestas cortas pero efectivas que le hicieron saber que estaba frente a un empresario de veinticinco años, que recién se mudó de domicilio, y que posee entre sus actividades favoritas el talento de la equitación.

—No es muy común pero he encontrado lugares muy buenos en los que se joza la actividad—ya se encuentran de nuevo en el auto, en camino hacia la Universidad del menor, y este le escucha atento, no creyendo que pueda preguntar un poco más pero lo hace.

—¿Cada cuanto lo haces?.

—Una vez al mes—recibe una educada respuesta que lo deja satisfecho pues es realmente gratificante conocer aunque sea un poco del hombre con quién acaba de acostarse, y así se lo hace saber.

—Es impresionante.

—¿Verdad?—este asiente, y guardan silencio hasta llegar al estacionamiento de la Facultad de literatur que le ha indicado.—Fue un placer verte otra vez, gracias por permitirlo—se inclina, buscando despedirse, más no lo besa aún.—Sé que fue muy pronto pero me era difícil esperar. Espero que no te moleste—da pequeñas caricias a su mejilla, agradeciendo el placer de haberle tenido, y esperando hacerlo de nuevo sin ningún inconveniente.

—No te preocupes—Jimin apenas puede asentir, perdido en esa mirada cargada de frialdad y atención. Es confuso.—¿Te veré de nuevo? —y quiere saber, maldita sea, realmente quiere saber si se verán de nuevo.

—Cuándo gustes—Yoongi se acerca, eliminando la distancia entre ambos y besa castamente sus labios.—Te escribo a ver si puedes.

—Okay..—quiere más, pero decide aguardar, dedicándole una traviesa sonrisa.—¿Puedo bajar ya?—sin embargo y aunque quiere quedarse tiene apenas un par de minutos para entrar al plantel, más no cree que pueda hacerlo sin su autorización, y afortunadamente él asiente, soltandole apenas.

—Antes quiero darte algo—la frialdad en su voz es ahora más fuerte, y Jimin cree que hizo algo mal, pero no se mueve aún cuándo lo ve sacar de la guantera un sobre naranja tamaño pequeño, y no tiene que ser adivino para saber de que se trata.—Gracias por verme hoy—él se lo confirma, y además la postura escueta con la que ahora le mira lo demuestra aún más.

Ya no hay dulzura en esos ojos.

Está pagándole por tal servicio.

—Gracias señor. Nos vemos luego—Jimin se obliga a murmurar sabiendo que así deben ser las cosas, y gracias al cielo no realizó ningún mal gesto ya que Yoongi le sonríe complacido antes de bajar y rodear el coche para abrirle la puerta. Luego le toma de la cintura, acercandole a su duro cuerpo, que pese a lo impotente que parezca, desprende calidez y una fragancia embriagadora.

—Ten un buen día, minino—le da un beso en los labios que roza los límites ya que le saborea de manera sensual, metiéndole la lengua dentro, y succionando la suya para que quizá no se atreva a olvidar lo que han vivido. —Buenas tardes—Jimin apenas puede mantenerse en pie tras que ha sido soltado, pues la electricidad es demasiada como para ignorarla.

—Buenas tardes, señor.. —se gira, alejándose de él, sonriendo como un campeón pues lo que hizo no lo ha dejado para nada arrepentido ya que el encuentro ha sido maravilloso. Jimin incluso sabe que fue buena idea dicho asunto, y maldita sea que se va quedar con todo lo recibido.

***

¡NO OLVIDES VOTAR!.

Irreversible. © [Yoonmin.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora