Definitivamente lo hago.

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Sus bebidas habían llegado, y Jimin se encontraba notablemente nervioso, observando de vez en vez a su acompañante, quién no perdía detalle también en observarlo. Min YonGi realmente estaba satisfecho porque su futuro amante fuese alguién tan atractivo, tan precioso. Se encontraba además fascinado por esos ojos imposiblemente claros, por su pequeña nariz y mejillas regordetas. Por su bonito cabello rosado, y por además esas dulces y pequeñas manos que imaginaba rodeandole el cuello.

Era complaciente, y solo habían un par de detalles que saldar.

—¿Cuales son tus exigencias?—se echó hacia atrás en la comoda silla en la cual se encontraba, cruzándo la pierna derecha, para observarle más a gusto, gesto que pareció hacer delirar al menor pues apretó los labios nervioso.

—¿Exigencias?—su suave voz incluso resultó aún más suave, casi logrando que se lo follara ya mismo sin importar que estuviesen en un lugar público. Por supuesto que se contuvo, pues aún no era momento.

—Me refiero a que es lo que pides.

—Oh..—maldita sea que el mocoso abrió la boca de una manera irreal, haciendo que YoonGi sintiera la sangre recorrer su cuerpo hasta parar a su entrepierna, gesto primitivo que realmente jamás había sentido, ni siquiera en su adolescencia, sin embargo se mantuvo sereno a sus palabras.—Bueno.. no sé, ¿Que tal veinte mil dólares en nuestros primeros encuentros?.

No parecía muy seguro, incluso se veía confundido.

—¿Veinte mil dólares por encuentro?.

—¿Parezco una prostituta?—Jimin no pudo evitar sentirse ofendido, y es que aunque evidentemente no tenía idea de lo que hacía, sabía que no quería recibir "dinero" a cambio de nada, mucho menos por cada encuentro. —No—aclaró antes de que el otro hablara, sabiendo que tenía que recibir algo a cambio, a fuerza, así que se atrevió a aprovecharlo.—Tengo caprichos, no siempre deseo efectivo. Me gusta la lectura, las prendas, los zapatos, en fin cosas de ese tipo. Cuándo voy de compras, lo mínimo que tengo que tener en manos son veinte mil dólares. ¿Comprende.. daddy?—emitió el llamado de la manera más sensual que pudo, casi luciendo inocente.

Y maldita sea. Yoongi se encontraba extasiado por tal defensa, es que era increíble, y mentiría si dijese que estaba pensando en negociar pues estaba seguro de cumplir cada pedido si luego podía cobrarselo de la mejor manera.

¿Perverso?.

Si.

—Comprendo, Jimin—pronunció, llevándose un dedo a los labios, cepillandolos por fuera, acción que aunque inconscientemente hacía, lograba derrochar sensualidad.—Lo tendrás. Te daré una tarjeta de crédito y además podrás pedirme dinero en efectivo cuándo lo necesites.

El menor pareció pensarselo por varios segundos, tratando de asimilar que demonios estaba haciendo, y como en la puta vida había logrado pronunciar tal negociación, consiguiendo además que se le aceptase. No obstante prosiguió a contestar, sacando valentía desde las entrañas de su pecho.

—Perfecto—apenas pudo suspirar.—¿Ahora que?.

—Bueno.. —YoonGi sonrió, dando por finalizada la reunión. —Aunque me muero por tenerte ya, me temo que tendremos que esperar—se atrevió a arrastrar su mano hacia la suya, tomandola con cautela.—Mientras tanto dime. ¿Te gusto?—maldita sea, ¿Que pregunta era esa?.

Jimin sintió las mejillas calientes, aunado al aliento pesado, y la boca seca, por tal descaro. ¿Como creía en la puta vida que estaba allí, soportando tan rara conversación si no le gustase?. Sería imbécil, quizá.

—¿Tú que crees? —se atrevió a levantar la mirada, envalentonado, luciendo demasiado sensual, haciendo que el pecho del mayor rugiera en respuesta.

—Muy bien—sin embargo se mantuvo sereno, de la prueba de su deseo solo las caricias traviesas que sus dedos dieron a los del chico. —En este caso en un par de días podemos comenzar. Solo tienes que realizar tu chequeo médico y luego te mostraré lo demás—parecía tan sereno, tan casual, como si estuviese hablando del clima. Descarado.—Finalmente tengo unas reglas—prosiguió serio, logrando que el chico se encogiera aún más en su asiento.—Puedo consentirte en lo que quieras, a cambio por supuesto de que me pertenezcas cuándo se me plazca, a que obedezcas mis órdenes, y a que no te inmiscuyas en mis decisiónes. ¿Quedó claro?.

Listo. Jimin había perdido los sentidos. Estaba ruborizado a más no poder, y peor aún no sentía la humillación que tal trato tendría, al contrario. Su cuerpo se retorcia en necesidad de ser controlado. Sabía muy bien la respuesta. Escalofríos enteros le recorrieron entero al hacerlo, y es que maldita sea, realmente quería hacerlo.

—Si.—fue un susurro suave, delicioso.

—¿Si que?.

—Si señor.—YoonGi estaba encantado, maldita sea.

—Buen chico. Ahora termina tu aperitivo, luego te llevaré a tu casa—lo estuvo aún más cuándo vió al jóven asentir, y obedecer en silencio lo que se le pedía.

***

Asjaksj, joder me encantó.

Aclaración. Se que la moneda coreana es el won, pero ya tuve demasiados inconvenientes con la cantidad que escribí, incluso la edité muchas veces y las lectoras de diferentes países me siguen diciendo que no es suficiente para lo que Jimin debe "cobrar" entonces lo cambié a dólares, moneda que, es más fácil de entender respecto a las equivalencias hacia mi pais.

No sean tan duras, recuerden que vivo en un país tercer mundista y me impresionan cantidades extranjeras que para ustedes sean poco y en mi país son aceptables, xdxd.

Si más adelante ven referencias al won por favor avísenme para cambiarlo a dólares, gracias.

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Irreversible. © [Yoonmin.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora