Culpable.

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Min Yoongi lleva quizá unas dos horas durmiendo cómodamente en su cálido colchón, y hubiese seguido así toda la noche de no ser porque su teléfono no ha parado de sonar desde hace más o menos dos minutos, así que tiene que levantarse, no sabiendo quién puede estar insistiendo como para llevar ya tres llamadas. Y se sorprende en demasía cuándo el nombre de dicho impertinente es su cordero, que vale es viernes pero debería estar ya durmiendo.

—¿Que sucede, amor? —contesta desconcertado, pero sabiendo que no puede ignorarle aunque quisiera, sin embargo le sorprenden aún más los balbuceos del otro lado.

—Yoon, que gusto escu-charte—su voz es arrastrada y perezosa. —Estaba pensando en tí.

—¿Ah si? —se sienta para escucharle mejor pues no cree lo que piensa, no sólo porque es tarde sino por la situación inestable en la que al parecer lo ha llamado.—¿Estás borracho Jiminie?—pregunta para sacarse la duda antes de proceder, y recibe de su parte una risa nerviosa que se lo confirma, lo cual joder, no se esperaba. Claro que sabe y entiende que el chico beba, de hecho él mismo le ha servido una que otra copa de vino en varias ocasiones pero al parecer esto ya es ebriedad.

—Pf, ¿yo borracho?. ¿Como crees?.

—Cordero lo estás. —le asegura, conteniendose para no echarse a reír.

—No..

—¿Estás en casa o saliste? —cree que Jimin se ha ido de antro pues es viernes y sería una posibilidad bastante común, el único problema es los peligros que se corren de no tener cuidado y no estar con las personas correctas. —¿Estás con tus amigos?.

—Si se-ñor. Tae y Jungkook se están besando en el sofá ahora mismo y yo no tengo con quién bailar.

—¿Esa es tu mayor preocupación?.

—Sip.—Es imposible no echarse reír. Jimin borracho es todo un caso.

—¿Como van a volver?. ¿Quieres que mande al chofer por tí?. Puedes llamarme cuándo ya decidas terminar la fiesta—se ofrece, no siendo egoísta con que su cordero salga de antro pues es de hecho lo que un chico de su edad debe hacer al menos de vez en cuándo, pero le preocupa que algo se les pueda salir de las manos, y no va mentir que se siente solo un poco celoso de que esté rodeado de personas, especialmente hombres que lo crean soltero y lo acechen como la deliciosa presa que es.

No obstante no debería desconfiar de su Jimin pues este solo tiene ojos para él, y hasta en una noche de antro lo quiere cerca.

—¿Por que no vienes por mí?. —le pide, haciéndolo abrir los ojos asombrado.

—Mh. Supongo que puedo ir yo mismo—algo dudoso se pone en pie, no sabiendo si eso sería buena idea, no obstante el saber que Jimin desea verle aún cuándo se está divirtiendo le hace mandar todo al diablo.—Si, iré de inmediato. Mandame la dirección.

🍷🍷🍷

Quince minutos después está pagando la entrada del antro que Jimin le ha indicado, no recordando hace cuanto vino a uno pues este tipo de lugares cambiaron para él desde que salió de la Universidad pues ahora siendo ya un empresario y hombre mayor prefiere los bares, no obstante no se siente fuera de lugar con los jeans casuales, y la camiseta blanca que se ha puesto pues no es tan viejo como para que sea un delito el venir hasta acá, y sabe que ha merecido la pena cuándo busca dentro de la gran estancia los reservados en los que Jimin le ha dicho está.

Se toma un par de segundos para asimilar la fresca imágen que su cordero ofrece llendo vestido con pantalones de cuerina negros y una camiseta mangalarga color gris, luciendo espectácular pues además está bailando un poco de manera casual mientras charla de algo que al parecer es muy divertido junto a la pareja que conoció la semana pasada y la cual presentó como sus mejores amigos.

—Eh.. ¿Jimin?—finalmente se acerca un tanto nervioso, no deseando cortarles la diversión pues se ven muy a gusto pese a estar evidentemente pasados de copas.

El mencionado da la vuelta, ofreciendole la más adorable de las sonrisas. —¡Viniste! —exclama, dando unos pasos hacia él, y pronto colgándose de su cuello.—Ups, soy culpable de llamar pero me da gusto que estés aquí—con valentía corta la distancia entre ambos y deja un corto beso en sus labios, que le sabe a alcohol, específicamente a Tequila, y Yoongi no puede evitar lamerse los labios, adorando el sabor al cual no está muy acostumbrado.

—Claro que he venido, cordero—le responde, saludando brevemente a los chicos que les observan con curiosidad sentados desde su asiento.

—¿Quieres una copa antes de que nos vayamos? —Jimin ofrece, pero debe negarse, sobre todo porque es quien conducirá luego.

—Cariño estás divirtiendote ahora ¿no?.  Puedo esperar.

—No—el chico niega más decidido que nunca.—Quiero que bailes conmigo. Te quiero aquí.. —Yoongi no va negar que tenerlo aferrado a su cuello rogando su presencia aún cuándo puede conseguir la de cualquiera en este lugar; le llena el pecho de orgullo, así que joder, ni siquiera se hace del rogar.

—Muy bién, vamos a bailar pero solo una canción y luego nos vamos ¿si?. Apenas te puedes sostener—lo toma de la cadera tras que el menor asiente y lo guía hacia unos pasos atrás del reservado en el que están y le complace al mover ambos cuerpos al compás de la canción.

—¿Que tantos azotes me costará hacerte venir hasta aquí? —lo escucha susurrar, aún cuándo prácticamente se ha recostado sobre él, disfrutando los dulces movimientos aún cuándo la canción no es tan lenta. Está aunque no lo crean un tanto lucido y sabe perfectamente el maravilloso momento que está viviendo y lo mucho que posiblemente le costará.

—Me da gusto que sepas las reglas del juego—Yoongi se ríe, pero no hace alusión al tema hasta que termina la melodía y le insiste para que vuelvan a la mesa. —¿Quieres irte ya?.

—Si, por favor. —Jimin está dormitando, efectivamente rendido por la noche que ha tenido, y por el corto momento con él, así que busca a sus amigos y al verlos igual de agotados, además de borrachos; sabe que ya es momento de ponerle fin a la noche de tragos. —¿Podemos llevarlos? —se dirige al mayor tras que ha llamado la atención de la pareja quién se apoyan el uno en el otro para ponerse de pie, y cuándo Yoongi les confirma que puede con todos; comienzan a caminar hacia la salida a paso lento.

Que se subieran al coche fue la tarea complicada ya que Jungkook tenía náuseas antes de ello, no obstante quince minutos después ya están la pareja atrás y Jimin dormitando en su asiento, mientras el pelimenta soporta el olor fuerte a alcohol y se dirige a la dirección que le han brindado.

—Gracias por traernos—Taehyung es el más lucido al momento de bajar en su apartamento y ayuda a su novio a subir los escalones del mismo.

—No te preocupes. Ha sido un placer, ¿necesitan algo más?.

—Nada, gracias. ¿Jimin estará bién? —asiente, ambos observando de reojo al chico pelirrosado quién ha perdido la conciencia durante el camino.

—Lo llevaré a casa. Descuida—promete, y se siente más tranquilo de no solo apreciar que los amigos de su cordero aún estando borrachos se preocupen por él, sino también por que confíen en que lo cuidará.

—Vale, dile que me llame.

Asiente una vez más y los ve subir las gradas de la entrada de su edificio, para luego volver al auto y terminar la tarea con llevar a casa al otro chico borracho, quien tendrá serios problemas cuándo despierte por haber logrado dar vuelta su relajada noche.

***

¡NO OLVIDES VOTAR!.

Irreversible. © [Yoonmin.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora