Mio.

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NINGUNO DE LOS DOS SE DA CUENTA de lo que sucede hasta que se encuentran dentro del auto, comiéndose a besos de una manera descomunal. Yoongi reconoce que lo trajo allí para tenerlo a su antojo y poder demostrarle quién es su dueño, pero se ha perdido en el momento pues tenerlo sobre su cuerpo, ambos en el asiento trasero es algo sencillamente brutal. Demasiado irreal, y maldita sea que lo incita a tenerlo allí siempre, y si es posible tatuarselo dentro para jamás dejarlo marchar pues a pesar de apenas salir con él hace corto tiempo; siente que si se va no se va poder recuperar.

Y el sentimiento de posesión en él aumenta cuándo lo recuerda retosar con ese chico del cual por cierto Jimin solo habla maravillas. Maldita sea, es que lo va matar. No puede contenerse a apretarlo más hacia su cuerpo al solo imaginarlo deseando a alguién más. De hecho, siente la enfermiza necesidad de dejarlo para él a cada momento sin darle oportunidad de conocer a alguién más, porque maldita sea x2, ese chico es suyo y no lo piensa compartir con nadie más. Eh, eh. Ni hablar.

Su mano se eleva tras haber estado manoseando sus bien dotadas nalgas solo para caer en la izquierda con un fuerte azote que hace a Jimin gritar, dejando en su piel, aún encima del pantalón un extraño cosquilleo que va a parar a su entrepierna, y no tiene más opción que gemir quedo por lo delicioso que es, pues jamás ningún amante le ha tratado como tal. Es algo nuevo, bastante excitante, y joder si dice que no le gusta porque no es verdad.

Mientras tanto Yoongi le observa atento a cada reacción, a como su bonita y regordeta cara se contrae de placer.

—Eres mío, ¿Queda claro? —le da otro azote que lo hace jadear aún más pues las sensaciones se intensifican y son casi imposibles de soportar.

—Yes daddy... —gimotea perdido en tal placer, sin limitarse a restregarse contra él buscando más conexión pues está apunto de explotar.

—¿Mio?. —Yoongi insiste y maldita sea, no se puede negar.

—Tuyo, todo tuyo.

Lo próximo que sabe es que un par de minutos después y tras una deliciosa preparación en su bonito trasero; el mayor se lo está follando de una manera brutal y rápida con la superficie de los asientos como sustento, y marca con tal brusco movimiento un territorio que no sabe que ha ganado desde el primer momento en que se conocieron.

🍷🍷🍷

Casi una hora después cuándo el momento de deseo ha pasado ambos están acurrucados, Jimin demasiado aferrado a su cuerpo dado al poco espacio dentro del auto, el cual por cierto está estacionado en una parte oscura del estacionamiento del restaurante y nadie se ha dado cuenta de lo que han hecho salvo ellos mismos; el menor confiesa la travesura que ha hecho para terminar de tal manera, ya que la atracción hacia su amigo no existe en lo absoluto y fue solo una provocación para hacerle perder la cabeza, y bueno, a funcionado.

—Tae no me ha gustado nunca—le confiesa, con la carita escondida en su cuello, agotado por la actividad física, y sin preocuparse por las represalias que pueda tener pues ya ha recibido un castigo y ese fue delicioso.

—¿No?—Yoongi duda, inseguro ya que el asunto aún lo tiene pensando.

—Mmju—no obstante Jimin no tiene motivos para hacerle desconfiar, y le calma con lo siguiente que murmura aún en voz baja. —Tae es como mi familia y además es de Jungkook. Solo quería molestarte un poco, perdón.

El mayor no solo deja marchar la tensión al creerle, sino que se ríe por el chantaje al que fue sometido, no creyendo haberlo vivido antes con otra pareja. Es.. demasiado irreal.

—Eres un caso, Jimin. Mira que descaro. —niega encantado, con sus pálidas mejillas encendidas a causa del placer que el sexo y la presencia de Jimin despiertan.

—Valió la pena. Estamos aquí, y me has dado un momento sexual que jamás olvidaré en la vida.

Diosss, le fascina.

—Cordero travieso, si me descuido me vas a matar.

—¿Verdad..?—Jimin se ríe en medio de un bostezo, dando una clara señal de lo cansado que está. Aunque cansado es decir poco ya que el chico casi de pierde en la inconsciencia, Yoongi puede notarlo.

—Te exiges demasiado bonito—le hace saber reacio, bastante posesivo debe admitir, y es que la necesidad de cuidar de su cordero de pronto se ha intensificado. —Tomar tus propias clases es ya bastante pesado, pero agregarle las tutorias y el venir a nuestras citas es mucho ¿no crees?—se atreve a comentar, evidentemente preocupado.—Te ves rendido.

—Lo estoy—el aludido se acurruca más en su pecho, descansando a gusto.—Pero vale la pena venir a verte.

Miente si niega lo bien que se escuchó escucharle decir eso, ya que Jimin hace demasiado antes de verle, Dios, solo basta con saber que es un universitario de tercer año para saber que su vida es muy ocupada, Yoongi recuerda lo tedioso que es asistir a clases constantes que obviamente se deben aprobar, recuerda lo cansado que solía salir del campus cada día cuando era estudiante, y por ello comprende lo débil que Jimin ahora se siente rendido y no se asusta cuándo al fin cae dormido, sino que lo admira pues aún con sus responsabilidades encima hace más al rendir en su trabajo de medio tiempo y se da el lujo de tener un amante.

Así que no duda en llevárselo consigo esa noche, sin importar que el paso dado sea muy rápido.

***

¡NO OLVIDES VOTAR!.

No creí tener que explicar esto pero Yoongi es un hombre independiente, con un trabajo estable a tiempo completo, y Jimin un estudiante de universidad que en sus tardes libres tiene un trabajo de MEDIO tiempo, u un par de horas como tutor.

Y todo esto ocurre en Busan. 🍷

Para que no se confundan. c:

Irreversible. © [Yoonmin.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora