Un corto dia

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¿Cómo alguien se puede aburrir tanto? Lengua es la peor clase del mundo y más si tienes a una momia como profe. Vale, no tendrá más de 50 años, pero tiene muchas arrugas y mal carácter, yo preferiría a una momia de verdad. Sería una clase muy interesante...Bueno da igual.

¡Ya me he vuelto a distraer! ¿Por qué siempre me pasa lo mismo? Tal vez tengo un problema de concentración ¿Debería hacerme unas pruebas? ¿Dónde se hacen esas pruebas? Da igual, no tengo tiempo para eso.

¡Me he vuelto a despistar, otra vez!

Nada más escuchar la campana me levanté de mi sitio rápidamente para poder encontrarme con Nadia y Morgan en la cafetería. Al caminar por los pasillos, sentí aquellas miradas encima de mí.

Sabía que el echo de estuviera empezando una carrera como cantante provocaba muchos rumores. Había gente que realmente me apoyaba y creía en mí, pero habían otros que no lo hacían, por desgracia para mí algunos de esos estaba en mi instituto y para mí consuelo, la gente que me rodeaba siempre  me animaba a todo. 

Llegué a la cafetería y como todos los días,mis amigas y yo nos sentamos en la misma mesa de siempre, de la misma forma que siempre: formando un triángulo.

Morgan y Nadia son les mejores amigas que había podido pedir. Las conozco desde hace unos años y, a decir verdad, no podrían ser más diferentes. No solo físicamente, ya que Morgan tenía el pelo y ojos muy oscuros y Nadia era castaña con ojos verdes. Sino que, por un lado, Morgan era la mas extrovertida de las tres, era capaz de hacer cualquier cosa, además era muy mal pensada. Por otro lado, Nadia solía pensarse las cosas dos veces y parecía callada, pero le resultaba fácil hablar, pero lo que más destacaba de ella era lo inteligente que era. 

Y luego estoy yo, solía ser la personas más tímida del mundo, pero ya no puedo permitirme eso. Aunque sigo siendo igual de antisocial que siempre, eso es algo en lo que mis dos amigas i tengan trabajar. 

-Bueno, hablemos de lo que haremos este fin de semana- dijo Morgan muy emocionada, incluso haciendo un pequeño baile con los hombros.

-Iremos de compras ¿No?- preguntó Nadia igual de emocionada.
Genial, de compras. ODIO ir de compras, no soy buena en eso de tener que escoger cosas y pasar horas caminando de tienda en tienda.

-Podemos probar uno de esos creps que hay en la cafetería nueva -dije ya pudiendo saborearlo.

Pasamos toda la media planeando nuestro fin de semana, realmente estuvimos todo el día hablando de eso. Esa es otra de las razones por las que no me enteré de nada de lo que hicimos en las clases restantes.

Cuando pudimos salir del instituto, volvimos a encontrarnos en la entrada, cada una cargando con sus mochilas.

-¿Vamos? -preguntó Morgan junto a Nadia.

-La verdad es que había quedado con Adrián para volver juntos. Si no os importa que venga, claro -

Ellas pusieron una sonrisa pícara, esa que siempre me molestaba.

-Claro que no, pero no demostréis todo vuestro amor -respondió Nadia -que hay algunas que estamos solas -

-Hablando del rey de Roma- dijo Morgan mirando detrás de mi.
Me di la vuelta y ahí venia él, sonriendo, como siempre.

-Hola -me saludó con un beso rápido en los labios y se giró para saludar a mis amigas.

-Hola, Adri -le saludó Morgan utilizando el apodo que le puse yo.

-Hola, chicas -dijo soltando una risa. 

Y así empezamos nuestro camino. No era mucha distancia hasta nuestras casas, eran unos 20 minutos caminado, más o menos, pero es muy divertido estar con ellos. Sobretodo cuando comenzábamos a hablar de los cotilleos del instituto y a reírnos.
Y claro, Adrián no se enteraba de nada, así que siempre nos preguntaba quién era quién. 

Él pasó un brazo por encima de mis hombros, después de ofrecerse a llevar mi mochila. Algo a lo que me negué, pero acabé accediendo al ver que insistía y que me pesaba la mochila. No iba a desaprovechar una oportunidad como esa.

Le di un beso en la mejilla como agradecimiento y seguí caminando junto a él.
No suelo ser cursi o muy cariñosa, ni siquiera dejo que las chicas me abracen, pero con él es diferente. Bueno, Adrián es mi novio desde hace un año, llevamos un largo tiempo saliendo, así que me sentía cómoda con él. Debía agradecérselo a mi hermano, ya que él es su amigo y le conocí gracias a él.

-Nos vemos mañana -dijo Nadia, ya habíamos llegado a su casa.

-Sí, hablamos por el móvil -

-¿No vienes? -le pregunté a Morgan. A ella aún le quedaba un poco para llegar a casa.

-Iré por este camino. No quiero ser la sujetavelas, otra vez -nos miró acusadoramente.

Las dos se fueron y Adrián y yo seguimos caminando, ya solo quedaban cinco minutos de camino.

-Mañana, como es viernes, iremos a casa de Morgan y nos quedaremos ahí hasta el domingo -

-Una fiesta de pijamas ¿Eh? -yo reí por el tono agudo que había puesto.

-Algo así -

-No me ofende para nada que no me hayáis invitado -

-Prohibido chicos en casa, esa es la norma -sonrió.

Ambos llegamos al portal de mi casa y nos quedamos un momento cogidos de la mano.

-Creo que hay una chica mirándote -susurró -seguro que es una fan -bromeó.

-¿Una fan tuya? -

-No me sorprendería -contestó pasándose la mano por el pelo. Yo le di un empujón jugando -me tengo que ir -puso una cara triste, pero luego me abrazó por la cintura y besó mi frente -Adiós, te quiero- dijo alejándose, después de que yo revolviera su cabello.

-Yo también, adiós -

Same Mistakes #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora