Algún día

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Estuvimos hablando hasta que fueron las doce y media pasadas y noté que nos dirigimos al parque cerca de nuestras casas.

-Bueno, hemos llegado -dijo él haciendo que me sentara a su lado en un banco de madera que había frente a una gran fuente que había en el medio.

-¿Este es el lugar especial? -

-Sí ¿Que lugar puede ser mas especial que en el mismo banco donde nos conocimos? -

-Cierto -dije soltando un suspiro y apoyando mi cabeza en su hombro.
Aún recuerdo aquel día que estaba con mi hermano sentada aquí, hace tres años y de repente aparecieron sus amigos y entretenimiento ellos estaba Adrián, el más joven de todos, aunque dos años mayor que yo, así que sí, ahora tiene 18 años. Sonreí al recordar lo mal que me caía al principio y como empezó a gustarme cuando de ofreció a llevarme en su bicicleta a casa.

En mi infancia, los chicos con bicicleta eran lo más, ahora supongo que los más guays son los chicos con móviles más grandes.

Adrián y yo ns quedamos unos minutos en silencio, hasta que él lo rompió. Y me alegraba, porque aún no sabía que hacíamos aquí.

-Alex tu...eh, bueno, ¿Has pensado en lo nuestro? -le miré con el ceño fruncido, no le entendía del todo -a lo que quiero llegar, es que si con todo esto que te está pasando, yo formo parte de ello, de tu futuro -

¿Qué tipo de pregunta era esa?

-¿Qué?-

-Bueno, ya sabes ¿Alguna vez has pensado en, no sé, nosotros casandonos? -

Vale ¿Esto es una cámara oculta? ¿La cámara esta dentro de ese arbusto?

-Eeh, nunca había pensado en esas cosas, ya sabes que el futuro me asusta, ahora mismo no me importa, solo tengo dieciséis años -le dije sinceramente.

-¡Ves! Yo te quiero, tu me quieres, ¿Por qué no nos casamos?- abrí tanto los ojos que creo que se me iban a caer y el corazón me iba tan rápido que se me iba a salir del pecho y estamparse en la cara de mi novio. En cambio él estaba entusiasmado.

-¿Te-te refieres a ahora? -intenté reírme, pero al mismo tiempo estaba algo asustada.

-No, claro que no, aún eres menor de edad. Me refiero a... hacer una pequeña promesa de que siempre permaneceremos juntos. Creo que no podría imaginarme una vida lejos de tí -

-Ni yo de tí -contesté -no me imagino enamorándome de otra persona -salvo de todos los cantantes que son mis novios en secreto, tan secreto que no lo saben ni ellos.

Adrián se levantó de su sitio y se arrodilló delante mio.

Oh, Dios ¿Enserio va a hacerlo? ¿O se va atar los cordones?

-Alex- tomó aire -cuando te conocí, me pareciste muy divertida, me gustaba pasar tiempo contigo, solo tenia catorce años cuando tu hermano nos presentó y no sabía bien que sentía cuando te veía sonreír. Pasó el tiempo y comprendí que me gustabas. No quise decirlo nunca, porque tenia miedo a que me rechazaras. Pero el día que nos dimos nuestro primer beso... Fue uno de los días mas felices de mi vida y ni hablar del día que aceptaste ser mi novia. Por eso te he traído al lugar donde empezó todo y que me hagas el chico mas feliz del mundo... algún día -solté una pequeña risa y noté como mis ojos comenzaban a cristalizarse. Esto era demasiado cursi, nadie había sido tan cursi conmigo en mi vida.

-Alejandra Jane Rodriguez -volví a reir al escuchar mi nombre completo -¿Me harías el honor de casarte conmigo... Algún día? -y allí va la sonrisa tonta, otra vez.

Bajé la vista sin creerme que eso estaba pasando, que él me estaba pidiendo eso. Asentí volviendo a mirarle, no me hacia falta pensarlo más.

-Claro que sí -contesté y me abalancé sobre él para besarle. Algo dentro de mí se estaba revolucionando, no sé si eran los nervios, la emoción o la sensación de que estaba cometiendo una locura, más bien, que algún día cometería.
Cuando nos separamos, vi que sacaba algo de su bolsillo, era una caja rectangular negra.

-Sé que no te gustan mucho los anillos, así que te he comprado esta pulsera con el significado de lo mucho que te quiero y que siempre estaremos juntos -me puso la pulsera junto a las demás que decoraban mi muñeca.
Era preciosa, era una pulsera fina de oro.

-Adri...no tenias porqué, es demasiado -le dije algo preocupada.

-No, quiero que te lo quedes, tengo ahorrado mucho dinero, además no se puede devolver -sonreí y nos volvimos a besar. No me gustaba la idea de que gastara tanto en mí, pero él es así, tonto, pero le quiero.

¿Cómo he podido conseguir el mejor de los chicos?

A la 1:30 decidimos irnos. Me llevó a casa de Morgan y ahí nos despedimos.

-Adiós y recuerda: Algún día - dijo y automáticamente sonreí.

-Algún día -al igual que yo, él también sonrió. Me dio un beso en la frente y cada uno se fue por su lado.

Al llegar a casa de Morgan, vi a las chicas dormidas en el sofá con unas posiciones...raras. Y el colchón estaba ahí en el suelo, solitario.

Las dos tendrían dolor de cuello mañana, pero yo tendría un colchón para mi solita.
Volví a cambiarme por el pijama y cuando estaba lista, me tiré de plancha al colchón.

Vale como podéis haber notado no se escribir las partes de besos, románticas y eso así que...
Y bueno espero que os guste.
Adioos :)

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