—¿No vas a invitar a esa chica? —me preguntó Jisung mientras almorzábamos.
—¿A Chou?
—Si, a ella.
—No lo sé, ahora lo estoy pensando —le dije.
—¿Por qué? ¿Por qué cambiaste de parecer?
—No lo sé Jii, yo te avisaré si es que me decido.
—Esta bien —dijo él encogiéndose de hombros para después tomar su celular y comenzar a teclear algo en el con una sonrisa.
—¿Cómo se llama?
—¿Quién? —me pregunto él aún con su mirada en el celular.
—Ese chico.
—¿Para qué quieres saberlo? No es importante —me respondió él aún sin ponerme atención.
—Yo te he contado todo sobre Chou —le reproché.
—Pero eso es porque yo soy yo y no puedes decirme que no a nada —dijo él levantándose con intenciones de irse pero en un movimiento rápido lo tomé por la cintura e hice que quedara sentado sobre mis piernas.
—Después puedes hablar con ese ladrón —dije quitándole el celular y dejándolo sobre la mesa para después abrazarlo con fuerza.
—¿Te sientes bien? Estás raro Minho —habló Jisung en un tono divertido —¿No será que estás celoso?
—¿Vas a seguir con eso? ¿Por qué estaría celoso? —le pregunté aún rodeandolo con mis brazos.
—Tan aferrado que eres al pasado... Pero ya veo que solo lo eres con ciertas cosas —dijo Jisung cambiando su semblante y su tono de voz a uno más triste. Quitó mis brazos de su cuerpo, tomó su celular y se fué a su habitación cerrando la puerta detrás de él.
¿Y a ese qué le pasó?
¿Dije algo malo?
—Oye Jii ¿Dije algo que te molestó? —pregunté entrando a su habitación con lentitud.
—No Min, no dijiste nada mal —me respondió él quitando la mirada de su celular —Es solo que estoy un poco estresado con el trabajo, no me hagas caso.
—¿Y eso? —pregunté acostandome a su lado y atrayendolo a mi para abrazarlo.
—Mucho trabajo y cosas por entregar, nada más —me respondió él.
—Espero que cuando salgamos de aquí no vayas a dejarme de lado por irte con ese ladrón.
—¿Por qué le dices ladrón? Él no es un ladrón —dijo Jisung con un tono molesto.
—¡Claro que lo es! Te está robando a ti.
—Estúpido —dijo Jisung para después comenzar a reír.
Cada día falta menos para por fin largarnos de este puto lugar.
—Pronto podrás deslumbrar a todos con tus lindos colores —le dije para luego darle un pequeño beso en su cabeza.
—Minho... Extraño a mi mamá —soltó Jisung de repente.
El tema de Jisung con su mamá es algo complicado, ni siquiera yo lo entiendo.
De una semana a otra Jisung se había ido de su casa y perdió toda la comunicación con sus padres. Hace años dejé de hacerle preguntas al respecto porque veía que se ponía muy nervioso.
Hasta el día de hoy no puedo comprender qué fue lo que ocurrió en su familia. Cuando voy a visitar a la mamá de Jisung ella siempre me habla de él con amor y cariño.
La mamá de Jisung siempre fue muy comprensiva y amorosa con él, al igual que su papá. Jamás se me cruzó por la cabeza que ellos terminaran de este modo.
—¿Por qué no hablas con ella? Ella te extraña mucho Jii —le dije mientras acariciaba su cabello. Lo escuché sollozar y en ese momento mi corazón se rompió.
Jisung es mi debilidad, lo ha sido desde el primer día que hablamos.
Nunca he tenido nada, nadie nunca quiso ser mi amigo y cuando Jisung si me aceptó en su vida me sentí muy feliz.
Era la primera vez que sentía que tenía algo, lo tenía a él, a su amistad.Siempre seremos él y yo contra este maldito pueblo, contra este maldito mundo. No sé qué haría sin él.
—Ay... Jii no llores por favor —le dije tomándolo de las mejillas para verlo a la cara. Él solo negó con la cabeza y se sentó en mi regazo poniendo su cabeza en mi pecho y comenzar a llorar.
Si hay algo que odio es escuchar a Jisung llorar y lamentablemente lo he escuchado demasiadas veces.
Lo abrazaba y acariciaba su espalda con delicadeza esperando a que se calmara.
Sabía que no era algo fácil para él su nueva vida, no sé cómo lo hace, él es muy fuerte.
Todo lo que sufrimos en la niñez y adolescencia que hasta salir a botar la basura es un riesgo.
Hace años no ve a sus padres, no habla con ellos, no puede salir a la calle por miedo a que lo vuelvan a golpear hasta enviarlo nuevamente al hospital, no puede socializar con alguien más que no sea yo... Se la pasa todo el día encerrado en estas cuatro paredes.
Mi pequeña ardillita ha sufrido mucho y no pude evitarlo, no pude salvarlo, no pude salvarlo de todo este caos.
No es justo, nunca lo será.
Mientras Jisung vive con miedo todos los demás están felices, viviendo sin cargo de consciencia por lo que le hicieron, por lo que nos hicieron.
No les importó dejarnos llenos de cicatrices, de heridas y miedos.
Él tenía muchos sueños por cumplir, tantos deseos, tantas metas... Poco a poco este pueblo ha ido apagandolo, y eso nunca se los perdonaré.
De niño era tan creativo, feliz y lleno de vida y color, con una imaginación asombrosa. Ya no queda mucho de ese niño.
Nos han encerrado. Estamos prisioneros en una caja de cristal.
Somos como los payasos del circo, todo Gimpo se ríe y burla de nosotros.
—Oye Jii, las ardillas lindas como tú no lloran —hablé yo cuando Jisung dejó de llorar. Seguía aún sentado sobre mi y con su cabeza en mi pecho, su cuerpo intentaba tranquilizarse pero los espasmos no se lo hacían fácil —Sé que es muy duro para ti todo esto, lo sé. Tus padres te aman y te extrañan mucho, no sé qué fue lo que pasó entre ustedes, pero eso ya fue hace muchos años. Yo creo que si les hablas ellos te recibirán con los brazos abiertos.
—Gra- gracias Minho pero, es más complicado que eso —me respondió él.
—No importa, tu sabrás cuál es el momento correcto para regresar a tu casa y yo estaré a tu lado siempre ¿Lo sabés verdad?
—Lo sé —me respondió Jisung y puedo jurar que una sonrisa se formó en su rostro.
—Te quiero mucho Jisung, solo dame más tiempo y podremos irnos de aquí —le dije soltando un suspiro para ver si el peso de mis hombros disminuía. —¿Sabés que te amo mucho cierto?
—Lo sé —dijo Jisung entre pequeñas risas —Si no me amaras tanto yo no estuviera aquí.
—Que bueno que nadie puede vernos, desde que te conocí me has vuelto todo un gay y cursi —le dije dándole un pequeño golpe en su cabeza. —Si nos vieran creerían que no soy hetero.
—No me eches la culpa a mi estúpido —habló Jisung —Gracias por ser mi compañero de desgracias y palizas.
—De nada, esas palizas las recibí gustoso —dije con un tono sarcástico y luego comenzamos a reír.
—Estos días hemos estado muy sensibles, nos llegó la regla —dijo Jisung mientras se bajaba de encima de mi y se sentaba a mi lado viéndome a la cara.
—Ponte el tampón en el culo —le dije sacándole la lengua.
—Pónmelo tú entonces —me respondió la ardilla mientras se levantaba de la cama para luego darse una pequeña nalgada y salir de la habitación. Está loco...

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Mirarte dos veces
Teen FictionMinho un hombre de 23 años y su mejor amigo Jisung de 20 viven en Gimpo, un lugar donde solo se han encargado de quitarle sus colores a toda costa, pero esos chicos siguen luchando por ser libres... A pesar de vivir en una jaula de cristal. Minho y...