—¿Estás seguro de que eso es lo que quieres? —me preguntó el ángel.
—No hay nada que quiera más —
le respondí y el ángel asintió.Dejó de flotar y se acercó a Jisung tomando su mano para que se levantara, yo solo me quedé mirándolos perplejo.
El ángel sonrió y abrazo a Jisung haciendo que la luz blanca que lo rodeaba los cubriera a los dos por completo, haciendo que tuviera que taparme los ojos con mis manos.Al abrir mis ojos ya el ángel no estaba y la luz tampoco, solo estaba Jisung parado con lágrimas en sus mejillas y una sonrisa involuntaria.
—Soy mortal otra vez —me dijo Jisung mientras veía su cuerpo con asombro. Me levanté del suelo y lo abracé.
Jisung solo me agradecía pero no tenía por qué hacerlo, era lo mínimo que podía hacer por él.
—Debemos ir con mis padres —dijo Jisung emocionado mientras me daba pequeños besos pero yo no podía compartir su alegría.
Y no me malinterpreten, sí estoy feliz porque Jii sea mortal otra vez, porque haya recuperado lo que le arrebaté pero no puedo dejar de ser un egoísta y pensar en toda la culpa que se apodera de mi día con día.
Jisung se detuvo al ver que yo no estaba celebrando con él o por lo menos sonriendo un poco. Su expresión pasó a una de vergüenza y luego me abrazó.
—Podías pedir a tu padre de regreso... Yo- yo hubiera estado bien —habló Jisung con voz baja.
—¿Qué dices? Claro que no —le respondí y ahí me dí cuenta de que la estaba cagando, como siempre porque eso es lo único que sé hacer —Solo sigo impactado por todo, solo es eso.
—Esta bien... ¿Quieres quedarte aquí un rato más o nos vamos?
—Vamos con tus padres —le dije y Jisung dió fin al abrazo y entrelazó nuestras manos.
—Estoy muy nervioso —dijo Jisung con una sonrisa y yo solo asentí y forcé una sonrisa también.
El camino a la casa de los padres de Jisung fué silencioso, pero la sonrisa en el rostro de Jisung no desaparecía.
Yo estaba muy feliz pero había algo que me impedía demostrarlo, había otro sentimiento que no me quería soltar.
Llamé a la puerta y la mamá de Jisung abrió, aunque era tarde sabía que ellos seguían despiertos.
Entré y Jisung siguió escondido detrás de un árbol.
—Les traigo una sorpresa y creo que les puede gustar —dije sentandome en el sillón. La mamá de Jisung se acercó a mi y sin yo pedírselo comenzó a cambiar las vendas que anteriormente ella había puesto en las heridas que me habían causado las espinas.
—¿Sorpresa? ¿En estos momentos? —preguntó el papá de Jisung mientras veía un té sentado en el sofá frente a mi.
—Si... Yo solo les quería pedir perdón nuevamente por todo el dolor que les he causado todos estos años, por alejar a su hijo de su lado, por no haberlo cuidado como debí. Quiero que sepan que siempre estaré agradecido y que sé perfectamente que este regalo no saldará la deuda que tengo con ustedes porque lastimosamente no puedo borrar el pasado ni mis errores —hablé e hice una mueca de dolor cuando la mamá de Jisung me puso vendas nuevas y limpias alrededor de mi cabeza. —No quiero seguir alargando esto porque deben recuperar todo el tiempo que les quité con su hijo. —Me levanté del sillón y fuí hasta la puerta principal, llamé a Jisung y entré de nuevo con él detrás de mi. La reacción de sus padres cuando lo vieron fue algo que nunca olvidaré.
—Sorpresa —dijo Jisung con nervios y sus padres solo corrieron a abrazarlo.
Le decían que lo amaban, que lo habían extrañado tanto, que los perdonaran por ser unos malos padres...

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Mirarte dos veces
Fiksi RemajaMinho un hombre de 23 años y su mejor amigo Jisung de 20 viven en Gimpo, un lugar donde solo se han encargado de quitarle sus colores a toda costa, pero esos chicos siguen luchando por ser libres... A pesar de vivir en una jaula de cristal. Minho y...